Ir al contenido principal

Escuchar el silencio

Me han bastado dos días de paso por mi pueblo para constatar que sigue meciéndose en amplios campos de cereales que ya secos, le susurran sus nanas características ante la suave caricia del viento. Es el acompañamiento a tanta explosión cantarina de grillos, cigarras y mirlos. El viento nos trae aromas de tomillo, romero y espliego y en casa brillan en el cesto las cerezas recién cogidas.
El caserío evoluciona lentamente, pero dando una vuelta nos encontramos con casas, rincones y restos de murallas que como un libro abierto te retrotraen al pasado histórico que con la modernidad no ha sucumbido sino que se ha hecho más visible. No ocurre lo mismo con otros elementos de un pasado no tan lejano, a los que las telarañas y el polvo los están acallando.
Sólo algunos ojos pueden contárnoslo tal como ellos lo ven y digo ojos porque el grupo de personas mayores que se sientan en los bancos de la plaza a la sombra de los frondosos plataneros, pasan las horas rumiando sus silencios cargados de ausencias. No han necesitado a J.C. Onetti para aprender que las palabras sólo se usan si mejoran el silencio. Aun siendo vasos llenos a rebosar de sabiduría y de experiencia, no les sacas más que monosílabos y eso al principio porque después, con su silencio te invitan a quedarte o marcharte. Su silencio grita algo que no podemos oír porque estamos empeñados en la algarabía de nuestras voces, de nuestras palabras vacías, con la única pretensión de no afrontarlo. Es difícil poner en valor el silencio en esta nuestra sociedad que está caracterizada por la multiplicación de palabras hasta el infinito, aunque la mayor parte sean eco de lo que otros dicen. Como loros nos estamos convirtiendo en correas de transmisión sin reflexionar, sin aportar nada nuevo, porque todo vale menos escuchar el silencio.

Comentarios

  1. Este relato es una reposición. Lo he buscado porque en el blog "Palabras de Sindel" se pedía el tema del silencio. Lo publiqué en el verano del 2012. Para mi ha sido una grata sorpresa, constatar que ya entonces me acompañaban Macondo, Regina, Eva Letzi, Garriga, Myriam, entre otros. ¡Cuánto tiempo ha pasado! Y, lo que agradezco de veras, porque ahora los conozco más y los quiero muchísimo, que sigan estando muy cerca.
    Inmenso abrazo de los que trascienden lo virtual.

    ResponderEliminar
  2. Es una entrada preciosa, Maria Pilar, cargada de ternura y alguna que otra añoranza, pasando por tu reflexión sobre el silencio, eso tan maravilloso que aún no hemos aprendido a valorar y que dice tanto, esos silencios que cuentan historias tan sólo acompañados de miradas y que muchas veces no hemos sabido entender.

    Sí, precioso.

    Besos apretaos, María Pilar

    ResponderEliminar
  3. Precioso este "Escuchar el Silencio". Me gusta y mucho.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. María Pilar las enciclopedias vivientes muchas veces callan al oir tantas palabras vacías de contenido, al ver tanto desalmado con ínfulas de gran señor, ellos callan como lo hacen las piedras centenarias, olvidadas, cuando en otros tiempos a su alrededor bullía la vida, cuanto aprendieron esas piedras de sus moradores, pero callan.

    Besos,

    ResponderEliminar
  5. Hola, María Pilar.

    Es una reflexión entrañable. A veces es difícil conseguir lo que propones, pero hay que seguir intentándolo.
    Eres maravillosa.

    Un beso gigante.

    ResponderEliminar
  6. Me ha encantado tu manera de escuchar el silencio, eres una artista de las letras. y me encanta poder comentar en tu blog después de tanto tiempo. Un abrazo, saltos y brincos y volteretas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y a mi me encanta encontrarte de nuevo por aquí.
      Un beso

      Eliminar
  7. Me encanta el ruidoso silencio de los abuelos !!

