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Mostrando las entradas etiquetadas como #Relatos

La casa de los miradores blancos

La atmósfera es lo más importante. Lovecraft.   Pisos en pleno centro de Vitoria.  ¡El precio del alquiler es una ganga!   Así se anunciaba la casa acogedora y luminosa a la que nos fuimos a vivir.  ¡Qué contentas estábamos mi madre y yo cuando la recorrimos entera con las llaves en la mano! Un edificio moderno con dos alturas más ático y los miradores blancos contemplando la plaza de la Virgen Blanca, en el centro peatonal de la ciudad. La oportunidad parecía demasiado buena para dejarla pasar.  Desde el primer día que empezamos a vivir en ella, la atmósfera de misterio que emanaba despertó mi curiosidad. Comencé a leer sobre su historia y fue cuando tuve la extraña sensación de que una misteriosa presencia me vigilaba, lo que me obligaba a girar la cabeza para descubrir que estaba sola. ¡Qué desasosiego me entraba! Y por la noche. ¡Uf!, por la noche, parecía que compartíamos vivienda con «Los otros». La casa estaba llena de secretos que permanecían solapados por los sonidos del dí

Es hora de morir

Un personaje creado por Francisco Ibáñez para su serie Mortadelo y Filemón.  La fama de biólogo e inventor del excéntrico Dr. Bacterio la conocía todo el mundo. Era un absoluto desastre. Sus inventos fallidos provocaban justo lo contrario de lo que pretendía y suponían una amenaza para las personas que lo rodeaban. No obstante, él mismo proclamaba a los cuatro vientos que sería nominado al premio Nobel por sus contribuciones en el campo de la ciencia. ¿Quién podía creer algo así? Más bien, le darían el premio de la ciencia de lo friki, lo que provocaba grandes carcajadas, se burlaban de él y le perdían el respeto. Enfadado, gritaba: ¡Este año el mundo alucinará con mi éxito!     ¿Quién podía imaginar que D. Saturnino Bacterio, con su apariencia de despistado, se había infiltrado en la T.I.A., a la que consideraba una parodia de organización, con la ambición de conseguir un plan secreto?     A tenor de lo que hoy conocemos, su larga barba negra y el traje color verde que siempre llevó

Horizontes compartidos

Para comenzar esta nueva andadura, en el VadeReto de este mes, nos sugieren este título e imagen para que nos inspiren un relato esperanzador y optimista.   En aquel pueblo, la naturaleza desbordaba en diferentes tonalidades de verde. Las montañas se elevaban majestuosas, los árboles susurraban secretos ancestrales, y se escuchaban los cencerros de las vacas junto a los trinos de las aves escondidas entre las ramas. Hasta los ojos de las personas reflejaban el verde que impregnaba cada rincón.  Debido a esa percepción cromática, tan antigua como su lengua, no inventaron un término para designar ese color, era hegemónico, por tanto, no lo necesitaban. Nombraban el color cuando algo destacaba: el sol era amarillo; las casitas, blancas; las personas mayores vestían de negro; y los jóvenes, de varios colores.  Un día llegaron al pueblo unos señores con sombreros en vez de boinas, zapatos en vez de abarcas, y trajes con corbata en vez de los blusones de los hombres del lugar. Montaron un

Los pastores del Gorbea

Hace muchos, muchos años, Urjauzi y Otsoa, dos jóvenes pastores, vivían en la zona del monte Gorbea. Eran grandes amigos desde la infancia. Sucedió que cierto día Urjauzi oyó de pronto un dulcísimo canto mientras pastoreaba su rebaño por las campas de Gujuli. Se sintió tan atraído por aquella maravillosa melodía que se olvidó del ganado y raudo se adentró en la espesura del bosque. Los sonidos de sus pisadas sobre las hojas caídas rompían el silencio y ocultaban otros ruidos apenas audibles que hacían pensar en seres del bosque que lo observaban sorprendidos con los ojos bien abiertos. Los troncos de los robles centenarios adquirieron características de monstruos, tal como se relata en los cuentos, el olor a tierra húmeda hacía irrespirable el lugar y la espesura lo llenaba de misterio, pero Urjauzi no fue consciente de esas señales. Al final de una pronunciada pendiente, separó unas ramas de sauce y pudo contemplar la quietud de las aguas de la laguna Lamioxin, de la que procedía el

El precio de la libertad

El Vadereto de diciembre nos porpone: Escoger una fábula de Jean de La Fontaine.  Reescribir la historia con otros personajes, otro escenario, otra época…  Se trata de lograr transmitir la moraleja. Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena.  José Saramago  Sin embargo, nos dejó La flor más grande del mundo. Un cuento precioso para niños. Aquel mes de julio toda la familia del conejito Huri fue de vacaciones al país de Juanconejeras. Cuando los chopos del soto movían sus ramas con la brisa del atardecer, los animales del lugar se reunían en torno a la charca y se contaban sus aventuras: las ranas con su croac-croac, los grillos con su cric-cric y los pájaros con su pío-pío. Entre todos formaban una algarabía que se podía escuchar por todo el valle. Huri quería ser

