Fecha de publicación original: 1969
Autora: Maya Angelou
Género: Autobiografía
Editorial: Random House
País: Estados Unidos
Decía Carlos Zafón que todos los libros tienen alma, el alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.
El alma de Maya está en cada palabra que escribe, no hay nada de artificio en ese contarnos en primera persona con esa voz (puede ser mirada) de la infancia, sus miedos, esperanzas, el abuso sexual, las frustraciones, la familia desestructurada a la que perenece y, ya en la adolescencia, la búsqueda de su identidad y afrontar la maternidad en solitario.
Ocurre lo que dijo Tolstói: «Pinta tu aldea y pintarás el mundo». Es lo que hace Maya, porque tiene un don tan extraordinario para narrar que el lector muy pronto sabe que todo lo que nos cuenta trasciende y, a través de sus propias vivencias, nos está mostrando el racismo, la segregación, la violencia, y el temor de la raza negra en EE.UU. en la 1.ª mitad del siglo XIX.
El libro no está estructurado por capítulos. Va poniendo luz en los hechos importantes relacionados con su vida y los reviste con tanta dignidad que sobrecoge. Con una sensibilidad especial, crea un mundo de olores, colores, sabores y sonidos, donde los personajes tienen vida propia en unos ambientes y situaciones. La imaginación del lector se cuela provocada por la magia del relato. Tienes la impresión de estarlo viviendo como observador más que leyéndolo. Y esas impresiones te acompañan después de haber terminado de leer el libro.
Entre los personajes, yo me quedo con el de la yaya, la abuela de Stamps, Arkansas. Tiene una tienda de ultramarinos en la zona para negros. Una mujer excepcional que pone unos pilares tan firmes en la educación, tanto de Maya como de su hermano, que van a ser el sostén frente a las dificultades en su vida. Para ella el recurso de la fe es como un clavo ardiente al que agarrarse. En la casa de la abuela, los niños tienen una familia, pero también hay un pueblo cohesionado detrás que nunca más van a tener en San Francisco con sus padres.
Escenas a destacar hay muchas, La de la abuela aguantando firme, sin moverse, delante de su casa, los ridículos gestos y mofas de los chiquillos blancos, es impresionante. Parece un tótem.
Otra escena es el día en que los niños de la escuela de la Escuela Normal del Condado de Lafayette, en Arkansas, preparan su graduación. Angelou está entre ellos. Proyecta nervios, anhelos, ilusiones de futuro… El discurso del señor Donleavy, en nombre de las autoridades educativas del estado, entra como un elefante en cacharrería, destruyéndolo todo al dejar la expectativa máxima del negro únicamente en el deporte. Con una furia silenciosa, Angelou reflexiona con gran pesar el no poder controlar su vida por ser una chica nigra. Así y todo no se da por vencida y sigue con el afán de superación en su vida, la prueba está en que se hace escritora.
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