    ResponderEliminar
  8. Hoy en dia hay mucho monologo y mucho parloteo. Oir no es escuchar, y todos tenemos la necesidad de ser escuchados.

    ResponderEliminar
  9. Una muy buena reflexión nos dejas esta vez. Es cierto que uno a veces no valora el silencio, ni aprende de él. A veces se rompe con cosas tan vanas que es un crimen escucharlas.
    Un abrazo y gracias por participar.

    ResponderEliminar
  10. y no sólo de palabras, también de barullo, ruido y más bochinche.

    Cuando voy a campo, me gusta escuchar el silencio... sin polución auditiva.

    Besos, M Pilar

    ResponderEliminar
  11. Acabo de ver tu comentario aquí arribita, mil gracias, para también es una alegría estar
    aquí que vayas a mi casa.

    Más besos

    ResponderEliminar
  12. Hola, María. Me ha gustado la idea del silencio que guardan los ancianos, un silencio contemplativo que se impone contra el ruido y el estrés de la cotidianidad. Es una imagen muy disiente de lo que representa escuchar a la vida cuando hay tiempo para lo trascendente. Saludos

    ResponderEliminar
  13. Hola María Pilar, muy bonita tu entrada.
    Los mayores más que nadie saben de silencios prolongados. De esperas en silencio aunque ese silencio se escuche a mil leguas.
    Para la gran mayoría de nosotros los mayores, los abuelos pasan desapercibido y casi que los ignoramos.
    Y ahora también les ignora el gobierno con sus impuestos y con no revalorizarles las pensiones. Se hicieron oír en su tiempo, y consiguieron muchos derechos sociales que hoy día se están perdiendo. No me extraña que se hayan quedado mudos, y callan porque las fuerzas ya no son las de antes.
    Y mientras tanto la soledad y el silencio son sus eternos amigos.
    Muy buena la entrada.
    Saludos y un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Escuchar el silencio es muy placentero,abrazos.

    ResponderEliminar
  15. Te quedó hermoso el ambiente que creaste, con esos personajes silenciosos que me encantan. Me gusta el silencio, lo adoro, sentir los corazones sin palabras. Estamos llenos de palabras que hacen mucho ruido.
    Besos!

    ResponderEliminar
  16. Muy cierto, me pareció poética tu entrada y me dio una gran idea eres una musa genial

    ResponderEliminar
  17. Qué bien que lo has repuesto, ya que no lo conocía.
    Es profundo, reflexivo, para quedarse en silencio después de leerlo.
    Un beso.
    HD

    PD: Nunca entiendo eso de las 52 semanas, te lo aseguro.

    ResponderEliminar
  18. El silencio... Un atributo de otros tiempos... O de otras edades... Ahora, es cierto, no se lleva...

    Un abrazo fuerte, amiga

    ResponderEliminar
  19. Me hiciste recordar aquellas vacaciones que pasé en el pueblo en donde vivía mi tía, y a la hora de la siesta, cuando el calor tórrido invitaba a buscar el frescor y la sombra de la casa, yo salía en busca de esa sombra fuera de ella, cerca de la carretera, en donde la encontraba bajo el edificio del “transformador” y los árboles que le rodeaban. Allí, en soledad, con mi libro a cuestas, me llegaba el aroma del cereal recién cosechado y oía el silenció tan atronador que me dejaba embebido sin poder iniciar la lectura o interrumpiéndola para poder deleitarme con ese aroma y ese silencio y ese paisaje calcinado por el sol, todo amarillo, ocre, y salpicado aquí y allá de verde al borde del tajo gris que se abría camino entre esos campos en dirección al siguiente pueblo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  20. Bello y sabio, querida. Recordé 2 cosas, a Luis Alberto Spinetta cuando canta "no queda más que viento" http://www.youtube.com/watch?v=MA8-Ld8zYkk

    y la segunda en la hipercomunicación de las redes sociales, tan vacía, tan sin nada, muchas veces.

