Ir al contenido principal

Para Elisa

Proyecto Bradbury: 
«Durante un año escribe un cuento corto cada semana. No es posible escribir 52 cuentos malos consecutivos». (7)

Éramos niñas y estábamos a un paso de comernos el mundo.

 Un día, en la puerta del colegio, alguien entregó a mi amiga Elisa una tarjeta: «Adelgaza sin dejar de comer». Un nuevo médico endocrino se había instalado en Vitoria. 
 
 A Elisa le recetaron una sola pastilla que tenía que tomar antes de las doce horas siguientes, de lo contrario, perdería su eficacia. Y surtió efecto. Perdió dos kilos, después ocho… Al principio, estaba feliz. Y eso que cada vez tenía más hambre y comía más que nunca. Se fue quedando muy flaca. Cayó enferma. No quería ver a nadie. 

 Decía sentir el movimiento de la serpiente que crecía en su interior. Esto le producía tal repugnancia que devolvía sin parar y el dolor intestinal le era insoportable. El tratamiento de bulimia no funcionó, siguió empeorando. El dolor y la frustración hicieron mella en ella. La tristeza se posó en sus ojos para no abandonarlos jamás. 

 En uno de esos vómitos intensos que la ahogaban, su madre vio que le colgaba por la nariz algo viscoso y cuando fue a limpiárselo se metió para dentro como si tuviera vida propia. Alarmada llamó a urgencias.

 La pastilla que había tomado era un huevo congelado de una tenia solitaria. 

Safe Creative #2111219872055
Este relato ha sido publicado aquí

Comentarios

  1. Me gusta. Es potente y por eso me extraña que que empiece como empieza. EMDO hay una intromisión de la autora en el "trabajo" de la narradora. En un cuento tan corto se tarda mucho en enganchar al lector. El "hecho" que se cuenta con independencia del tema, podría enganchar al lector desde el principio, en plena acción.Por ejemplo : _Éramos niñas que estábamos a un paso de comernos el mundo. Un día, una mano entregó a mi amiga Elisa una tarjeta: «Adelgaza sin dejar de comer». Un nuevo médico endocrino se había instalado en Vitoria_
    Las 250 palabras no tienen por qué ser un objetivo¿No?.
    Naturalmente es tu relato y esto es so una disquisición sin valor basada en un atrevimiento sin disculpa😉 Lo dicho, me gusta en su parte potente a la vez que ágil y graciosa. Como contribución al guiño que haces a Ludwig en el título del cuento, la partitura original está a señalada como «molto graziosa». Sin saber qué puede significar eso, el cuento agradecería un poco más de «grazia» desde el inicio para que el lector de por el teclado hasta ese final.
    En resumen, es tuyo y haces con élo que quieras como es lógico. Y sí quiero que me permitas darte las gracias por ofrecer este cuento. Un abrazo y salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias,Javier, por el extenso comentario que me dejas. Muy interesante todo y a tener en cuenta. El título es una bagatela, una clara intromisión de la escritora que en ese momento tenía los auriculares puestos y estaba escuchando esa obra.
      "El cuento agradecería un poco más de grazia", lo entiendo como esa chispa que no deja indiferente al lector; ya me gustaría a mí también.

      Un abrazo.

      Eliminar
    2. ¡Magnífico! Narradora en primera persona plural que engancha al lector por el cuello con una frase corta, en acción como una chispa saltando, y no lo suelta hasta el final con la narradora marcando la tercera persona singular, nada menos que la protagonista : Elisa, anunciada en el título con el guiño "beethoviano". Es redondo. Me gusta mucho como queda. Potente y «molto grazioso». Un placer , la lectura de este cuento ¿Probaste a leerlo con "Para Elisa" en 3/8, p.e:https://youtu.be/6JZm8R7tzaQ
      Muchísimas gracias. Una gozada de cuento

      Eliminar
    3. En esa dirección, no lo he probado, Javier. Me parece una buena idea. Tal vez lo intente.

      Eliminar
  2. ¡Qué repelús!
    Muy buena tu aportación, María Pilar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Tus relatos son magníficos y tus finales geniales, me he acordado de mi prima que la tenia, la tenia y lo pasaba fatal. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Fantástico relato, Pilar! Qué final impresionante!!
    Mis felicitaciones y cariños!!
    Lau.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Lau. Me encantan tus palabras.
      Miles de gracias.

