Giorgi piensa que si algo puede salir mal, saldrá mal, mientras se esfuerza por abrir los ojos. No puede hacerlo. Su rostro está incrustado en el barro. Una sensación de náusea lo ahoga, se traga el vómito del horror que lo golpea. Infinitas agujas le aguijonean el cráneo. Está empapado en sudor, a pesar de saberse expuesto al frío de la intemperie. La oscuridad de la noche, como una boca de lobo, amenaza con engullirlo.
Los prisioneros caminaban con las manos atadas a la espalda, arrastrando los pies embarrados. Vigilados por soldados armados, seguían al sargento que comandaba el pelotón de fusilamiento. En el interior del bosque, al borde de una fosa excavada recientemente, el sargento señaló el lugar del terror.
Giorgi es plenamente consciente de que él no está enterrado en la fosa. La noche, las prisas… ¡¿Qué ocurrió?! Le invade un miedo espantoso que le hace tiritar ante tanto padecimiento. Extraviado oye voces que cree son de su gente. Aguantará hasta que lleguen. Pero la vida es demasiado corta para andar con indirectas.
Sobrecogedor.
ResponderEliminarLa fosa espera, no hay prisa, tampoco interesa demasiado.
Un abrazo.
Gracias, Alfred.
EliminarUn abrazo!
¿Estás seguro ALFRED? ; ) Si PILAR me permite divagar sobre lo ocurrido, en este fenomenal corto, se me ocurre que Giorgi iba formando parte de ese pelotón de ajusticiados con las manos atadas a la espalda, por eso su cara está sobre el fango y como en tantas pelis ( desgraciadamente más de las deseables en la vida real) sobrevivió a la ráfaga de disparos y calló a la fosa pero afrotunadamente está vivo... lo que me descoloca es esas voces que escucha de su gente italianos partisanos jajaja ¿habrán tomado esa posición a los alemanes? ¿estaré absolutamente equivocada y Giorgi se ha desmayado en el jardín de su finca mientras segaba el cesped tras ver una peli de nazis? tatatachán!
ResponderEliminarSea como sea, genial como siempre PILAR! ; )
Muchos besos artiZta!!
Hola, María, has captado perfectamente mi idea al escribir el micro. Giorgi oye voces y piensa que son los suyos. Tal vez esta sea la causa por la que el pelotón no tapó la fosa y huyeron despavoridos. Puede ocurrir en cualquier guerra como tú bien dices. En este caso estaba pensando en la de Ucrania por eso he puesto una imagen con los colores de su bandera y el nombre de Giorgi.
EliminarAl ser un micro tan abierto, cualquier interpretación del lector lo enriquece.
Besos.
Claro! las flores amarillas, lógicamente la guerra de Ucrania.. fíjate! pues a mi el nombre de Giorgi, me sonó a italiano ; )
EliminarMás besos para ti
Genial relato y si la vida es demasiado corta para y el pobre ojala aguante. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, Citu.
EliminarBesos.
Impresionante relato, María Pilar. Magnífico. En tu línea.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Chema, por las palabras de elogio que me dejas. Suben el ánimo.
EliminarOtro abrazo para ti.
En según qué casos, la certeza de la muerte es peor que la propia muerte.
ResponderEliminarAsí es, Cabrónidas.
EliminarLa película está hecha, y es vívida, se mete dentro de la piel. Felicitaciones querida amiga.
ResponderEliminarGracias, Oswaldo, por dejarme tu impresión de la lectura del micro.
EliminarMuy buen micro, bien narrado. Un abrazo..
ResponderEliminarExcelente descripción de lo que cualquier Giorgi puede sentir o sufrir en una guerra. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por dejarme tu impresión.
EliminarUn abrazo.
Entretenido y angustioso relato que hace pensar a uno mismo sobre lo corta que se puede hacer la vida. Enhorabuena. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO.
ResponderEliminarAngustioso sí que es, la verdad. Y seguro que la realidad supera a la ficción, como siempre.
EliminarUn saludo.
Puñeteras guerras, siempre han sido indeseadas pero ahora las vivimos en directo y sufrimos con los prisioneros, con las victimas. Un relatito muy bien armado. Un abrazo
ResponderEliminarEl ser humano se autodestruye con sangre, dolor y lágrimas. Y ahora con armas sofisticadas. Me pregunto si el dinero de esas armas se invirtiese en positivo, otro mundo bien diferente tendríamos.
EliminarUn abrazo, Ester.
Espeluznante y visual relato en el que, en pocas líneas, nos traes el acontecer de episodios lamentablemente todavía frescos en la historia reciente de este país. La incertidumbre, el miedo, la tensión y el desasosiego están perfectamente logrados en tu escrito María Pilar. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarGracias, Matilde, por tu interesante comentario.
EliminarSensacional micro a la vez que terrorífico. Se vive, se siente el pavor del protagonista. No hacen falta más palabras para expresar el terror y la crueldad . Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, por dejarme tus impresiones al leer el micro. Sé que es terrorífico, tanto a lo que mi imaginación ha podido llegar.
EliminarUn abrazo, Volarela.
