Ir al contenido principal

Aurrera!

Es 1 de enero de 2021 y luce el sol. Da alegría y sientes algo así como un subidón de moral. Estamos a temperaturas bajo cero y los del tiempo anuncian borrascas de nieve continuadas con el cierre de carreteras. Ya lo están algunos puertos. Tras los cristales del mirador, la plaza ofrece una estampa preciosa, se diría que está recién pintada y destacan los colores con tanta luz que te obliga a entre cerrar los ojos. ¡Bien hecho 2021! Empezamos a congeniar. El gris y negro en el que nos tenía metidos tu hermano mayor nos bajaba los ánimos a los pies. 

 Ya la noche estuvo bien. Las mesas lucían espléndidas en las distintas casas. El menú de fiesta como correspondía al momento. Pero eso de tomar las uvas por videollamada fue la mecha que encendió la magia. ¡No hay otros como los chicos! ¡Son admirables! Fue una originalidad de ellos para hacernos compañía, se nos pasó el tiempo rápido sin pensar que estábamos solos. Y yo que, a mis años, no entendía lo de tanto móvil, que parece que lo quieren más que a uno mismo; pues mira por dónde, ¡qué sorpresa! Nos dieron una lección de cómo hacer frente a la adversidad que ya nos gustaría a nosotros. Me emocionaron, vaya que sí, y aguantando las lágrimas estuve. Opinaba que serían ellos los que se sentirían solos, y me apenaba; pero no fue así, estaban contentos y con esa alegría nos contagiaron a su madre y a mí. Hablábamos como si estuviéramos en el salón de casa. Quitándonos la palabra, a veces. Pero el momento de las uvas, todos a la par pendientes del mismo reloj, hasta en eso nos pusimos de acuerdo, fue conmovedor; no lo olvidaré nunca. El brindis con los mejores deseos para el Año Nuevo quedará colgando en algún pliegue de mi memoria para recordarme que la fuerza del cariño de los tuyos rompe barreras y se salta los confinamientos si hace falta, de manera virtual se entiende, para vivir la Nochevieja en su esencia que para nosotros es el encuentro familiar. 

¡Qué empuje de ánimo y fuerzas! Me gustaría imitarlos… De momento, me siento orgulloso por compartir la vida con esa generación joven que nos viene tan bien preparada. Son un soplo de aire fresco. 

Safe Creative #2101186618350

Comentarios

  1. vivo solo el momento
    no mañana ni ayer
    te dejo un abrazo contento

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasarte po aquí y dejarme tu comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Que así sea.
    ¡Feliz año 2021!

    ResponderEliminar
  3. Tengo, tenemos ganas y necesidad de abrazar, de apretujar a los nuestros lo malo es que nos vamos acostumbrando a saludar sin abrazar. Un abrazo que por aqui si se puede u mis deseos de que te llegue lo que deseas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mientras llega el momento de los achuchones, un abrazo virtual, Ester. Y mis mejores deseos para este 2021.

      Eliminar
  4. Hola María Pilar.
    Seguro que podremos dar abrazos sin mascarilla. Son necesarios los abrazos porque calman, suavizan los problemas, nos hacen sentir que somos queridos, y nos dan cariño humano y son un gran apoyo sentimental y emocional.
    Feliz Navidad y feliz 2021
    Abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De acuerdo contigo, Isa. Un abrazote, virtual de momento.
      Y feliz año 2021!!

      Eliminar
  5. Que si,que esto cambie y podamos abrazarnos fuerte,cariños.

    ResponderEliminar
  6. Lindo pensamiento y te deseo un feliz año para ti y tu familia. Te mando todo mi cariño

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Feliz 2021, Citu! Un abrazo con todo mi cariño.

      Eliminar
  7. Hermoso deseo. Que se cumpla para todos!!!
    Felices Fiestas!! Feliz Año Nuevo y todo mi cariño, Pilar!!!
    Lau.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida amiga, Lau, un abrazo inmenso. Y muy feliz 2021.

      Eliminar
  8. Que se cumplan todos esos bellos
    anhelos y feliz nuevo 2021.

    Besitos dulces

    Siby

    ResponderEliminar
  9. Toda la razón. Relacionar a los jóvenes con el botellón a destiempo es una injusticia para ellos. La mayoría están cumpliendo como unos campeones, muchos de ellos deprimidos porque sus edades no congenian con tanto confinamiento. Tienen que aprender de la experiencia de los mayores, pero nosotros también tenemos que aprender mucho de ellos.
    Buen relato, María Pilar.
    Feliz 2021.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Macondo. ¡Feliz 2021!
      Un abrazote inmenso.