      Eliminar
  5. Impactante. Me alegra que no hayas dudado, María Pilar, a la hora de ser gráfica con los vómitos y el bicho. Al margen de tu micro, más impacto aún me produce que se anuncie por internet la venta de huevos de tenia, un verdadero atentado.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
  6. ¡Wow! Maria Pilar te ha quedado un relato soberbio, impactante y con un final más que gráfico que ha dado mucha solvencia a la historia. Había escuchado algunas leyendas en torno a medicamentos milagrosos pero nunca la de los huevos de tenia para adelgazamientos digamos que "aventureros". Me ha encantado

    ResponderEliminar
  7. Hola, la verdad es que a tu micro no le falta nada. Desde el inicio con eso de "comernos al mundo"sabes que se trata de chicas que harán lo que sea por "encajar" incluso hacerle caso a una recomendación no muy saludable. Increíble que haya gente que lo haga. ¿Una leyenda urbana o realidad? Impacta, claro que sí. Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Hola, Maria Pilar. Terrorífico el final con el huevo de la tenia. Me ha gustado mucho como has desarrollado la historia, desgranando poco a poco el misterio. Muy buen trabajo. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado, Pedro.
      Gracias por dejar tu mensaje para decírmelo.

      Eliminar
  9. Excelente manera de narrar algo tan destructivo. Te aplaudo, aunque tu misma sepas lo buena que eres.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Sara.
      Si supieras las dudas que tenía antes de publicarlo.
      Un beso.

      Eliminar
  10. Tremendo, M.Pilar. Muy impactante y muy buena también la leyenda de las pastillas mágicas. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
  11. Hola, María Pilar. El huevo de tenia parece que hubo un tiempo en el que se había vendido como milagro para adelgazar. Leyenda o realidad tiene que dar mucho yuyu vder cómo se asoma el bicho por la nariz. Me ha parecido estupendo el relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Tu leyenda, una que es algo viejita, como de 1900, nos cuenta de forma figurada la realidad de muchas personas. Esos trastornos alimenticios son como un parásito que se alimenta de tu cuerpo y mente, y te produce depresión, (irónicamente, las personas que tienen parásitos, tienen más probabilidad de sufrir dicho trastorno).
    Muchas personas, para tener cuerpos "perfectos", se someten a dietas y prácticas que pueden resultar perjudiciales, y a veces ni siquiera son conscientes de lo que le están haciendo a su cuerpo, o en este caso, lo que se están tomando.
    Me parece genial, y por eso te felicito, que hayas traído un tema tan importante al reto de microrrelatos de este mes.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. ¡Hola, Mª Pilar! Arg... Recuerdo que de niño escuchaba aterrado historias de personas a los que le había salido una tenia o solitaria junto a algo que se llamaba la culebrilla, que luego descubrí que es un herpes, pero que entonces llegué a escuchar que te rodeaba el cuello y cuando se cerraba la cola con la cabeza te ahogabas.
    Una fantástica leyenda urbana que enlaza algo tan aterrador como es que un bicho crezca dentro de nosotros, como con los llamados productos milagros de dudosa origen y consecuencias. Bien narrado desde ese "comerse el mundo" que nos avanza literal y figuradamente la historia. Y desde luego ese giro final del que es imposible no quedar impactado. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, David.
      ¡Fuerte abrazo!

      Eliminar
    2. En Venezuela esa creencia de la culebrilla es cierto, llegan a decir que se cura con rezos, y de llegar a cruzar la culebrilla tal como lo explicas te mata....Ya veo que esto de la culebrilla es una leyenda universal...

