Ir al contenido principal

La magia de París

A mi hermana le ha tocado en un sorteo del BBVA un maravilloso viaje a París para dos personas. Por cuestiones de trabajo no puede ir. ¿Te apetece acompañarme? 

En Orly nos esperará un chófer con un cartel en las manos donde leeremos nuestros nombres: Aitor y Marta. Nos daremos con el codo al verlo. Nos entrará la risa... Con su gorra de plato y en un flamante mercedes descubriremos la impresionante Ciudad de la Luz que enamora a todo osado que se atreva a mirarla como lo haremos nosotros.

Yo te comentaré que la ciudad de los bulevares con los parques, las brasseries y los tejados grises me parecen el más bello escenario que nos podíamos imaginar, pero que la nota de color se la ponemos los turistas. Me llamarás ilusa con esa sonrisa tuya que tanto me gusta. Y de repente, la veremos y diremos los dos a una: ¡la Torre Eiffel!

Disfrutaremos callejeando a nuestro ritmo —bonjour madame, bonjour monsieur—. Pasearemos entre la gente por el Barrio Latino y me divertirá la nariz de payaso que te dejará la textura suave de la crêpe. En venganza, a pesar de mi resistencia, me dibujarás un bigote con el chocolate de los macarons.

Apoyados en la barandilla de uno de los puentes del Sena oiremos el murmullo del agua y esperaremos a que los barcos paren su actividad para contemplar la belleza silenciosa de Notre Dame al atardecer, cuando engalanada con su aire de misterio se funde en un abrazo con su eterno acompañante: el río.
Cogidos de la mano nos pararemos a escuchar a los músicos callejeros que animan el lugar y me dirás bajito al oído que soy una mujer extraordinaria. Nos miraremos a los ojos y nuestras retinas brillarán más.

En la rosaleda del Jardín de las Plantas, las flores excitadas arderán en deseos de rivalizar para embriagarnos con su aroma y me declararás —¡por fin!—lo enamorado que estás de mí. Con voluptuosidad y loca energía nos abrazaremos durante una eternidad de delicias en la que nos olvidaremos de todo y de todos.

Haciendo cola para entrar en el Orsay empezará a llover, los vendedores de recuerdos se colarán por las alcantarillas y saldrán reconvertidos con el aspecto bohemio de vendedores de paraguas. “Oh, là là, —te diré sorprendida— nos envuelve la magia de París.”

Por las escaleras del metro descubriremos una ciudad oscura y subterránea con su propio ritmo. Te confesaré mis temores y tú podrás abrazarme y decirme esas "cosas" que sabes que me tranquilizan. Respiraremos el aire fresco de la noche y sentiremos el olor del miedo al subir por callejuelas oscuras hasta el Sacre Coeur. Arriba compartiremos las escaleras para sentarnos con cientos de personas que se esfumarán en la noche por arte de magia y la ciudad de la luz se pondrá a nuestros pies con su hechizo y seducción.

Por fin, nuestro candado del amor quedará prendido entre los adornados hierros que forjan el famoso puente de las Artes y tiraremos las llaves al Sena porque antes, nos habremos jurado amor eterno.

Safe Creative #1904010489284

Comentarios

  1. Un saludo a todos los que paséis por aquí para estos días que voy a estar ausente. Os deseo lo mejor. Besos :))

    ResponderEliminar
  2. Los sueños siempre son buenos cuando se trata de París. Besicos y hasta la vuelta.

    ResponderEliminar
  3. Pues nos has paseado por Paris en vuestra compañía y si no ha sido espero que muy pronto sea realidad.

    Besos,

    ResponderEliminar
  4. Joer! Pili, que recuerdos, tengo que volver porque me has puesto los dientes largos..jeje me encanta pasear por París, siempre me ha encantado.

    Que disfrutes mucho e impregnate del ambiente parisino.

    Un beso, que disfrutes mucho.

