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Mostrando entradas de noviembre, 2023

El dragón de obsidiana

«Creo en todo hasta que sea desmentido. Así que creo en las hadas, en los mitos, en los dragones. Todo existe, incluso si está en tu mente. ¿Quién dice que los sueños y las pesadillas no son tan reales como el aquí y el ahora?». John Lennon  El VadeReto del mes de noviembre es sobre: Dragones. El requisito principal de este reto consiste en que, al menos, uno de los personajes de vuestra historia tiene que ser un Dragón.   Soy una mujer de setenta años que repasa la historia de su familia en la que una mujer de setenta años nos dejó un legado. Las posibilidades de cumplirlo, en lo que a mí respecta, son nulas. ¿Quién en este siglo se dedicaría a dejarse conquistar, enamorar y casarse por una tradición familiar? El mandato de una herencia no puede ser más pesado que la vida real. En consecuencia, voy a cerrar el libro de la familia sin transmitir el amuleto.  La muerte me llegará por sorpresa o por enfermedad y me gustaría dejar aclarado este asunto. Cuando llegue, lo haré oficialm

Cumpleaños de Retazos de vida

Retazos de vida es el nombre de este blog que cumple catorce años. El nombre era más real con mi intención primera, cuando los viernes a la tarde me sentaba ante el ordenador para escribir una historia que me surgía sobre recuerdos, observaciones o vivencias. El punto de partida era una palabra, un olor o un sabor con los que hemos fijado los recuerdos de la infancia; otras veces, una experiencia, una música o una noticia.  Tras un tiempo de recorrido, Retazos de vida sintió la necesidad de abrirse, salir de su zona de confort y conocer gente con la que recorrer nuevas aventuras. Porque cuando transitas por esos mundos de la blogosfera, ¿quién puede abstraerse de sus encantos? Así empezó a participar en retos propuestos por escritores de blogs. Y con eso amplió sus horizontes y ganó en creatividad y libertad. También creo que es una de las razones por las que se ha mantenido en el tiempo. No sé si los que autores que hacen ese trabajo son conscientes de la inmensa tarea que desempe

Palabras, palabras, palabras

 Mientras rastreo noticias de actualidad, un titular llama mi atención: El Festival de las Palabras. El eslogan luce sus mejores galas y tiene un atractivo tan irresistible que no puedo evitar seguirlo.  —Y tú, ¿qué coleccionas tú? —Palabras, yo colecciono palabras  —le contesto sin dudarlo ni un segundo.  —¿Palabras, palabras, palabras?  —Sí, desde pequeña me enamoré de las palabras. Palabras puñales que dañan, falsas y aduladoras, dulces y poderosas. Con ellas mis relatos cobran vida y, como mariposas, vuelan libres llevando los sentimientos entrelazados.   De reojo me siento observada por las participantes. Saben de su poder mágico y me tientan para que las elija. Es una mezcla heterogénea: recitan, cantan, cuentan historias, hacen discursos, chistes hilarantes que provocan carcajadas, fórmulas mágicas que cumplen deseos…   De repente, surge un alboroto. Se discute sobre el maltrato que algunas están sufriendo discriminadas, permanecen encerradas en los diccionarios de las palabras

Dónde está el narrador

El Tintero de Oro , por iniciativa de Pepe , nos propone escribir un micro de no más de 250 palabras, con una característica especial: sin narrador.   Oye, Pepe, mándame un pack de 12 cervezas, ya sabes, la Clásica; servilletas de papel, hilo dental y no me metas maquinillas de afeitar, que no uso.     Leonardo.   Hola, Leonardo, ¿o prefieres que te llame «El barbas»? De lo que pides en tu email, aquí, nada. Somos una empresa de sanidad privada, con muy buena atención al cliente. Pero mira, has aportado un punto a mi rutinaria existencia. ¿Hilo dental? Me encanta. La magia de una sonrisa de dientes perfectos hace sentirse unidos a dos seres por muy distantes que estén.   Carmen (Atención al cliente).    ¡Menudo despiste el mío, Sra. Carmen! ¿O prefiere «Encantadora de serpientes»? Sepa que no pienso desperdiciar ni un solo minuto en comprender su mundo, no me interesa. Ahora el mando de mi vida lo tengo yo y soy el protagonista. Se acabó el estar contando la de los demás.   Leonardo