      Eliminar
  14. María Pilar, un relato tremendo no dudo de que hay gente capaz de eso y más, con tal de adelgazar y sobre todo si son adolescentes.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Ufff!! Estas leyendas son de las mejores! Perfectamente podría haber alguien vendiendo huevos de tenía para adelgazar haciéndolos pasar por algo natural, además teniendo en cuenta que no hace mucho más de uno usaba a esos parásitos para bajar de peso, a pesar de las consecuencias que tuviera para la salud.
    Al leer tu relato ya me parecía ver el final, pero aún así me ha enganchado, quería saber lo que pasaba con la pobre Elisa. Muy buen relato!
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  16. Es de las cosas que más miedo me darían si tomara alguna pastilla para adelgazar. Es por eso que prefiero hacer deporte y comer sano sin ningún suplemento. Lo bueno de este relato y que quedó en olvido hace ya años, es el problema del adelgazamiento, siendo un top ten a seguir entre la juventud y negándose a envejecer con dignidad algunas mujeres ya adultas, eso cuando no pasan también por el bisturí. En definitiva, resume muy bien la sociedad en la que nos hemos convertido por una imagen de la mujer "perfecta", ideal desde que nacemos, para correr el peligro de morir. Buen relato. Mucha suerte en el concurso. Saludos!!! K"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tanto que dan miedo, Keren.
      Gracias y mi cariñoso saludo!

      Eliminar
  17. Había oído hablar de personas que para adelgazar se valían de la tenia, pero nunca supe cómo la ingerían. Lo de la pastilla conteniendo un huevo de esa lombriz es muy original, no cabe duda. Quizá solo sea una leyenda urbana, pero lo cierto es que es bastante asquerosilla, je,je.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de la pastilla es pura imaginación, pero puesta a desarrollarlo. Tienes razón es para hacer: ¡Puagh!
      Un abrazo, Josep.

      Eliminar
  18. La sociedad de la imagen ha causado un daño irreparable.

    ResponderEliminar
  19. Hola María que mal que a veces por no aceptarnos tal cual somos, recurrimos a métodos que nos pueden llevar a la muerte. En efecto el mundo urbano para estos casos es quien e come a ti. Abrazos virtuales.

    ResponderEliminar
  20. No conocía este tipo de 'dieta', me deja perpleja. Cuando estudiaba en ciencias naturales la tenia o solitaria ya me parecía espeluznante su imagen...
    Estupendo micro María Pilar, desde su inicio hasta ese final tan impactante y que no me lo esperaba. Enhorabuena! Saludos!

    ResponderEliminar
  21. ¡La parasitología siempre me atrajo, no por el lado científico, más bien por lo que puede dar de sí literariamente! Entronca tu escrito con mis recuerdos de la infancia ¡¡¡¡¡¡¡cuantísimo circulaban los hechos de personas que por comer carne de cerdo en mal estado introducían en su organismo la conspicua Tenia O solitaria!!!!!!! Y miles de relatos de la ciencia ficción y fantasía de la Era Pulp Norteamericana (de la que soy forofo) versaban sobre anélidos que lograban el poder a través de un huésped. Has estado acertada,
    M a r í a P i l a r , y rauda en amenidad y entretenimiento.

    ResponderEliminar
  22. Muy buena leyenda urbana, Pilar. Ser esclavo de tu imagen conlleva ciertos peajes que la protagonista no duda en afrontar. La imagen siembra desasosiego y provoca repelús con tal bichejo asomando por las fosas nasales. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  23. Hola Maria Pilar, nos regalas un micro atrevido en su inicio, muy acorde con la actitud en la adolescencia, ese creerse inmortal y atreverse a todo por su cuenta.

    Luego nos vas inquietando en el transcurso de la escritura, bien hilvanada la historia, y con el final logras impresionarnos, es sorpresivo y muy visual.

    Disfruta del fin de semana.

    ResponderEliminar
  24. Me he sentido mal, al recordar que una de mis hermanas tuvo la solitaria. Mi madre solo tuvo una opción para salvar su vida recomendado por su médico. Le dio de comer durante todo un día Bacalao y no la dejó beber. Al día siguiente mi hermana y la culebrina estaban sedientas. Mi madre la sentó en el retrete, puso ante ella una palangana llena de agua y esperó paciente. Al cabo de media hora, mi hermana empezó a tener ganas arcadas, la culebrina subía por su garganta. Cuando mi madre la vio aparecer por la boca, la enganchó y tiró de ella con fuerza hasta lograr sacarla. Nunca olvidaré aquella horrible imagen. 3 metros de culebrina.
    Un placer Maria Pilar. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Puagh!, Nuria. ¡Qué micro el tuyo! No, mi imaginación no llegó a tanto. ¡Qué madre más valiente!
      Un abrazo!