Muy vívido todo lo narrado, me dejó con los ojos abiertos y una sensación de opresión, pero bueno," la vida es demasiado corta". Muy bueno, abrazo
ResponderEliminarGracias por dejarme tus impresiones al leer el micro.
EliminarUn abrazo.
Qué señor relato, Dios mío. Me ha dejado temblando. Y sí, corta la vida, demasiado a veces. María, esto tan desgarrador me enseña que en tu alma hay una gran empatía por los que sufren, por los que pasan por cosas terribles.
ResponderEliminarEsto lo puedo interpretar de diferentes formas, das pie para ello, pero sí que muchos olvidamos que VIVIR es vivir con todos los sentidos, todo a los que tenemos la suerte de no estar en una terrible guerra. Y nunca, nunca olvidarnos de los que sufren.
Te mando un abrazote 🤗
Gracias, Maty. Un abrazote compartido.
Eliminar¡Hola, Mª Pilar! Has logrado plasmar maravillosamente lo que es el miedo. El micro tiene dos escenarios, el de Giorgi, estático, pasivo, con la cabeza bajo tierra, cual avestruz, deseando pasar desapercibido, que lo tengan por muerto. Luego está el otro, todo el infierno que le rodea, que describes con mucho movimiento, los suyos los otros qué más da. En una guerra llega un momento en el que las balas no conocen de bandos, solo la supervivencia, que es lo importante. Nada merece como precio una vida humana. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hola, David! Qué profundo análisis me haces del micro. Participo en un curso semanal, 150 palabras máximo. A veces temo que al ajustarlo le corte las alas y lo deje sin la esencia. Has captado esos dos mundos, el de la guerra: caótica, los unos, los otros... Y la supervivencia en ese mundo hostil.
EliminarUn abrazo!
Pilar, Giorgi podría ser perfectamente un soldado ucraniano, o un soldado ruso. Ambos luchan, sufren y son víctimas de la ambición desmedida de unos pocos...Lo cierto es que, nos relatas de forma real esos momentos desesperados de un soldado entre vida y muerte, pegado a la tierra y escuchando voces y sonidos, que pueden salvarle o acabar con él definitivamente...Una pena, que se den estas situaciones que delatan la podredumbre espiritual del hombre en este siglo XXI.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable por tu buen hacer y cercanía.
Gracias por tu interesante aportación, Mª Jesús.
ResponderEliminar¡Feliz fin de semana!
Siempre pensamos que son los prisioneros los que sufren más, pero el supuesto agresor también es un esclavo del llamado deber, de lo que tienen que hacer, porque ellos saben que en el cualquier momento pueden vivir la experiencia contraria. Cuando observamos las guerras actuales, pasadas. Todas tienen el mismo factor común: dolor, desesperación, angustia. El gran aprendizaje para ambos personajes es sentir que la vida es demasiado corta, tanto así, que un minuto es demasiado valioso.
ResponderEliminarMuy interesante tu relato, me gusta tu forma de escribir, me quedo por aquí.
Abrazos
Gracias, Tatiana, por dejarme tu reflexión.
EliminarAbrazo!
Beautiful blog
ResponderEliminarThanks, Rajani.
EliminarComer antes de dormir: ¡Pesadilla!
ResponderEliminarGracias, Chaly. ¡Feliz domingo!
EliminarUn cuento corto cuya premisa podría haber revoloteado por la cabeza de Julio Cortázar.
ResponderEliminarMuy alto me lo pones, Abraján. Gracias por pasarte por aquí.
EliminarEl miedo puede provocar ese desconcierto, sudor cuando hace frío, el no saber muy bien dónde se está, creer en lo inexistente, en la esperanza. Pero en cualquier guerra, lo más probable es ir siempre "rumbo a peor". Has reflejado muy bien la angustia en ese soldado, la desolación por la que muchos soldados pasan, la desorientación, la imagen cruda de una realidad de la que se desea escapar. Simplemente; el pavor. Fascinante, M. Pilar, te metiste de lleno en el personaje y has bordado un triste y fatídico momento.
ResponderEliminarUn abrazo.!
¡Hola, Mila! Gracias por tu gran reflexión.
EliminarUn abrazo!
Un relato precioso y estremecedor, con los datos precisos para que el lector componga la historia, pero sin cerrarle puertas. Me gusta que me dejen cosas a la imaginación y no me cierren totalmente las historias.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta tu seguridad cuando escribes gracias
ResponderEliminarEse pasillo entre el sueño y la muerte donde todo se mezcla de forma extraña y contumaz. Soy de la opinión de que un sueño es un parachoques frente al gran golpe mortal.
ResponderEliminarCon pocas palabras, basta. Ese dominio de las palabras exactas engrandece tus escritos.
Un abrazo
¡¡Vaya situación!! El miedo puede llegar a ser insufrible en determinados casos...
ResponderEliminarExtraordinario relato que dió pie a una sinfín de interpretaciones. De por sí, todo texto se convierte en la cantidad de lectores que tenga. Pero este da para mucho.
ResponderEliminarTe felicito.
Besos.