Como todos los días, la joven profesora saluda a los niños con una amplia sonrisa. Un grupo rodea a un niño pelirrojo de ojos color miel cuestionándole el porqué de su cara marcada.
—Me he caído en el parque con el monopatín —les contesta con una voz tímida ausente de toda gracia natural.
A la profesora no se le escapa el leve rubor de sus mejillas y la falta de chispa en sus ojos. Pronto los otros niños vuelven con su inocencia a su bullicio habitual.
Sentado ya en su sitio, la profesora recoge la mirada cargada de pesadumbre que él le lanza a la vez que con sus manos intenta cubrirse la cara. Al encontrarse con la mirada de ella, el niño aprieta los labios y unas lágrimas silenciosas, discretas y llenas de pudor corren por sus mejillas. Ni un hipo, ni un gesto que delate a los demás toda la angustia que le ahoga. Ella sabe lo que tiene que hacer, y vaya que si lo va a hacer, pero ahora lo más inmediato es hacerle sentir su compañía, que sepa que no está solo, que cuenta con su ayuda.
—Me he caído en el parque con el monopatín —les contesta con una voz tímida ausente de toda gracia natural.
A la profesora no se le escapa el leve rubor de sus mejillas y la falta de chispa en sus ojos. Pronto los otros niños vuelven con su inocencia a su bullicio habitual.
Sentado ya en su sitio, la profesora recoge la mirada cargada de pesadumbre que él le lanza a la vez que con sus manos intenta cubrirse la cara. Al encontrarse con la mirada de ella, el niño aprieta los labios y unas lágrimas silenciosas, discretas y llenas de pudor corren por sus mejillas. Ni un hipo, ni un gesto que delate a los demás toda la angustia que le ahoga. Ella sabe lo que tiene que hacer, y vaya que si lo va a hacer, pero ahora lo más inmediato es hacerle sentir su compañía, que sepa que no está solo, que cuenta con su ayuda.
Más común de lo que se piensa, lamentablemente, Pili, va por esos chiquitos que lo sufren más que en silencio, y del que quedan secuelas, no solo en lo físico sino también en lo emocional, muy bien escrito, un enorme abrazo, TQM
ResponderEliminarEs tremendo las historias que inventan o les enseñan para evitar denunciar lo que sucede. Como comenta Maria es mucho mas de lo comun de lo que se piensa.
ResponderEliminarUn abrazo
eso no es cosa de la infancia. es cosa del odioso adulto que se transmite, monstruoso, de niño en niño, durante generaciones: gobierna el mundo
ResponderEliminarQue pena que los niños tengan que sufrir cuando su vida debe ser solo sonreír.
ResponderEliminarEl dolor de esconder...
ResponderEliminarUn abrazo
Es terrible. Ojalá no sucediera nunca más. Un beso.
ResponderEliminarMuchos padres no están capacitados para tener hijos. Sòlo son padres biolôgicos.
ResponderEliminarUn saludo mp, soy zavala.
He vivido de cerca alguna historia parecida y es aterrador.
ResponderEliminarMagnífico escrito.
Eso sí que es una tragedia silenciosa y oscura !!
ResponderEliminarPara conducir un coche, por ejemplo, hace falta un examen y un permiso, pero padre o madre puede ser cualquiera...es terrible.
ResponderEliminarUn beso, Pilar, me alegro de saludarte de nuevo
Aún no hemos incorporado que la maternidad y la paternidad es una construcción; la realidad nos pega fuerte: la violencia y abusos en niñxs son de su entorno primario, muy por detrás vienen lxs desconocidxs.
ResponderEliminarPilar, este relato debería encontrarse escrito en un folio pegado en la puerta del frigo. Algunos padres que castigan a sus hijos con rencor y por una nimiedad deben ser educados en la tolerancia y la educación. Un horror.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Pilar.
Una imagen demasiado frecuente y a veces con consecuencias mortales. Hay que denunciar si sospechamos que un niño sufre de malos tratos. Esto deja secuelas y traumas para toda la vida.