      Eliminar
  25. Buen final y buena historia, con pistas intermedias. Menos mal que se volvió a meter para adentro, a ver que hubiera hecho la madre si llega a atraparlo, según dicen tienes varios metros. Puaj... mejor wie la saquen los profesionales.
    Ssludosss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La madre solo con lo que vio entró en pánico. Ni siquiera me imaginé que un bicho así se dejaría atrapar como me han comentado. ¡Aaggg!
      Saludos!

      Eliminar
  26. Cuanto tipos de "tenias congeladas" nos pueden o dejamos nos introduzcan???? - Bravo¡¡¡
    Besos muchos.

    ResponderEliminar
  27. Hola, María. Nos traes una leyenda urbana con mucha historia. El huevo de tenia solitaria siempre ha estado ahí, milagro endocrino al alcance de quienes buscan perder peso rápidamente.
    Lo has estructurado muy bien, enganchándonos desde el principio. Sería un buen candidato a las primeras posiciones si fuera un concurso.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  28. Que mal uff, pobre niña .
    Según vas leyendo tu micro se va incrementando la intriga, hasta que el final nos descubre cual era el problema y lo que contenían esas pastillas milagrosas.
    Un abrazo Maria Pilar
    Puri

    ResponderEliminar
  29. Por dios , que estas cosas si pasan, y estas Tenias salen por cualquier orificio del cuerpo y hasta se sabe que algunas viven en los pulmoes y los musculos. Un ser de horror.

    ResponderEliminar
  30. Hola María Pilar. Buen relato, desde el principio planteas un misterio que inquieta al lector, pero no se resuelve hasta la última frase, lo cual mantiene la intriga hasta el final. Nunca debe fiarse uno de soluciones milagrosas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  31. Buah, Maria Pilar, pensaba que era algo más mágico o místico o fantástico, pero para nada me esperaba que todo estuviera dentro de una lógica aplastante. Has jugado conmigo, muy bueno, y con tan pocas palabras es un logro. Ese final tan retorcido es magnífico.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  32. Hola! Una muy siniestra leyenda urbana de las que creo que después se conoció algún caso real, ¿no? Te da escalofrios sólo de leer que puedes tener un parasito dentro de tí, y más añun sabiendo en no hace muchas decadas eran las propias personas que querían adelgazar las que se tomaban esas "pastillas", sabiendo de sobra lo que eran. Me ha gustado mucho! Reaccioné ante tus, en realidad, pocas palabras. Un saludo!

    ResponderEliminar
  33. Hola María , en los tiempos de mi abuelos eso era la solitaria
    y dicen que poniendo un gran barreño de agua y dándole de comer mucha sal a la persona
    que tenía este bicho lo podría expulsar , siempre y cuando esta no tuviese larvas yo desconocía que vendiesen huevos de tenia . Muy buen micro felicitaciones.
    saludos de flor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Flor, no sabía nada de barrños de agua de de comer mucha sal. Por los comentarios voy sabiendo que el tema da para mucho.
      Gracias por dejar tu comentario.
      Saludos!

      Eliminar
  34. Me cautivó desde el principio, María Pilar. Impacta reconocer que tu relato tiene mucho realismo, hay propuestas para adelgazar nada fiables y mucha gente en su "inocencia" se cree por necesitar, sin saber que pueda realmente ser beneficioso.

    Muy visuales las escenas, y contado con gran pericia.
    Genial.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  35. Hola, María Pilar. No conocía esta leyenda, pero me imaginé lo del parásito. Si que da repelús tu micro consigues con él impactar haciéndolo muy próximo y hasta temible. Vamos como para tomarse ahora una pastilla sin receta médica 😁🖐🏼

    ResponderEliminar
  36. Hola Maria pilar, yo pensé que había dejado aquí mi comentario y veo que no
    Te decía que es un relato impactante, no me imagino tener una larva y que de ella salga una especie de lombriz, en mi pueblos les llaman la solitaria.
    Me a gustado mucho tu relato, te deseo una feliz noche besos de flor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Flor, sí que habías dejado tu comentario. Está publicado. Por agilizar la página puse que se vieran los 50 primeros y para verlos todos hay que clicar en "Ver más" que está en la parte de abajo de la página.
      Gracias por dejarme tu impresión.
      Besos!

      Eliminar
  37. aww....

    surprising at the end....

    Have a wonderful weekend

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific...

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a...

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —...

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo ...

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso ...