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Mostrando entradas de noviembre, 2011

El peregrino: Sueños de niñez

El peregrino de lo blogosfera  hoy ha parado en este blog y al marcharse me ha dejado el regalo de este precioso vídeo y el texto que lo complementa para reflexionar.  ¡Que sí! ¡Que sí! que es verdad. Al principio yo tampoco  me lo creía, de ahí mi grata sorpresa al entrar hoy en mi casa y encontrarme con él. ¡Qué genial idea! Gracias, por este regalo que yo ya sé que  es  un granito de arena en tu incansable peregrinar por la blogosfera. Pero este granito de arena es un eslabón más de la inmensa cadena a la que se va uniendo tanta y tanta gente gracias a tu actividad.  El Peregrino de la Blogosfera llega a un lugar muy especial ya que la curiosidad por este largo viaje ha conseguido abrir sus puertas. Hoy voy a contarles los sueños de niñez, aquellos días en los que los libros nos transportaban a islas misteriosas con tesoros escondidos, días en que la Luna hacía que el espacio fuera más accesible y soñáramos con llegar a las estrellas. La fantasía estaba siempre en nuestra cab

El otoño metáfora de la vida

Llega el otoño se quiebra la neblina y el sol inicia su poniente. Los rayos de sol reflejan su iris en las gotas de agua de las hojas y los charcos del suelo espejean todo su esplendor. La gama de verdes, dominante en otra época, se torna en una explosión de color y fuerza que da lugar a un abanico multicolor, es el álbum de la vida. Los castaños de indias motean sus hojas de almagre y los tilos del parque del Prado coronan ya de amarillo dorado, alternando con las pinceladas rojizas de los arces y el verde tardío de los fresnos. El suelo húmedo, salpicado con el ocre recién estrenado, va mostrando las huellas que se dejan al andar. La naturaleza se presenta con sus mejores galas otoñales con tantas historias que contar, que apetece sentarse en alguno de los troncos musgosos caídos y dejar que pasen las horas agudizando los sentidos a impresiones y sentimientos totalmente desconocidos en nuestra vida de urbanitas estresados.

En el quirófano

Frío, frío es lo que notaba y dos enormes ojos bisojos, de neón, que se me acercaban y se alejaban desacompasados. Mi estado de ansiedad contrastaba con los comentarios jocosos y el ambiente de risas que pululaba entre el equipo de enfermeras en torno al cirujano cuya bata verde dejaba entrever su corpulencia. Este, sin piedad, ya me estaba clavando una enorme aguja directamente en el nervio de la mano derecha. “Tenía que inmovilizarla” decía, para poder operar. “Salvaje” “Salvaje”, pensé. La mayor de las enfermeras con una sonrisa burlona que se ensanchaba me preguntó: —¿A que tú estás con nosotras? —No, no; yo estoy con el doctor, en estos momentos no puedo decir otra cosa —le respondí modosita, más que nada por no contrariar al cirujano cuyos brutales instintos intuía. La voz socarrona del doctor sonó como un eco deformado de mis palabras: “En estos momentos no puedo decir otra cosa” Una vaga sombra empezó a aparecer por encima de la manta que me cubría. Fue creciendo y proy

Conflicto en la Educación Pública en la Comunidad de Madrid

Estos días han circulado por internet multitud de cartas abiertas de profesores tratando de explicar que no son dos horas, que no son ellos los más perjudicados. (https://goo.gl/Vdrvm2) Que somos nosotros. Me indigna ver cómo todo su esfuerzo no sirve para nada en cuanto algún político deja caer frente a los medios que son unos vagos y que sus protestas se deben a esas dos horas que no dejan de mencionar. Nos manipulan como quieren, sus medias verdades aparecen en las primeras planas de sus periódicos mientras los hechos, las cifras objetivas, quedan sepultadas bajo sus artimañas electorales. Así que me gustaría compartir mi versión como alumna de secundaria de la escuela pública. No creo en partidos políticos ni me importa a quién le bajen el sueldo o le suban dos horas, me importa mi futuro y el de mi generación. Hace una semana que comencé 1º de Bachillerato en un instituto de Getafe. No es una mala zona, no hay mucha pobreza y sé que debo considerarme afortunada. No puedo im

Condición de mujer

Caras Ionut Quiero compartir la alegría de la sorpresa Queda y callada me acerco con ilusión La voz del dolor ahoga mis emociones Las sombras se encogen con desidia Momento culpable de una tristeza infinita El volcán escupe sus oleadas de fuego Las heridas tardarán en cicatrizar Quiero pintar una sonrisa en mi alma Quiero regalarme una brizna de felicidad Necesito tiempo para ensamblar el barco Un encuentro con mi soledad Olvidar los fantasmas que me acosan Salir airosa de este vendaval Quiero pintar una sonrisa en mi cara Quiero mostrar alegría ante la dificultad. © María Pilar