El crujir de una rama alertó a los dos cazadores que con el dedo en el tirador de las escopetas caminaban sigilosos entre la maleza. Atentos como iban a toda señal, creyeron percibir la sutil huida de la presa ante el olor a pólvora que emanaba de su presencia. “¡Maldición!”, murmuró uno impaciente. Ambos sabían lo bien que pagaría el amo si le llevaban la gran pieza. Nada menos que el líder que había sublevado a toda la manada.
Un nuevo chasquido.
Con un mero gesto acordaron la dirección. A medida que se acercaban pisando con la máxima cautela la alfombra de hojas caídas, el olor fétido que contaminaba el aire les obligó a ponerse el pañuelo para cubrirse la nariz y la boca. Al llegar al lugar, un sudor frío les recorrió la espalda y se quedaron sin palabras. Los rayos de sol que se colaban entre la fronda, descubrían la rama de encina que se desgajaba vencida por el peso del pingajo humano oscilante. Una turba de moscardas zumbaba alrededor de la lengua que, cianótica y mucho más grande de lo normal, se proyectada fuera de la boca. Aparte de ese sonido, un silencio extraño reinaba en el lugar. El silencio habitado por el que no había tenido otra salida para lograr su liberación. Todo un símbolo de rendición ante la batalla de la vida.
© María Pilar
Un nuevo chasquido.
Con un mero gesto acordaron la dirección. A medida que se acercaban pisando con la máxima cautela la alfombra de hojas caídas, el olor fétido que contaminaba el aire les obligó a ponerse el pañuelo para cubrirse la nariz y la boca. Al llegar al lugar, un sudor frío les recorrió la espalda y se quedaron sin palabras. Los rayos de sol que se colaban entre la fronda, descubrían la rama de encina que se desgajaba vencida por el peso del pingajo humano oscilante. Una turba de moscardas zumbaba alrededor de la lengua que, cianótica y mucho más grande de lo normal, se proyectada fuera de la boca. Aparte de ese sonido, un silencio extraño reinaba en el lugar. El silencio habitado por el que no había tenido otra salida para lograr su liberación. Todo un símbolo de rendición ante la batalla de la vida.
© María Pilar
3º Puesto en RC