    ResponderEliminar
  5. Ay, Pilar, la próxima vez me toca a mi!!! Que no he estado nunca :(

    Besos, chula, disfruta mucho

    ResponderEliminar
  6. Pilar, gracias por este paseo por París, que nos ha venido de maravilla...Si aún no lo hiciste, espero que la vida te lo regale, amiga, te lo mereces doblemente...Mi abrazo inmenso y mi cariño...Felices días con los tuyos, sabes que te esperamos, hasta pronto, Pilar.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  7. Hola Pilar,se nota que has estado en París!!.Porque has descrito mas que bien cada uno de esos rincones.
    Te deseo que lo estés pasando genial y si es en París,mucho mejor .
    Muchos besos:)

    ResponderEliminar
  8. Que lo pases hermoso!!!
    A disfrutar!!!
    Un beso enorme!!
    Lau.

    ResponderEliminar
  9. Disfruta, María Pilar, y si es en París, aún mejor. Qué ciudad más maravillosa... Con los ojos cerrados, la veo, la siento, me impregno de su aire, como me he impregnado con tu narración tan romántica.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Yo sin haber estado en París. Y tu relato recriminándomelo. Un año de estos tendré que ponerle remedio.
    Felices minivacaciones. En París o donde sea.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Uy no hay nada como viajar y más a una ciudad tan hermosa. Has descrito tan bien la ciudad que sentía que estaba ahí Te mando un beso y te me cuidas

    ResponderEliminar
  12. el potencial habla del viaje que no es, que va a ser. Y es esa ilusión de desear, supongo lo que viene, lo que lo hace más intenso. Ya la mente, el deseo, se adelantan, Ya se relamen pensando en contarselo al de la sonrisa que tanto te gusta. Es más lindo cocinar, que sentarse a la mesa a comer el plato. Es ir anticipandolo, a través de los olores. Es el pan en la salsa, destapando la olla. Todo tal vez, sea culpa de Paris.

    ResponderEliminar
  13. Con tu preciosa entrada he añorado París. Hay pocos escenarios más apropiados para una imaginación romántica. Disfruta de la estancia.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
  14. Hola, María Pilar.

    Osea que te has ido de verdad y nos has puesto los dientes largos?
    Pues disfruta todo lo que puedas, guapetona.

    Un besazo

    ResponderEliminar
  15. Que suerte poder disfrutar de esa ciudad en estas fechas cercanas a la navidad, con las avenidas engalanadas de luces y brillos.
    Que lo pases bien
    Un saludo

    ResponderEliminar
  16. Pintaste cada paso que una vez di por París. :-)

    Besos.

    ResponderEliminar
  17. Pintaste cada paso que una vez di por París.

    Besos.

    ResponderEliminar
  18. El color lo ponen los turistas, quiero ir a pintar París.
    Bon voyage.

    ResponderEliminar
  19. Precioso el paseo que hemos dado acompañando a Marta y Aitor, pero la magia la has pintado tu con tus palabras.

    Besos

    ResponderEliminar
  20. Hace poco me contaron un viaje a París, casi igual, sólo que no les esperaba chófer con mercedes. Buses, metro, zapatillas deportivas y mapa fueron sus ayudantes, y una habitación en una casita a las afueras su nido de amor. Las fotos sus recuerdos palpables, la ilusión algo que guardará para siempre en su corazón. Te deseo lo mismo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. A veces estos sueños se cumplen. Conozco un caso aunque la ciudad elegida no fue Paris sino Roma. Me ha encantado como ga¡has descrito la ciudad de la luz. Bss

    ResponderEliminar
  22. Pues mira que a mí París...ni fú, ni fá. Aunque supongo que cualquier lugar es el paraíso si vas de la mano de quien amas.

    Salud.

    ResponderEliminar
  23. Este fin de semana hemos estado en París, después de unos años esperando la oportunidad. Sin lugar a dudas, una ciudad espectacular. Nos ha encantado, aunque quizá esperábamos algo más (tanto glamour, tanta politesse francesa...)

