Mi participación en el reto conjunto del blog Acervo de Letras y el blog El Tintero de Oro. Las condiciones son: El reto consistirá en escribir un microrrelato de 250 palabras protagonizado por un escritor/a desesperado/a por su falta de inspiración, que se encuentra un Tintero de Oro con un mensaje grabado: «pídeme un deseo y lo verás por escrito», aunque este contrato tiene una letra pequeña: «pero todo tiene un precio»
Estoy en un atasco en la autopista del norte. Los tres carriles se han reducido a uno y estamos parados como una serpiente kilométrica.
En el sillón del copiloto llevo unos libros de una novela escrita por mí. El periódico doblado en el salpicadero me muestra en una foto muy sonriente. Leo el titular: «La exitosa escritora presenta hoy el final de su tetralogía». ¿Dónde la presento? Puedo enterarme leyendo el artículo, pero yo debiera saberlo. Tal vez el periódico es atrasado y estoy de vuelta. Tanto si ya ha ocurrido el hecho como si va a ocurrir, ¿por qué no soy consciente de ello?
Me estoy poniendo nerviosa. Intento pensar en el origen de todo, solo así, tirando del hilo, podré superar este bloqueo mental. Seguro que es algo momentáneo.
Recuerdo que hace unos años hice un viaje a Polonia. Es curioso, pero mi memoria funciona mejor en hechos lejanos. Los destellos de las piezas de ámbar reclamaban mi atención desde los puestos de la plaza de Cracovia. Pasé de largo hasta un oscuro habitáculo recargado de objetos antiguos. Elegí un tintero de oro con un mensaje grabado: «Pídeme un deseo y lo verás por escrito». Lo acaricié con entusiasmo. Tenía letra pequeña sobre el precio, pagaría lo que fuera. Al regresar me puse a escribir de manera frenética. ¿Y después? Hago un gran esfuerzo por recordar. De repente, el semáforo se ha puesto verde. Todos los coches me pitan al pasar. El mío se ha quedado solo.
(249 palabras)
El letrero no mentía, tu te dejaste llevar y el relato ha fluido como una cascada hat que ha sonado el claxon. Abrazos
ResponderEliminarGracias, Ester.
EliminarUn abrazo!
Me gusto el relato El fina es genial te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, Citu.
ResponderEliminarOtro beso de vuelta.
Impactante tu aportación al reto. Muy buen relato, María Pilar. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Chema
EliminarUn abrazo!
Un final muy bueno. Lo es todo el relato, pero ese final da para mucha reflexión y eso es lo que me gusta. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Rosa.
EliminarUn beso!
Desde luego, la amnesia tiene que ser mucho peor que una carrera literaria carente de éxito. No hay nada sin recuerdos y sin memoria. ;)
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Cabrónidas. La protagonista creyó que ganaba. Se perdió hasta ella misma.
EliminarMuy buen relato María Pilar, gran aportación al reto.
ResponderEliminarUn saludo!
Grcias, Antonio.
EliminarUn saludo!
¡Qué intrigante!
ResponderEliminarEsa memoria...
Un beso.
Gracias, Alfred.
EliminarUn beso!
Muy buen relato.
ResponderEliminarHola María Pilar, muy buen aporte, una pena que fuera la memoria el precio que tuviera que pagar, no se puede hacer casi nada sin ella, pero son las condiciones del tintero y él manda.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias, Meche.
EliminarUn abrazo!
Hola Maria Pilar, perder la memoria es un precio muy caro. El tintero ha sido maquiavélico con su letra pequeña. Al final no recuerda ni el semáforo. Para que quieres la fama si no lo recordaras nada Excelente aporte. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Nuria, triste y sin vuelta atrás. ¡Qué fácil se dice “pagaré lo que sea” cuando algo nos ilusiona y queremos tenerlo. Pero las consecuencias…
EliminarUn abrazo!
Un relato sorprendente, María Pilar.
ResponderEliminar"Pagaría lo que fuera", no sé si lo hubiera dicho de saber el alto precio.
Me ha encantado.
Besos.
Hola, Carmen, no, no lo hubiera dicho. Son cosas que decimos en plena euforia sin atenernos a las consecuencias.
EliminarBesos!
