Proyecto Bradbury: «Durante un año escribe un cuento corto cada semana. No es posible escribir 52 cuentos malos consecutivos». (5) Para mis amigos blogueros: Nací en un lugar de España que hoy ya no existe, no al menos como yo lo recuerdo. Pero es en ese recuerdo donde nace mi fuente de inspiración para escribir. Puedo decir que en mi infancia me acunaron con cuentos. Crecí escuchando historias relatadas con el tono justo, un susurro de voz cuando el tema lo requería, el énfasis en la palabra adecuada. Era la voz de mi padre con sus narraciones viajeras, reales o fantásticas. Sucesos dramáticos almibarados de ingenio y siempre con final feliz. Me fascinaban esas aventuras en las que él, normalmente, era el protagonista y salía airoso. Pronto empecé a inventar mis propias historias. Se las contaba a otros niños y me escuchaban fascinados. Mi madre me compró el primer cuento. La portada era brillante y muy colorida: un bosque luminoso y un cervatillo tumbado. Me encantó. Tení
Un blog de relatos