Theo Dapore |
Tras largos años de convivencia se entienden sin palabras. La ternura, la emoción o el sufrimiento afloran a los ojos de ella cada vez que la cercanía de él con su cuerpo fatigoso y torpe le comunica su estado de ánimo, sus cambios de humor, lo que le ocurre o lo que piensa. Por la noche, cuando él busca su pecho para recostarse y entregarse a un sueño reparador rodeado por los brazos de ella, busca también su complicidad, su perdón y sentirse envuelto en esa paz y felicidad que solo ella irradia. Es entonces cuando una lágrima, oculta tras la oscuridad de la noche, recorre la mejilla de ella. Sabe que recibe las migajas de un cariño cuando el fuego de la pasión que prendió en la otra, se apagó.
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