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Mostrando las entradas etiquetadas como #Gritodemujer

Ayer me trajo flores

Ayer me trajo flores. Hoy es un día especial para mí, aunque muchas veces me ha insultado y me ha dicho que no me quiere y no haya sido muy detallista conmigo.  Todo al principio era muy bonito, poco a poco se empezó a desmoronar por circunstancias de la vida. Pero bueno, a pesar de todo, hoy me ha traído un ramito de flores.  El alcohol lo transformó y sus noches de juerga y lujuria terminaron por romper nuestro amor. El lunes vino muy tarde, borracho y por no tener la cena hecha me pegó un tortazo, me insultó y dijo que maldecía el día que me había conocido. El martes fue mucho peor… Pero yo sé que tiene su corazón, porque si no estuviera arrepentido no me habría traído un ramo de flores.  Es difícil ocultar el dolor. Teníamos un día bueno y tres malos. Cada vez las palizas eran más frecuentes y cada vez me costaba más soportarlo. Es muy duro llevar a mis niños al colegio y tener que ir tapada hasta el cuello para esconder los moratones. Ya no sabía lo que sentía si amor o temor,

Túnez: Malika Achour

Malika Achour Esta entrada te la dedico a ti Malika Achour, porque eres mujer, maestra, sindicalista y sobre todo por tu valentía al plantar cara al miedo y recoger la antorcha de Mohamed Buzazizi, todo un símbolo de la libertad. Esta antorcha fue la que prendió la mecha de tantas conciencias aletargadas y nos convenció de que lo vuestro no tenía marcha atrás. O seguíais la suerte de Mohamed Buzazizi o alcanzabais la libertad. ¡Cómo nos ha emocionado vuestra lucha! Nadie dirá que lo habéis tenido fácil. Vuestra "revuelta de las voluntades" ha soportado represalias y ha sufrido bajas ante las brutales actuaciones del dictador Ben Alí y sus secuaces. Pero habéis demostrado al mundo que "la fe mueve montañas". La fe que teníais en vosotros mismos para conquistar el valor más preciado que es el de la dignidad humana. Habéis empequeñecido al Mayo del 68 y podéis estar orgullosos por todos los logros alcanzados. Comienza la época del Túnez post-revuelta de las volu

El síndrome de inmunodeficiencia adquirida

Al salir del trabajo me paró en la calle. Su juventud, su melena al viento y sus grandes ojos me miraron con una gran franqueza para decirme:  —Tengo que hablar contigo.    Le hice un gesto para que me acompañara a una cafetería.   —No, no; aquí mismo. Será breve. No quiero que pienses que soy una cobarde. Cuando nos hemos presentado en la reunión, me hubiera gustado decir que soy portadora del VIH, pero me lo he callado. Al principio, cuando lo supe, se lo comenté a mi mejor amiga. No he vuelto a saber de ella. Lo mismo me ha pasado cuando he empezado nuevas relaciones. Ahora ya no se lo digo a nadie. He tenido que empezar a vivir de nuevo conmigo misma y a hacer nuevas amistades, pero lo del VIH lo mantengo en silencio. Para mí es angustiante llevarlo dentro, porque es muy difícil vivir con esto, pero mucho más sentir que te miran como a una apestada. No puedo evitarlo, ¡joder! El rechazo me afecta. En terapia nos dicen que el problema lo tienen los que se alejan de ti. ¡Qué fác