Qué bueno, M. Pilar. El precio era muy alto. Se transmite muy bien el sufrimiento de la protagonista por su falta de memoria. Estupendo final. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Mayte.
EliminarUn abrazo!
Con la edad es más fácil acordarse de hechos lejanos que cercanos y de perdernos en nuestros pensamientos. Hasta que suena el claxon. Saludos
ResponderEliminarGracias, Fede!
EliminarSaludos!
Hola María Pilar.
ResponderEliminarDesde luego, si el precio del éxito literario es la amnesia, ¿de qué te sirve? El problema es que no sabes cuál va a ser el precio que vas a pagar, si pides el deseo. Porque lo de "Pagaría lo que fuera" es peligroso.
Me gustó el micro. Un abrazo de Marlen
Hola, Marlen, cuántas veces decimos: “pagaría lo que fuera por tener esto o aquello”. Claro que solo vemos la parte positiva que vamos a obtener.
EliminarGracias por comentar.
Un abrazo!
Excelente relato y me sorprende lo que lo has ajustado, que dominio del relato, me ha encantado. Saludos!!
ResponderEliminarGracias, Jose.
EliminarSaludos!
¡Excelente! Me quedo buscándole el final de la protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Sara, triste final el de la protagonista.
EliminarUn abrazo!
Genial, Mª Pilar. Una historia muy bien contada, con un precio que no se explicita pero que la marca desde el principio. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Marta.
EliminarUn beso!
¡Hola, María Pilar! Estupendo y misterioso relato. Además tiene ese toque intrigante y enigmático de haber encontrado un objeto encantado durante un viaje, junto a otros artilugios antiguos. Creo que a todos nos ha asaltado alguna vez el pensamiento "daría cualquier cosa por..." sin pararnos a pensar en la verdadera dimensión que tiene esta afirmación. Esta historia es un gran ejemplo de lo que ocurriría de desear algo así con un objeto encantado cerca... Es triste que le haya costado su memoria, pero ha sido la consecuencia de ese "pagaría lo que fuera".
ResponderEliminarLo dicho, ¡muy buen relato! Gracias por participar en el reto.
Un abrazo.
Gracias, Auxili. Habéis propuesto un reto que despierta mucho interés, no hay nada más que ver las propuestas que se van publicando. Todo un éxito.
EliminarUn abrazo!
Hola, María Pilar.
ResponderEliminar¡Cuán importante es la memoria!
Tu relato me ha recordado una frase de un libro que he terminado hace poco, de Rosa Montero, que dice algo así:
«No existe vida sin los recuerdos, porque volver a sentirlos significa que estamos vivos».
Creo que la amnesia es una de las enfermedades más angustiosas que se pueden sentir. Debe ser terrible no tener pasado, o lagunas en él.
Una interesante variación a la maldición del tintero. Me encantó.
Enhorabuena.
Muchas gracias por tu participación. Un Abrazo.
Totalmente de acuerdo con la frse de Rosa Montero. Siempre pienso que es lo más terrible que te puede pasar.
EliminarUn abrazo, Jose.
¡Hola María Pilar! Me encanta que empieces la narración por el final y que poco a poco nos vayas descubriendo que es lo que ha pasado y como ha llegado esa escritora a perder la memoria. Como no podía ser de otra manera el maléfico tintero ha tenido algo que ver.
ResponderEliminarEs un micro que invita a la reflexión.
Un saludo.
Hola, Rocio, me alegro de que te hay gustado.
EliminarUn saludo.
Muy buen final para una historia desmemoriada de éxitos inciertos. La ambición tiene sus precipicios...
ResponderEliminarHola, Matilde, gracias por comentar. Ya se sabe que cuando las personas apuestan por el deseo de ganar y no saben parar, al final, se quedan sin nada.
EliminarUn abazo!
¡Hola Maria Pilar! Qué bueno el cambio de tiempo. Un abrazote
ResponderEliminarHola, Eme, me alegro de que te haya gusado.
EliminarOtro abrazote para ti.
Vaya una laguna en la memoria! Pero claro, quien iba a pensar que lo que sugería el tintero fuera verdad?' Un abrazote Maria Pilar!
