En sus palabras de presentación se la veía insegura, indecisa; su falta de facilidad de palabra no le ayudaba a dar una imagen convincente. El toque victimista que dio a su discurso me provocaba sentimientos contradictorios. «No quiere el cargo, hace un sacrificio por aceptarlo, en cuanto cumpla el tiempo para el que ha sido nombrada, se irá». —¡Bah!, es solo su falta de experiencia —me dije. Por lo demás, aparentemente parecía honesta, tranquila, paciente. El típico perfil de la persona en la que puedes confiar. Era una mujer, por fin, una mujer iba a llevar la dirección de la empresa. ¡Había que apoyarla! El alejamiento nace de la poca claridad en las líneas de actuación, reiteradas evasivas, frases reticentes y muchos silencios irritantes. Toma decisiones en las que delata su incompetencia. Al sentirse observada, su inseguridad hace que se cierre más en ella misma y reciba las opiniones diferentes como críticas destructivas a su trabajo. A la vez que se va ...
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