ResponderEliminarBss y buen finde
Las noticias nos sobresaltan a menudo con hechos de esta índole.Como ejercer de educandos cuando ellos mismos están por educar. Pienso que son enfermos, porque no puedo entenderlo de otra manera. Hemos tenido cuatro hijos y nunca han dado un disgusto grande, pero siempre hemos estado al tanto de las compañías, y se ha llevado alguna colleja también.
ResponderEliminarEs la peor lacra de la sociedad, el maltrato en todas sus formas, sin embargo, el infantil nos eriza la piel por no comprender cómo los progenitores no saben ver en los ojos, la mirada de cariño perdida a la fuerza.
ResponderEliminarBesos, Pilar.
Es tan triste y tan injusto... Gracias por recordarnos esta realidad. A veces de tanto oir noticias tristes parece que nos insensibilizamos. Pero no son números, son niños, vulnerables. Tenemos que cuidarlos, no golpearlos.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias a todos por aportar tan interesantes comentarios. Os deseo un feliz fin de semana :)
ResponderEliminarQué triste que los niños sufran, cuando deberían ser felices, porque son los adultos de un futuro.
ResponderEliminarMe ha encantado volver a leerte.
Un beso, preciosa.
Grandes tragedias familiares ubicadas en corazones pequeños.
ResponderEliminarAsí lo defino yo. Y me parece que has sacado una historia terriblemente real - por desgracias - de una imagen que se prestaba a varias interpretaciones. Gracias por tu creatividad de viernes, que una vez más, nos ha recordado que aunque nos tapemos los ojos, la terrible existencia de los niños maltratados sigue existiendo.
Un besote amiga.
Ay, Señor, que pena inmensa que estas cosas sean tan cotidianas...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga
Ay, Señor, que pena inmensa que estas cosas sean tan cotidianas...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga
Es una de las cabronadas de la vida que más incomprensible me resulta, supongo que como yo, todos los que tienen hijos, darían su vida por ellos, no me entra en la cabeza que se pueda hacer daño a un niño, mucho más si es el tuyo.
ResponderEliminarNo digo nada ya cuando son bebés, eso directamente me pone de muy muy mala hostia.
Besos querida, fenomenal relato, espero que fuera bien.
Una tristísima realidad, lamentablemente...
ResponderEliminarUn abrazo para vos, Pilar.
Lau.
Pues has hecho un micro precioso Pilar (aunque esconde una historia trágica) para estrenarte en los Viernes Creativo. Por cierto, hoy el tema era un "pelín" más peliagudo, creo que por eso el porcentaje de micros que se han presentado, ha sido menor.
ResponderEliminarQue pases un felicísimo fin de semana.
Un placer pasar por tu casa, amiga.
Rosy
Al maltrato se une encima la vergüenza de ser maltratado. Y además a esas edades. ¿Puede haber una situación más patética?
ResponderEliminarBuen relato, aunque te deja mal cuerpo. O precisamente por eso.
Un abrazo.
Por desgracia conozco de cerca casos similares, y tu relato no le añade fantasías a esos dramas. Muy buena presentación, Pilar. Es difícil escapar a la realidad con textos de ficción como el tuyo.
ResponderEliminarUn saludo
Juan M
Durísima historia por la realidad que esconde.
ResponderEliminarBesos.
Pilar, el espanto del maltrato, el espanto del maltrato a los niños.
ResponderEliminarTerrible historia que por desgracia tiene muchas fuentes reales de inspiración.
Me gusta tu literatura, entre otros aspectos literarios, porque mueve y mantiene despierta la conciencia.
Un abrazo
Todos los maltratos son cobardes e infames,pero quizás sea este el que más conmueve. Porque el de los ancianos es muy grave también pero ellos de sobra conocen la maldad del ser humano,pero un niño no.
ResponderEliminarBicos.