      Eliminar
  10. ¡Hola, Mª Pilar! Sin duda las tecnologías bien entendidas nos ayudan y hacen crecer. Precioso momento el que has compartido. Un abrazo y un maravilloso 2021!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David, ¡qué sorpresa! Espero que ya estés mejor.
      Un fuerte abrazo y mis mojores deseos para el 2021.

      Eliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

A la deriva - Cuento de Horacio Quiroga

Ficha Técnica     Título: Cuentos de amor, de locura y de muerte    Autor: Horacio Quiroga    Género: Cuento    Editorial: Sociedad Cooperativa Editorial Limitada    Año de edición: 1917    País: Uruguay    Resumen      El protagonista del cuento, Paulino, pisa una serpiente venenosa que le muerde en el pie. A causa de este incidente, inicia un viaje por el río Paraná hacia un pueblo vecino donde espera que le salven la vida.       Valoración personal        Horacio Quiroga mantiene en este cuento las tres constantes que le caracterizan como el gran cuentista que es: brevedad, intensidad y tensión constante.     Lo que más impresiona es la lucha por sobrevivir del protagonista al que, a veces, lo llama por su nombre y otras no dice nada más que “el hombre”. Como si a cualquiera de nosotros nos pudiera ocurrir lo mismo. Una lucha desesperada, por ganarle la batalla a la muerte, por no rendirse, aunque ...

La habitación de las llaves antiguas

La habitación de las llaves antiguas (fragmento)  de Elena Mikhalkova  Mi abuela una vez me dio este consejo:  Cuando los tiempos sean difíciles, avanza en pequeños pasos.  Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo lentamente.  No pienses en el futuro ni en lo que pueda pasar mañana.  Limpia los platos.  Limpia el polvo.  Escribe una carta.  Cocina sopa.  ¿Ves eso?  Sigue adelante, paso a paso.  Da un paso y luego haz una pausa. Toma un descanso.  Valórate a ti mismo.  Da el siguiente paso.   Luego otro.   Apenas lo notarás, pero tus pasos se harán más largos.  Hasta que llegue el momento en que puedas volver a pensar en el futuro sin llorar. (Elena Mikhalkova, escritora Rusa, nació el 1 de abril de 1974).

Un mundo de Ángeles Santos

Este cuadro ha sido restaurado recientemente y se puede ver en el Museo Reina Sofía de Madrid. «Un mundo», dijo la autora que representa. Por cierto, se llamaba Ángeles Santos y lo pintó con tan solo diecisiete años, una artista precoz donde las haya. ¡Qué no se hubiera dicho de ella en 1929 si hubiera sido un varón! Eran otras épocas; de la mujer se esperaba que se casara y fuera amante esposa y una madre solícita, no una artista del vanguardismo. De todas formas, el monumental lienzo de nueve metros cuadrados tiene tanto magnetismo que fue la obra que más sensación causó en el madrileño Salón de Otoño de 1929. Los especialistas se rindieron ante su genio precoz y recibió los elogios de la intelectualidad del momento.    ¿Qué tiene esta pintura para que nos llame tanto la atención? ¿Es su aspecto de pesadilla? ¿Su monumentalidad? La miro desde la distancia. El cubo terráqueo está tan cargado de objetos que a duras penas se sostienen por la velocidad a la que se mueve; pare...

Al amanecer

Cantan los pájaros en la plaza  Y sus trinos nada piden  Tan solo festejan  El amanecer del día  Que nos saque de la noche oscura

El calamar rojo gigante

Leer más relatos aquí Las luces de emergencia iluminaban lo suficiente como para saber dónde estaba. También el lío en el que Carla se había metido. Tanta grandiosidad la empequeñecía. Se encendieron las alarmas en su cabeza. Se había quedado encerrada en la torre más lujosa de la Quinta Avenida.  Su grupo escolar, con la monitora, habían subido al mirador Top of the Rock en el último ascensor de la tarde. Cuando llegó el momento de bajar, al salir del ascensor, Carla se entretuvo curioseando el retrato del primer Rockefeller que estaba en la pared de enfrente. Una cabeza afilada rodeada de una pelambrera lobezna; las aletas de la nariz dilatadas, como olfateando algo, le daban cierto aire de animal al acecho. «¡Qué hombre tan horrible!», pensó. No pasó mucho tiempo, el suficiente para quedarse sola. ¡Se habían cerrado todas las puertas! ¿A dónde se habían ido todos? ¿Y los vigilantes? Aquello no le podía estar pasando. El silencio era total.  Hecha un ovillo, se sentó en uno de lo...