    Hemos Visto

    ResponderEliminar
  24. A París con el negro como decía una canción. En París o en Chinchilla que lo disfrutes.

    Besos Pilar.

    ResponderEliminar
  25. Hola María Pilar, pues que lo pases lindo. Que disfruten de las cosas bonitas y que luego lo cuentes.
    ¡¡Jooooooooooooo con chofer y todo!! :-)
    Saludos y abrazos

    ResponderEliminar
  26. Y yo... Y yo... Yo tambien quiero ir...

    Un abrazo, amiga... Felices días...

    ResponderEliminar
  27. que bonito niña, que disfrutes de todos los rincones de la bella Paris...
    saludos y buen viaje

    ResponderEliminar
  28. que bonito niña, que disfrutes de todos los rincones de la bella Paris...
    saludos y buen viaje

    ResponderEliminar
  29. María Pilar, qué espléndido viaje realizarás. Ya está en tu imaginación. Ajora falta materializarlo, sentirlo, beberlo con ansia... Cuando vuelvas de él podrás decir a tu hermana que ha sido el regalo mejor empleado que ha podido hacer en su vida porque te sabes París, sus colores, y olores y te sabes todos los rincones del deseo que ha sido acrecentado por la belleza y la grandeza de una ciudad que te eleva en el mundo de los sueños y los convierte en realidad.

    Un cariñoso abrazo, querida María Pilar.

    ResponderEliminar
  30. A quién no le entran ganas de ir a Paris después de leer este relato?, :)
    Me has recordado que lo tengo pendiente, m.p.
    Bicos polita.

    ResponderEliminar
  31. ¿A quién no le gustaría visitar París? Creo que todos quisiéramos estar ahí algún día.


    Beso Pilar

    ResponderEliminar
  32. "París bien vale" ... un viaje regalado, un paseo otoñal entre humedad y hojas tapizando los adoquines, una pintura imaginada, una librería entreabierta, una luz única o una melodía ensoñadora, ... o una misa según para quien.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  33. Paris toujour Paris!!!
    Besos.

    ResponderEliminar
  34. Me iría ahorita mismo y mira que son casi las doce de la noche, disfruta de allá donde vayas, gracias por el relato de despedida. Abrzucos

    ResponderEliminar
  35. Tu relato es la crónica de un viaje maravilloso que tendrá lugar entre dos personas, emocionalmente, y en una ciudad única, geográficamente. La forma de narrarlo me ha parecido súper original, dado que está contado como algo que, sin haber sucedido aún, nos arrastra y nos hace acompañar a los protagonistas visualizando su historia con total nitidez. Precioso, María Pilar, ¡me ha encantado!

    Un beso y feliz finde.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

La voz de la memoria —Felipe—

   Hay personas que se convierten en personajes al dejar tras ellos una historia que abarca a todo un pueblo. La historia de Felipe es la de la voz de la memoria. Un repertorio de versos que aprendió de joven y no olvidará nunca. A través de sus palabras, la tradición se perpetúa cada año en la celebración de la fiesta de Santo Tomás de Aquino, en Villamediana. En la iglesia, frente al altar del santo, con la seguridad que le da su prodigiosa memoria, Felipe proyecta la voz de manera fluida, sin titubeos. Por momentos, la emoción pende en la lágrima que brilla en el borde del párpado, sin llegar a caer, porque sabe el significado profundo que encierra cada palabra. No son simples versos, se necesitan cinco o seis páginas para escribirlos. Las sostiene enrolladas en la mano derecha, la que dirige al santo para enfatizar, y es al que mira en todo momento porque es con el que conversa. Los demás somos invitados, emocionados y agradecidos. A Felipe se le ve profundamente concen...

