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El parque de la Florida

Esta deliciosa mañana, el parque de la Florida de Vitoria parece más hermoso. Un amor verde en primavera. Todo él huele a dicha y aventura. Con su marcado estilo francés, no faltan los coloridos parterres ni las fuentes ornamentales lanzando agua. En el centro de la glorieta, está el romántico quiosco de música donde tantos vitorianos han bailado al calor de la sonrisa de su pareja. Los bancos invitan a sentarse para disfrutar del sonido de los colores, refrescarse con el rumor del agua o captar las buenas vibraciones del ambiente.   La parte de estilo inglés, justo al lado, es un auténtico bosque encantado. Lo transita un pintoresco río con puentecitos de cuento. Faltan los peces de colores. En las zonas de quietud, el reflejo de los altos árboles de países lejanos brilla al fondo del agua como un juego de espejos. Apiñados susurran hazañas épicas verde cristal que silencian el ronco arrullo de las palomas y los trinos de los pájaros. Se percibe el ruido húmedo de la madre tierra, la