Cuando un día harta de los códigos HTML imposibles y respondones y de los widgets insolentes y escurridizos escribí mi primer e-mail a Rosa – El Escaparate -, me surgió una gran duda: ¿Cómo una de las mejores en el arte de crear plantillas de blogs, ocupadísima en atender a tantos seguidores como tenía, iba a interesarse de una intrusa como era yo en ese momento?
¡Qué grata sorpresa me dio!
Tres días más tarde tenía la respuesta.
Por eso, cuando pienso en ella, recuerdo su agradable acogida. Hacía que te sintieras bien. Parecía estar dispuesta siempre para los demás. Tenía el SABER, era una experta; el QUERER, lo compartía todo con los demás y el HACER, esa manera suya tan generosa, sin escatimar tiempo, aclarando con todo detalle y a la vez con precisión donde tenía que ir cada código del enrevesado lenguaje de la edición HTML y, además, transmitia alegría en el empeño.¡
¡Qué arte tenía en hacer fácil lo difícil!
Estoy segura de que en esta actitud suya tan generosa, está, por un lado, el secreto de su felicidad y por otro el inmenso cariño que tantos y tantos blogueros la tenemos.
Gracias Rosa por ser una maestra maravillosa, por tu gran corazón, por tu generosidad y por la herencia que nos has dejado.
© María Pilar
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