ResponderEliminargracias, Marifelita. El tintero embrujado sigue con sus malas artes.
EliminarAbrazote!
Me ha encantado, María Pilar, porque tu relato tiene intriga e invita a la reflexión, cosas que me gustan mucho a la hora de leer. ¡Felicidades y, por supuesto, votado!
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
Gracias, Yolanda. Encantada de que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo!
Muy buen micro María Pilar, el tintero se cobró con creces el deseo, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias, Patricia. Cuántas veces decimos ante algo que nos encanta: "Pagaré lo que sea", sin pensar en las consecuencias.
EliminarCon el alzheimer ocurre que sigues recordando escenas vividas del pasado, pero se olvidan las cotidianas. Da que pensar.
ResponderEliminarAsí es, Cristina. Gracias por comentar.
EliminarUn abrazo!
Hola María Pilar, me encantó tu relato porque le diste un matiz diferente a los que he leído. Terrible la maldición del tintero cuando hace que la protagonista se vaya deslizando en el olvido. Todo tiene un precio y ésa es la lección de este reto. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Ana. Encantada de que te haya gustado.
EliminarSaludos.
Yo presentaría denuncia al mago del tintero por incumplimiento de contrato. Se debe sentir estafada porque ella ha pagado, pero del éxito o no ha existido o no lo recuerda, qyd para uno es lo mismo.
ResponderEliminarSeguro que no guardó el contrato y shora no sabrá a quien denunciar. o lo habrá perdido.
puestos ha pensar la memoria es todo. sin nada de memoria no sabrías ni a donde vas. todo serían ocurrencias inco clusas.
I trigante relato y alto precio más fe lo que parecía.
abrazoo
Hola, Gabilante, denunciar sería una opción, pero si no tienes memoria... No quisiera encontrarme con el mago de ese tintero. Es cruel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola María Pilar, sin duda el precio fue muy alto. Bien escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ainhoa. Un abrazo. 🤗
Eliminar¡Me ha encantado María Pilar!! Es terrible la pérdida de la memoria... Yo tampoco querría encontrarme con ese mago del tintero. Abrazo grande y Aplausos.
ResponderEliminarGracias, Amaia.
EliminarUn abrazote. 🤗
¡Hola, María Pilar! De todas las participaciones, quizá este es el "precio a pagar" de los más coherentes. Y es que los logros no solo son reconocimiento, sino todo el esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas que nos ha costado. Quien algo quiere, algo le cuesta.
ResponderEliminarEn este caso, el reconocimiento lo obtuvo por un atajo mágico, es justo que el precio sea olvidarlo. Un tintero realmente juguetón el que se encontró la autora, ja, ja, ja... Un abrazo!
Hola, David, “justicia poética”, diría yo. Al escribirlo, no tuve otra salida. ¡Con El Tintero de Oro habíamos topado! Tú bien lo conoces que lo has creado. Por eso te parece, simplemente, juguetón cuando se cobra su precio. A otros les da mal rollo, esperaban que hiciera la vista gorda.
EliminarUn gran reto, la verdad.
Un abrazo!
¡Y entonces se perdió! En un final de impacto, inesperado para mí. Durísimo eso de los recuerdos, tema que ahora me descontrola. Un gran abrazo María, siempre eres genial!
ResponderEliminarHola, Maty, a veces damos nuestra palabra con la mayor ilusión del mundo sin comprender la letra pequeña del co trato. Muy duro, la verdad.
EliminarTodo mi cariño en este abrazo, Maty.
Muy buen relato, en el tono y ritmo justos. Cómo te dije en el otro comentario "Cuando la limosna es grande, hasta el Santo desconfía y es de obligado cumplimiento leer la letra pequeña porque después no hay arrepentimiento que valga. Besotes!!!!
ResponderEliminarGracias, Myriam.
EliminarUn abrazo!
Estupendo, María Pilar. Has dado un punto de vista diferente a la maldición del tintero. Se cobró un precio altísimo, sin duda. Muy bien contado.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Carmen, por dejarme tu reflexión.
EliminarUn abrazo!
Muy bueno María Pilar, un gran relato e inesperado, abrazo grande
ResponderEliminarGracias por dejarme tu opinión. Un abrazo!
