Me conmueven los apasionantes compases de tango entre las encrespadas olas y los vertiginosos acantilados. Siento los besos de espuma que se lanzan y me dejo envolver por su vaporosa cola perlada. Me pregunto si tales asaltos de romanticismo afloran por influencia del verano en esta bellísima zona turística o más bien porque añoro ser yo la protagonista de tales encuentros. Cierro los ojos para imaginar largas piruetas de baile descalza sobre esas aguas cuando escucho:
̶ ¿Me concede este baile, Mademoiselle?
En sus brazos mi velero suelta amarras y se desliza como el viento.
© María Pilar
̶ ¿Me concede este baile, Mademoiselle?
En sus brazos mi velero suelta amarras y se desliza como el viento.
© María Pilar
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.