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El caso de las joyas robadas

Cardini Spañoleto ̶ su verdadero nombre era Aitor ̶ había llenado el Madison Square Garden precedido por su gran fama de mago ilusionista. Sus trucos tenían magia e inteligencia y engañaba y divertía a la par. Hoy era el gran día de la representación tan anunciada con truco nuevo incluido. Cuando las luces se apagaron y quedaron solo las de emergencia y las que lo enfocaban en el escenario, sintió la atracción de alguien que desde las gradas ejercía una influencia sobre él. Le hacía perder concentración. Era la misma atracción que lo inexplicable de sus actos ilusorios ejercía en las multitudes que lo seguían allá donde se presentaba. Abrió su maletín para que todos comprobasen que estaba vacío y al cerrarlo se encendieron las luces del pabellón. Lo abrió y lo cerró varias veces repitiendo el mismo efecto de luces. Los destellos de las joyas resaltaban la belleza de Nerea sentada como una espectadora más entre las primeras filas del graderío. Su mirada curiosa y expectant

Celos que matan

El hombre que me enamoró era inteligente, apasionado y divertido. Nos conocimos en 5º de Derecho y cuando él encontró un buen trabajo en un bufete de abogados decidimos casarnos. Yo podía quedarme en casa. Al principio todo fue muy bonito, pero poco a poco se fue desmoronando con las broncas que me montaba porque miraba a este o sonreía a aquel... Hasta el día que empezó a golpearme cegado por sus celos irracionales. Hoy, cortando definitivamente todos los hilos de mi destino me ha gritado: ¡En adelante no saldrás de casa, así podré estar tranquilo! En el aire ha quedado el retumbar del portazo habitual. No puedo aguantar más y en mi interior algo se quiebra violentamente. Mi cara se queda desencajada, mis piernas se doblan y todo mi ser es un ovillo. La visión empañada me impide distinguir esa sombra que se me aproxima, oigo su voz queda diciéndome: —Mamá... —Mi niño, pero estás aquí, en mi habitación. —¿Por qué papá es malo? —Papá no es malo, nos quiere mucho. —Tú siempre

Mujeres que pisan fuerte

 RETO: ESCRIBIR UN MICRORRELATO CON UNAS FRASES AL AZAR DEL LIBRO: Alicia en el País de las Maravillas Alicia estaba ya tan acostumbrada a que todo cuanto le sucediera fuera algo extraordinario, que le pareció de lo más soso y estúpido que la vida siguiera por el camino normal , pero terminó aceptándolo y más cuando ya no era la joven que fue sino que vivía en un cuerpo de mujer ya cumplidos los cincuenta.  Se daba por lo general muy buenos consejos a sí misma, aunque rara vez los seguía, como esa dieta que se había propuesto, en realidad no la cumplía por simple pereza, se justificaba diciendo que a ella le gustaba lo natural como la vida misma.  Se encontraba en la cocina dando vuelta a la tortilla de patata que preparaba para la cena cuando oyó que Tom entraba. Tras largos años de convivencia, hasta esos detalles tan nimios, como el ruido que hacía al abrir la puerta, le informaban que era él. Siguió poniendo todo el entusiasmo en la realización de su obra. En eso, Senen, el coci

La estrella y la luna

 RETO: UNA CANCIÓN, UNA HISTORIA Título: La estrella y la luna Autor: LA OREJA DE VAN GOGH https://www.youtube.com/watch?v=6DAv9dXKmlA En cada sonrisa mil "te quiero" En cada destello un millón de besos Aire puro anhelos secretos Como guardan los ríos sus mejores recuerdos. Los niños chiquitos olvidan sus miedos Cuando cada noche Creen poder tocarla en sus dulces sueños. En la alborada del mar del amor Conciben suaves melodías Entre los lazos del viento. Los ojos cuentan, la poesía escribe Se enredan como folio y verso. Agua, hielo, tierra, y fuego Pesadilla de terror tornan los dulces sueños Serpiente que no sabe de aromas ni besos Pupilas de envidia, congeló el momento. Si de llorar se tratara, Se ahogaría el mar por dentro. En un columpio se bambolea la estrella Ha regresado a su cielo © María Pilar

Amor en el Museo

Tres bellísimas jóvenes rebosantes de carnal picardía muestran con gozo sus cuerpos desnudos. Las tres están conectadas entre sí a través de los brazos, el velo y, sobre todo, la mirada. Es justo la complicidad de sus miradas lo que da unidad al grupo. Bailan al ritmo de una divertida música que canta la lira de Orfeo y con la elegancia y gracia que irradian, nos están invitando a participar. La cascada de cabellos rubios que le cae a Áglae por la espalda tiene hechizado a Diego que las observa. Siente que adentra sus manos entra los rizos y percibe el cálido aroma que los envuelve. Tiembla excitado al contemplar la morbidez perlada de su cuerpo desnudo. Está pletórico y entona un soneto a la voluptuosidad  de su amada. Las tres chicas cuchichean. "Ahí lo tienes, encendido de pasión", le susurra Talia. Y hábil le baja el brazo para que luzca la frescura de su pecho con el pezón turgente. El fruición que experimenta Diego, intensifica su respiración y el sudor le