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La carta a los Reyes

La noche de Reyes cierra las fiestas navideñas Cada año desfila la cabalgata por mi ciudad con gran bullicio y nos contagia a todos la ilusión. Los más pequeños no quieren ir a dormir, los mayores sonríen; se palpa el nerviosismo en el ambiente.  Es el cinco de enero y estamos en invierno. Un largo invierno que conoce su fuerza y la muestra cubriéndolo todo de nieve. Después sopla un viento gélido que deja las calles vacías y carámbanos amenazantes colgando de los tejados. A pesar de todo, nunca ha sido un problema para Sus Majestades que no vienen en trineos, sino en grandes camellos del desierto. Son los Reyes Magos y con la magia todo lo pueden. Surcan los cielos a la velocidad de la luz para que por la mañana tanto niños como mayores se muestren emocionados al ver en sus zapatos el regalo deseado. En la calidez de los hogares, junto a la chimenea, comienzan los preparativos para esa noche: el cuenco de agua para los camellos; turrones y mazapanes para los Magos y las tres copas d

Una Navidad diferente

Es la mañana del 1 de enero de 2022 y luce el sol. Da alegría ver cómo los rayos se cuelan por las ventanas y sientes algo así como un subidón de moral. A pesar de que el invierno viene muy crudo. Estamos a temperaturas bajo cero y los del tiempo anuncian borrascas de nieve continuadas con el cierre de carreteras. Ya lo están algunos puertos.  Tras los cristales del mirador, la plaza ofrece una estampa navideña. La nieve caída por la noche la cubre con su capa uniforme, aunque puedo distinguir pinceladas oscuras dispersas. Son las hojas acharoladas de los magnolios que se han sacudido el peso que las tapaba. Todo brilla con tanta luz que te obliga a entre cerrar los ojos. ¡Bien hecho 2022! Empezamos a congeniar. El gris y negro en el que nos tenía metidos tu hermano mayor nos bajaba los ánimos a los pies.  Ya la noche fue un regalo al poder cenar juntos y, a la vez, separados. Éramos las dos caras del dios brifonte Janus: la del hombre viejo y la del joven. Las mesas estaban repleta

Drama familiar en Navidad

Sobre las seis de la tarde, Raúl llegó a la casa de sus padres para celebrar la Nochebuena en familia. El joven parecía desenvuelto y muy feliz. Al entrar, el olor a hogar lo devolvió a su infancia. El lechazo ya estaba en el horno adquiriendo el tostado crujiente tan rico y él llevaba un buen vino para acompañarlo. La madre, al verlo, se secó las manos en el delantal y lo abrazó emocionada. Era su niño, aunque Raúl ya había cumplido los treinta y cinco.   Durante la cena, a la madre no le pasó desapercibido que, a veces, su hijo estaba como ausente. Sintió en su interior una vaga sensación de alarma. Al cabo de un rato, Raúl entraba en la conversación con ellos, reía con esa risa tan franca que lo caracterizaba y ella se alegraba. Pero en el fondo, le quedaba un runrún de preocupación. Secretamente, tenía miedo a que su hijo se fuera alejando más y más de ella. Todos sabemos cómo es una madre posesiva ante un hijo único. Todos sabemos lo que un hijo puede llegar a hacer para gana

Se armó el belén

En el belén no había guirnaldas ni espumillón navideño, pero sí una estrella de purpurina que flotaba en un cielo estrellado. Su misión era la de guiar a los Reyes Magos hasta el portal porque los camellos jorobados que los traían no sabían el camino. Uno, dos, tres. Eran tres los camellos jorobados con sus correspondientes magos.    El Niño Jesús, en pañales, temblaba de frío sobre la paja del pesebre. La Virgen, su madre, estaba sentada al lado en una dura banqueta de madera y nunca se cansaba de mirarlo.    Cuando los pastores vieron a un ángel en un árbol empezaron a hacer gestos como si fueran a desmayarse, no lograban explicarse qué era aquello. Las ovejas, mientras, seguían pastando en el musgo que todavía estaba fresco.    La joven lavandera, arrodillada sobre una piedra, lavaba la ropa en las aguas heladas del río. Desde lo alto, el soldado, que tenía que vigilar los accesos al tenebroso castillo del rey Herodes, no vigilaba nada. Tan solo tenía ojos para la lavandera.  Se hab

Reseña de Casas Vacías de Brenda Navarro

El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, establecido por la ONU en 1981 para concienciar y prevenir la violencia física, sexual, psicológica y económica que se perpetua contra mujeres y niñas todos los días. La fecha coincide con el asesinato de las hermanas Mirabal, quienes realizaban activismo político en República Dominicana .      FICHA TÉCNICA Título: Casa vacías Autor : Brenda Navarro Idioma: Español Editorial: Kaja Negra, marzo 2018 Género : Novela Páginas: 164 La portada de la editorial Kaja Negra es muy simbólica. Los gorriones están posados en los cables, todos menos uno. Una mano lo ha cogido. Mientras, un paraguas rojo, abierto, rueda por el suelo. Es el de la mujer que se llevó al niño.   Casas vacías es la primera novela de Brenda Navarro. Un libro desgarrador que trata muchos temas. Demasiados, creo, para tan solo 164 páginas. Me quedo con los dos más importantes:  los desaparecidos y la maternidad.