EliminarEntonces, pagó con una porción de su memoria. Un alto precio.
ResponderEliminarY nos dejás con la intriga de que pasó. Un abrazo.
Pagó un precio demasiado elevado por un tiempo de fama e inspiración. ¿De qué le sirvió si ya no recuerda nada.
EliminarUn abazo!
Ese tintero es causa la perdida de la memoria y las consecuencias de eso son terribles .
ResponderEliminarDiferente micro relato, bien narrado
Un abrazo Maria Pilar
Puri
Gracias, Puri.
EliminarUn abrazo!
Hola Pilar, muy original tu relato, que además pone el dedo sobre algo muy interesante para la reflexión. ¿Hasta que punto nuestras vivencias personales tienen valor si no podemos recordarlas? la escritora parece vivir un eterno presente, su pasado ha desaparecido de su cabeza. Un precio demasiado elevado por la fama y la inspiración que creo que no merece la pena pagar. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jorge, por tu comentario tan interesante.
EliminarUn abrazo!
Es una realidad: Nada es grratuito en esta vida, todo lo que se nos da tiene un precio. Sabes que las peersonas que aprenden a olvidar, sufren menos, pues olvidan los malos sucesos, pero en la vejez son presas del alzheimer??
ResponderEliminarHola, Oswaldo, el olvido siempre me parece una triste realidad tanto para lo bueno como para lo malo. me gustaría llegar a la vejez con la cabeza llena de hisorias para contar. El alzheimer es el peor enemigo para una persona mayor, la anula.
EliminarUn saludo!
Es una de las cosas que más temo, la pérdida de la memoria. Cuando a veces olvido algo y me siento solo en este universo, jajaj. Muy buen relato, María Pilar. El placer de mostrar sin llegar a decir, un maestría difícil pero que te ha quedado de 10.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Hola, Pepe, yo también pienso que no tener recuerdos es lo más terrible que te puede pasar. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo!
Pilar, un relato atractivo, mucho, no solo por la trama, sobre todo por el modo de exponerlo, creando intriga con ese juego de la memoria lejana y la no memoria reciente. Un relato que se mueve a dos bandas en el tiempo para desconcierto de la supuestamente autora de la trilogía. Todo un acierto, ¡así se escribe!
ResponderEliminarPerdona la tardanza, Pilar.
Hola, Isabel, qué alegría encontrarte por aquí y por la reflexión tan profunda que haces sobre el micro. Te lo agradezco un montón.
EliminarUn abrazo!
¡Qué gran relato, María Pilar! Me ha encantado.
ResponderEliminarA veces creemos que el peor castigo es la muerte, pero perder la memoria y la conciencia de uno mismo es mucho peor. Porque es como seguir vivo sin saberlo, sin poder disfrutarlo.
Felicidades por este ejercicio de originalidad.
Un fuerte abrazo.
Hola, Estrella, perder la memoria es como perder la esencia del ser humano. Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo.
EliminarGenial relato María Pilar, plasmas muy bien la incertidumbre del protagonista y que desde luego todos entendemos, que sería de nosotros sin memoria... un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Lulita, por la bella reflexión que me dejas. Un abrazo.
EliminarHola, María Pilar. Un preciso y buen cambio de espacio y tiempo a mitad de la historia que nos aclara la situación. Un excelente memento (de la película del mismo título) para el reto del mes.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, JM Vanjav, lo había titulado "El gran atasco" -otra película-, pero lo cambié por este porque señala más directamente el problema de la protagonista. Gracias por dejarme tu reflexión.
EliminarSaludos.
Hola, María Pilar.
ResponderEliminarHas optado por contar la historia desde el final, planteando el reto con sutileza e hilvanando, con lo que queda de memoria, el desarrollo del relato. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo :-)
Así es, Miguel, ese ha sido mi planteamiento.
EliminarUn fuerte abrazo.
Muy buen relato, Maria Pilar, el final con ese coche parado me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminarEste es el primer relato, de los que llvo leídos, que no cuenta el hallazgo del tintero al principio.Y me has dejado intrigada, esta pobre escritoraa... ¿Sufre estrés post novela, o es la maldición del tintero? Los deseos parece que debemos atarlos de corto.
ResponderEliminarSaludos