El dragón de obsidiana

«Creo en todo hasta que sea desmentido. Así que creo en las hadas, en los mitos, en los dragones. Todo existe, incluso si está en tu mente. ¿Quién dice que los sueños y las pesadillas no son tan reales como el aquí y el ahora?». John Lennon  El VadeReto del mes de noviembre es sobre: Dragones. El requisito principal de este reto consiste en que, al menos, uno de los personajes de vuestra historia tiene que ser un Dragón.   Soy una mujer de setenta años que repasa la historia de su familia en la que una mujer de setenta años nos dejó un legado. Las posibilidades de cumplirlo, en lo que a mí respecta, son nulas. ¿Quién en este siglo se dedicaría a dejarse conquistar, enamorar y casarse por una tradición familiar? El mandato de una herencia no puede ser más pesado que la vida real. En consecuencia, voy a cerrar el libro de la familia sin trasmitir el amuleto.  La muerte me llegará por sorpresa o por enfermedad y me gustaría dejar aclarado este asunto. Cuando llegue lo haré oficialmen

El cumpleaños de la abuela

Relato presentado al Vadereto de octubre.   La propuesta de este mes de José Antonio desde su blog Acervo de Letras es sobre los Cumpleaños.  Ese día Sofía se levantó muy temprano. Los nietos la habían invitado a la celebración de su 90 cumpleaños y por nada del mundo iba a perdérselo. Con las ganas que tenía de volver a sentir a su alrededor el bullicio y alboroto de la familia. En el barrio que habitaba, las calles tenían muy poco tráfico, había setos por aquí y por allá, también flores, y silencio, demasiado silencio. El vestido azul cielo, que resaltaba el color de sus ojos, ya había perdido el olor a alcanfor. Se ahuecó el pelo corto y ralo con sus manos de abuela y dio unos pasos. Se sintió etérea a pesar de los kilos de más. Le hizo un guiño al espejo que tenía en la tapa de la caja y este le devolvió un destello de complicidad.   Tras la deliciosa tarta de cumpleaños, la nieta mayor se acercó al sillón de la abuela que presidía la mesa. La calidez de su mirada los envolvía a

Clara y la realidad

Relato para el concurso de El tintero de oro sobre la injusticia social, homenaje a Harpe Lee. «A veces retumba como un trueno dentro de mí el sentimiento de la total inutilidad de mi vida» . Virginia Woolf.   « La normalidad es una ilusión: Lo que es normal para la araña es el caos para la mosca ».  Morticia Addams. En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que, cuando te las encuentras, no pasan desapercibidas. Te hacen girar la cabeza deseando alargar el brazo para tocar la melena que ondea al viento. Aquella noche, Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza.  Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén se había dado cuenta de que esa tarde había llorado, pero dijo:  ̶ Cariño, ¿estás ya preparada?  La rutina había

La fuerza del pensamiento

Reto: Escribir jugando de Lidia.  1. Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.  2. En tu creación debe aparecer la imagen del dado:un demonio.  Opcional: Que aparezca en la historia algo relacionado con el planeta Urano.  ¿Qué hacer en el cuchitril donde me tiene prisionero un demonio? Me acecha desde la puerta para ver si claudico. Mi naturaleza rebelde, influencia de Urano en mi carta natal, lo desespera. Con los ojos cerrados, fantaseo sentado en este camastro. Imagino que, harto de mi placidez, sufre un ataque de apepsia que lo lleva a derrumbarse echando llamaradas por la boca. Entonces saco el brazo entre las verjas y le arranco el colgante en forma de garra que abre la puerta. Todos los días repito esta fantasía para interiorizarla y hacerla más real. Es cuestión de tiempo verla materializada. (100 palabras) https://bloguers.net/votar/Maria_Pilar

El puente de las artes

Con este relato participo en la convocatoria de Myriam sobre puentes, de los relatos jueveros.   A mi hermana le ha tocado en un sorteo del BBVA un maravilloso viaje a París para dos personas. Por cuestiones de trabajo no puede ir. ¿Te apetece acompañarme? En Orly nos esperará un chófer con un cartel donde leeremos nuestros nombres: Aitor y Marta. Nos daremos con el codo al verlo. Nos entrará la risa tonta. Con su gorra de plato y en un flamante mercedes nos mostrará la impresionante Ciudad de la Luz que enamora a todo osado que se atreva a mirarla como lo haremos nosotros.  Yo te comentaré que la ciudad de los bulevares, con los parques, las brasseries y los tejados grises, me parecen el más bello escenario que nos podamos imaginar, pero que la nota de color se la ponemos los turistas. Me llamarás ilusa con esa sonrisa tuya que tanto me gusta. Y de repente, la veremos y diremos los dos a una: ¡la Torre Eiffel! Disfrutaremos callejeando a nuestro ritmo — bonjour madame, bonjour mons

Unidos por el azar

PALABRAS DEL RETO: Acariciar, Pluma, Maresía, Tránsito, Existencialismo, Lengua , Escalofrío, Fatuo, Imbornal, Alarife , Pitanza, Eternidad, Longevidad, Cojones, Petricor. Cuando me cree dormido se desliza de la cama. Una madera cruje levemente bajo sus pies descalzos. Sentada ante el tocador, se acicala y adorna su imagen con las joyas que tintinean. No necesita luz. La luna que entra por la ventana se refleja en el espejo. No cabe duda de que ella, una gran decoradora, lo colocó allí para conseguir ese esfecto. Se toma su tiempo, un tiempo que ya no tiene para mí. Sale de la habitación con los zapatos de tacón en la mano. El ascensor se para en el bajo.  ¡Qué cojones está pasando! Seguro que un alarife (pícaro) la ha embaucado. Acaricio el lado abandonado de la cama, aún caliente. Su aroma me lleva a otros tiempos en los que éramos más felices.  La luna desde el tocador parece empujarme a observarla por la ventana. No seas fatuo . ¡Tienes que hacer algo! Me levanto.