El álbum de los recuerdos

Tal vez la humedad sea el único visitante entrando por las goteras, tal vez los vetustos interruptores no enciendan más las bombillas de luz amarilla, pero la casa permanecerá intacta en el álbum de la vida con mis recuerdos.  Teníamos once años cuando las cinco amigas nos vimos reflejadas en los cristales de las ventanas del baile del pueblo. Ataviadas con amplios vestidos largos que íbamos arrastrando, nos sentíamos el centro del mundo. Habíamos revuelto en los baúles de la abuela, sin contar con su permiso, y estábamos encantadas con nuestro disfraz. Como no podíamos entrar en el baile por ser menores de edad, nos contorsionábamos siguiendo el ritmo de la música de los setenta que se oía fuera, para llamar la atención de los que se encontraban en el interior. Divertidas, provocadoras, felices de sacar a la exhibicionista que llevábamos dentro mientras,  con los pisotones de los zapatos de tacón , desgarrábamos las telas de raso y tules que nos cubrían. Mi vestido  era...

El último encuentro - Reseña

Ficha técnica   Título: El último encuentro   Autor: Sándor Márai   Editorial: Salamandra   Año de publicación: 1942   Año de edición: 2015   Número de páginas: 190 ARGUMENTO DE LA OBRA  La obra transcurre en un castillo de caza en Hungría, donde en tiempos pasados se celebraron fastuosas veladas y la música de Chopin inundaba los elegantes salones decorados al estilo francés. El esplendor de antaño se ha desvanecido y todo anuncia el final de una época. En ese escenario, dos hombres, Henrik y Konrad, se citan para cenar tras cuarenta años sin verse. Desde niños y durante su juventud fueron amigos inseparables a pesar de las diferencias de su estatus social. Luego ocurrió algo entre ellos que los separó para siempre. Henrik se fue lejos y Konrad siguió viviendo en el castillo rodeado de criados como lo hicieron sus antepasados. Hasta que se da el reencuentro al final de sus vidas. Los dos han vivido a la espera de ese mom...

Un mundo de Ángeles Santos

Este cuadro ha sido restaurado recientemente y se puede ver en el Museo Reina Sofía de Madrid. «Un mundo», dijo la autora que representa. Por cierto, se llamaba Ángeles Santos y lo pintó con tan solo diecisiete años, una artista precoz donde las haya. ¡Qué no se hubiera dicho de ella en 1929 si hubiera sido un varón! Eran otras épocas; de la mujer se esperaba que se casara y fuera amante esposa y una madre solícita, no una artista del vanguardismo. De todas formas, el monumental lienzo de nueve metros cuadrados tiene tanto magnetismo que fue la obra que más sensación causó en el madrileño Salón de Otoño de 1929. Los especialistas se rindieron ante su genio precoz y recibió los elogios de la intelectualidad del momento.    ¿Qué tiene esta pintura para que nos llame tanto la atención? ¿Es su aspecto de pesadilla? ¿Su monumentalidad? La miro desde la distancia. El cubo terráqueo está tan cargado de objetos que a duras penas se sostienen por la velocidad a la que se mueve; pare...

La habitación de las llaves antiguas

La habitación de las llaves antiguas (fragmento)  de Elena Mikhalkova  Mi abuela una vez me dio este consejo:  Cuando los tiempos sean difíciles, avanza en pequeños pasos.  Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo lentamente.  No pienses en el futuro ni en lo que pueda pasar mañana.  Limpia los platos.  Limpia el polvo.  Escribe una carta.  Cocina sopa.  ¿Ves eso?  Sigue adelante, paso a paso.  Da un paso y luego haz una pausa. Toma un descanso.  Valórate a ti mismo.  Da el siguiente paso.   Luego otro.   Apenas lo notarás, pero tus pasos se harán más largos.  Hasta que llegue el momento en que puedas volver a pensar en el futuro sin llorar. (Elena Mikhalkova, escritora Rusa, nació el 1 de abril de 1974).