No sé quién eres "Observando la vida", ya que no estoy acostumbrado a hablar con gerundios, pero ya que te empeñas en gerundizar, te diré que el relato es tan obvio como candorosamente ingenuo. No hay diálogos entre los personajes, sólo idealizaciones que no valen para nada, la gente habla, se le pregunta al chaval, se llama a la policía, se hace lo que haya que hacer, eso de las miraditas me suena a jovenzuelos estúpidos, llévale al hospital, ayuda al crío, denuncia al responsable de los malos tratos y no te quedes con ese juego de complicidades que sólo reproduce lo que quieres combatir hasta la náusea. Espero que me des caña a mí en mi blog y, en serio, arregla los problemas, no te los imagines, nada se arregla en el cerebro sino en la vida real. Cordiales besos donde más te gusten.
ResponderEliminarGracias Santiago por leerme y por dejar tu comentario que responde precisamente a lo que me proponía al imaginar mi relato. Creo que muchas veces en esas situaciones alguien tiene que ver algo, alguien que tal vez calla y mira para otro lado.
EliminarLos besos cordiales siempre son bien recibidos.
María del Pilar
Gracias ti, María del Pilar, ahora sí que nos entendemos, solo le doy a la tecla para confiarte que me he quedado más tranquilo con tus explicaciones. ¿Tienes pensada escribir una segunda parte del relato e identificar exactamente el problema o vas a quedarte solo con la estética? Sor Cecilia piensa que es un problema de niños crueles, yo que es un problema familiar, Maroto el de la moto que es un amigo del barrio quién se pasa con el chaval, el panadero de la esquina que realmente se ha caído del monopatín; si la profesora solo mira y los dos lloran como magdalenas, al final no sabrá nada de nada, es inútil tanta lágrima, solo conocerá con su mudez sobrevenida que el chaval sufre. ¿Hará algo? ¿Se enterará realmente de lo que le pasa al crío? Espero ansioso esa segunda parte. Sigo besándote cordialmente (cordial, viene del latín, ¿no?, del ¿cuore?). Como decía el torero Rafael el Gallo, "perfecto es lo que está bien arrematao". Estaré atento a tus próximas historias, parte de las mías aguardan tus comentarios.
Eliminar¿Una segunda parte? A veces las he escrito, pero no siempre; también me gusta dejar los post en un mero planteamiento. Los propios lectores ya estáis escribiendo esa segunda parte, con manifestaciones contundentes o con preguntas, todo menos la indiferencia.
EliminarEmpiezo a conocer tu blog.
Saludos y feliz semana.
Buen relato Pilar, muchas veces los niños son muy crueles. De niña, los niños se metían conmigo por ser gordita-cosa que sigo hermoseando-!jaja!pero les hice frente, dejaron de acosarme y los hice mis amigos.
ResponderEliminarPero no siempre se consigue, la mayor parte el niño acosado pierde su autoestima y queda como un niñato a merced si cabe aún de más de violencia y humillaciones.
Gracias
Con ternura
Sor.Cecilia
ufff qué duro! pero el post es bueno, muy bueno.
ResponderEliminarabrazo;
Pilar, nos dejas una realidad cercana, que nadie debe ignorar,ni profesores, ni padres. Espero, de verdad, que unos y otros estén al tanto de esta situación y tomen las medidas necesarias...Yo tengo una niña de 14 años,que va al instituto y trato de estar informada cada día de cómo transcurren las clases y el recreo...
ResponderEliminarTe dejo mi gratitud por tu solidaridad con estos temas y mi abrazo grande por tu cercanía y buenos posts.
Feliz semana, compañera de letras.
M.Jesús
Me ha gustado el relato, Pilar. Refleja muy bien la situación de indefensión absoluta en que se encuentra un pequeño maltratado. Se lo quitan todo, hasta las palabras.
ResponderEliminarAbrazos.
