Ir al contenido principal

Nada de Carmen Laforet



FICHA TÉCNICA 
Título: Nada 
Autor: Carmen Laforet 
Editorial: Austral
Género: Narrativa española 
Páginas: 275 
Premio Nadal 1945


La propuesta de lectura surge en el grupo de lectoescritura, Idaski, por ser el centenario de la autora.  Si tuviera que ponerle un color a esta novela me quedaría con el gris. Creo que es el más acorde con la época que nos dibuja y con las reflexiones de su protagonista y narradora, Andrea. 

 Una joven, muy pálida, que se pierde por las calles de la Barcelona de los cuarenta para poder eludir el mundo hostil que vive en la casa de su abuela. El ambiente angustioso de una familia de clase alta hundida en la miseria, la violencia constante, la mugre que los envuelve, así como los problemas psicológicos de sus tíos hacen inviable la convivencia. 

Una joven de ojos grandes y delgada, muy delgada, con los ruidos en el estómago dolorido por los arañazos del hambre. Una joven que, intuyo, no sabe amar, porque nunca ha sida amada. Nunca ha sentido una caricia, una palabra de afecto, un te quiero. Y yo me pregunto: ¿Qué es la literatura sin emociones ni afectos enlazados en una trama? La respuesta nos la da el título: Nada. La trama es el «enredo» planteado en la obra y su resolución. Y aquí todo está cerrado en una atmósfera agobiante, sin que trascienda nada. La misma joven cierra con llave en su maleta aquello que más le importa. 
 «Quería abrir la maleta para hacer un recuento de mis tesoros. Apilé mis libros, mirándolos uno a uno. Los había traído todos de la biblioteca de mi padre...». Pág.69-70 
El idealismo juvenil de Andrea se va diluyendo en la mezquindad del entorno. Y al final, opta por huir de ese lugar opresivo y desesperanzado. 
«Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la casa de la calle Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces». Pág.294  

Me he adentrado en la lectura de la mano de Andrea. Ella me va transmitiendo su visión subjetiva. Los personajes y los objetos los veo tal cual ella los percibe así como sus frustraciones y experiencias. Esto le aporta al texto un carácter intimista que se ve reflejado en el vocabulario fresco, de lectura fácil, con personificaciones y metáforas que aportan lirismo y sensibilidad. Es la descripción la que abarca, prácticamente, la totalidad del libro. Se dice que describir es pintar con palabras y esto es Nada, un gran cuadro de la Barcelona de postguerra. Una Barcelona lúgubre, decadente, que tras la guerra no espera nada, simplemente sostenerse tras el terrible suceso.

También es un relato de crecimiento personal y búsqueda de identidad. En la universidad, Andrea descubrirá otro mundo muy diferente. El marcado por la diferencia económica que existe entre las familias burguesas de sus compañeros y el día a día que vive ella. No es la misma Andrea la del principio, cuando llega a la casa de su abuela con su vieja maleta cargada de ilusiones, y la del final. Ha dado un gran paso, se ha hecho más adulta, más triste, más consciente de la realidad de la vida. 

 Y Nada es la ópera prima de Carmen Laforet, con la que conquistó a los críticos literarios y fue galardonada con el premio Nadal del 1945. ¡Con lo que lamentaba lo gris del mundillo literario, que veía repleto de envidias, enemistades y rencillas! En una época en la que la mujer era silenciada o sometida, como vemos en la novela, la joven autora se abrió paso en el mundo de la Literatura y lo hizo con un texto que señala la desigualdad social y el maltrato doméstico con la complicidad del resto de los familiares.
Safe Creative #2105257917014

Comentarios

  1. Es muy interesante desentrañar las condiciones que envuelven al personaje central. Visto así, se le encuentra más sentido al gris de su personalidad.
    Un abrazo grande!

    ResponderEliminar
  2. Buena reseña, la leí hace tantos años...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, yo también la leí hace tanto que lo que entonces me pareció un atrevimiento de la joven autora, hoy me parece que se queda corta. Expone, sí; pero no da un paso más. Sin duda, vamos cambiando.

      Un abrazo, Alfred.

      Eliminar
  3. Hola Maria Pilar , muy buen libro ... Pero veo que es un poco duro
    pero es la cruda realidad de aquel tiempo , en el que le toco vivir a la protagonista.
    Yo la verdad es que no he leído este libro , me lo apunto para leerlo cuando me lo compre.
    Te deseo una feliz noche , besos de flor.https://pandoraysubaul.blogspot.com/ aquí te dejo el enlace por si quieres hacerme una visita , serás bien recibida.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Flor, gracias por pasarte por aquí. Ya conozco tu blog. Un derroche de imaginación en relatos de misterio que te atrapan por saber el final.
      ¡Muy interesante!

      Eliminar
  4. Es un libro que me gusto mucho lo leí hace tiempo. Te mando un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Citu, es una novela de hace tiempo, que una segunda lectura a estas alturas te hace reflexionar sobre temas, como sobre el maltrato, que está en plena actualidad.
      Besos!

      Eliminar
  5. Tan conocida y creo que no la he leído. Una de mis muchas asignaturas pendientes, supongo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Chema, por estar siempre.
      Un fuerte abrazo!

      Eliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific...

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a...

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —...

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo ...

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso ...