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Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a

La esperanza también se pierde

¡Qué pesada es la losa que nos aplasta! Hoy se ha inclinado un poco más, Nos asfixia, nos atenaza, nos ahoga. ¿Hasta cuándo la podremos soportar? Han segado los pies del que la quería frenar, Han cortado las manos del que la podía sujetar, Han disparado sobre la nuca del que no pensaba igual, Han sellado, para siempre, la voz del que clamaba: ¡LIBERTAD! ¿Qué nos espera en esta tierra donde el mal triunfa con tanta impunidad? - En Memoria de Fernando Buesa - 22 – 2 -2000 © María Pilar

El abuelo cumple 89 años

El abuelo sigue firme, agarrado a esos terruños que domina con los ojos cerrados. «Aquí vamos tirando», responde cuando le preguntan qué tal está. Nuestras visitas se producen en fechas señaladas: Navidad, cumpleaños, fiestas de agosto, aniversario de la abuela…  Tiene salud, se ocupa de la huerta y da largos paseos al atardecer. Parece sentirse a gusto rodeado del paisaje y el paisanaje de su pueblo.  Cumple los 89 como si le cayeran de golpe y empieza a hablar de que se siente viejo. El mover enormes piedras, limpiar el arroyo, trabajar en la huerta y pasar horas ayudando en la reconstrucción del muro de la casa, han hecho que se sienta algo más cansado de lo habitual. Con el buen tiempo volverá a su actividad cotidiana.   Cuerpo proporcionado y ojos azules, pequeños de curioso observador sin descanso, a la sombra de unas pobladas cejas blancas, como blanco es el pelo, abundante para su edad; la boca, muchas veces seca de incansable hablar, con el vaso de agua y azúcar siempre cer

La sombra del viento

La sombra del viento, con su ambiente gris, húmedo y triste, me ha tenido en un puño por saber cómo iba a resolverse el misterio y el suspense, la intriga y la venganza, el dolor y la desesperación que a lo largo del mismo se van sembrando en torno a los cuatro malditos. Al final el puzzle difícil y complicado queda ensamblado perfectamente. Es un libro que te deja huella tanto por su trama, contada con esa técnica de meter una novela en otra para hacer ver que la tragedia en las historias de amor se repite y que Daniel está a punto de correr ese peligroso final, como por su narrativa plástica y visual. A veces recuerda la técnica de la cámara de video, gracias a la generosidad de recursos literarios los olores te revuelven el estómago, el frío te hiela, la lluvia te llega a empapar y tienes que frotarte los ojos para poder entrever en esa atmósfera gris a los que se esconde en las sombras. Si algo le falta a la ciudad de este libro es la luz. Con todo, los personajes brillan

No más violencia

¡Qué pesada es la losa que nos aplasta!  Hoy se ha inclinado un poco más Nos asfixia, nos atenaza, nos ahoga.  ¿Hasta cuándo la podremos soportar?  Han segado los pies del que la quería frenar Han cortado las manos del que la podía sujetar Han disparado en la nuca del que no pensaba igual Han sellado la boca del que clamaba LIBERTAD ¿Qué nos espera en esta tierra  Donde el mal triunfa con tanta impunidad?  Cara de niña, piercing de joven, voz de mujer  Relevo de la antorcha al frente, tras pistolas humeantes  Del Guernica débil flor picasiana , instante fugaz  Manos blancas, nuevos caminos ¿Generación de la esperanza?