Un tema muy de actualidad, el maltrato infantil, el acoso en las escuelas por parte de los compañeros, me parece terrible, creo que todos tuvimos de pequeños nuestro acoso particular, y también, nos sentimos indefensos ante ese mundo violento contra el que teníamos pocos recursos o ninguno...
ResponderEliminarBesos, amiga
Sin dudas una lamentable realidad en muchos casos. Todavía hay gente que cree que con golpes se le enseña a los niños. Y mas lamentable que existen padres que se desahogan así con sus hijos! No les debería estar permitido engendrar vida, si no saben valorarla. El daño psicologico, persiste en el tiempo. Lo se, por experiencia propia. Muy buen relato!!! Un abrazo =)
ResponderEliminarTristísimo este tema y esta realidad, los niños pagan las frustraciones de los mayores y se debería tomar más conciencia para poder solucionarlo.
ResponderEliminarBesicos y gracias por tu visita.
No hay nada que justifique el maltrato, pero además si este es a un niño indefenso es que es una cosa antihumana, atroz.
ResponderEliminarSe me pone la piel de gallina solo de pensarlo.
Criaturas... cuantas hay que lo padecen a dia de hoy, con todo lo que evolucionamos, me parece increíble que los adultos descarguen la ira en sus niños...
imperdonable lo mires por donde lo mires.
Besos mediterráneos.
Es un tema que estremece, cómo pueden dañar a los niños, algo que nunca entenderé, mp.
ResponderEliminarMuy bien logrado tu relato.
Fuerte abrazo!
Triste realidad en la que todos participamos como actores, porque callamos lo que es evidente.
ResponderEliminarNo puedo con las injusticias, con la fuerza y la posesión de poder, si la víctima es un niño me ciego. Imperdonable.
ResponderEliminarUn tema que me toca profundamente por un asunto cercano a mí, aunque en este caso el maltrato venía de los propios compañeros de clase... y no sé qué es peor. En cualquier caso, con unas cuantas pinceladas has llenado de sentiminto tu historia...
ResponderEliminarUn abrazo.
Bien, con tantos comentarios que tienes no me queda mucho que añadir. Eso sí, todos esos niños son potenciales maltratadores el día de mañana, es una lástima.
ResponderEliminarPD-Me ha encantado tu buena educación. Un saludo.
Pobres Criaturas, ese sufrimiento tan callado.
ResponderEliminarDe verdad que no lo comprendo.
manolo
Hola María Pilar, una realidad muy bien contada. Es una pena que los niños sean maltratados y tengan que sufrir los palos y el maltrato psicológico que duele tanto o más que el maltrato físico. De esa forma se educan niños muy sensibles y huidizos capaces de no saber solucionar los problemas de la vida cotidiana. Niños/as marcados de por vida que serán distintos en su comportamiento y tal vez, unos próximos maltratadores. Tal vez no porque los palos y desprecios duelen tanto que al final la gran mayorías se vuelven sensibles y con mucha empatía hacia el sufrimiento ajeno. Muy bien narrado tan bien, que llega a doler en carnes propias.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo
Te encontré en casa de Jara, paseando de taza en taza y...
ResponderEliminarEncoje el alma tu relato y más aún saber que no es relato sino realidad. Ser padres no es concibir sino crear vida en vez de quitar futuro.
Leí una vez "Uno nunca se repone de una infancia infeliz" y encoje el alma pensar en su futuro.
Abrazo. Y volveré.
Inmenso abrazo para todos los que habéis pasado por aquí y habéis dejado vuestra opinión porque mi blog está vivo gracias a todas ellas.
ResponderEliminarPilar, vengo rápido de tu respuesta en mi blog, a conocer tu percepción.
ResponderEliminarEs exquisitamente dulce y dura, en el orden que desees.
Una narración inmaculada y la descripción de cuantos detalles creas para la visualización.
Mi enhorabuena muy sincera¡¡
Besos muchos ♥♥♥
Como te había dicho, me sorprendió al leer tu relato basado en la imagen y ver que en lo fundamental habíamos coincidido.
EliminarBesos.