    ResponderEliminar
  21. y gracias por tus palabras al principio. Los blogs al contrario que los twiter y los facebook, tienen eso mismo que tiene la literatura, nos asomamos al alma del otro o de sus personajes, que es una faceta como un destello en la cara de un diamante. Besos, María y me encanta estar.

    ResponderEliminar
  22. Yo me imagino a alguna de esas enciclopedias andantes, hablar de vez en cuando y tener que escuchar "ya está el abuelo con sus batallas", evidentemente son personas y quizá a fuerza de oírlo decidan que somos merecedores de su silencio, lo cual es triste.

    ResponderEliminar
  23. Muchas gracias por tu explicación allá, eres muy linda persona, María Pilar, vengo a decírtelo acá.
    Y puede que tenga bastante experiencia en los blog (no sé si para ser considerado profesor), pero sabes, hay tantos grupos con diversas consignas que no puedo estar al tanto de todas (los jueveros, los de las 52 palabras, los de las palabras especiales ,etc.) En lo personal, no podría ponerme una consigna para escribir, sería como 'enjaular' el proceso creativo, pero sé bien que a muchos amigos les resulta de maravillas. En la diversidad está la sal de la vida. Lo cierto es que ahora sí tengo bien clara esta modalidad, gracias a ti.
    Aproveché para volver a leer tu silencio que grita por silencio.
    Más besos.
    HD

    ResponderEliminar
  24. Gracias a todos por vuestra constancia. por vuestra generosidad en los comentarios, por vuestro incansable aporte a este mundo de los blogs de relatos para sostenerlo aunando fuerzas y estrechando lazos para que no decaiga.
    Sois un primor.
    Sigue la cadena de besos.

    ResponderEliminar
  25. "Las palabras sólo se usan si mejoran el silencio"
    Qué gran verdad, Pilar.
    Lo que acabo de leerte, no es un simple escrito, no, es una doctrina filosófica, plasmas lo actual, el ERROR, con mayúsculas, del hombre "moderno" que está acabando con su paz, con su esencia.
    Aparte, claro, de la prosa que utilizas, no solo narras, no solo describes, ¡pintas la prosa!.
    Siempre que vengo a tu casa, te lo digo, es un placer leerte.
    Un abrazo amiga.

    ResponderEliminar
  26. Esos campos de cereales, que se mueven al compás del viento...callan y en su silencio dán lo mejor de si mismos...Esas casas antiguas aguantan en silencio el paso del tiempo y siguen mostrando su constancia, tu entrañable acogida y sus recuerdos...Y esos viejos en la plaza nos dejan una estela de fortaleza, de sabiduría silenciosa, que nos recorre el alma cuando nos miran...El silencio tiene su propia voz y debemos oirla y entenderla...Bello y profundo escrito, Pilar.
    Mi felicitación y mi abrazo madrileño por tu buen hacer y cercanía.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  27. es precioso escuchar el silencio...
    saludos
    carlos

    ResponderEliminar
  28. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar


  29. Si alguna vez tus sueños se derrumban,
    busca un poco de luz en tu ventana…
    Prométete a ti mism@ un arco iris,
    y vuelve a comenzar, cada mañana...

    El día 8 de marzo (que debían de ser todos)
    está dedicado a todas las mujeres,
    que con su manto de amor, trabajo y comprensión
    cubren la tierra de fértiles espigas,
    salpicadas por el rocío de la noche
    y besadas por el aterciopelado sol del amanecer…

    ¡¡Con delicada ternura
    feliz día para todas las mujeres!!

    Atte.
    María del Carmen




    ResponderEliminar
  30. :) Que bonito...Yo soy mucho de silencios, no de esos silencios pesados como juicios que decía Benedetti, sino de los otros, los que te dejan oír el mundo que vale la pena. Tu post me ha recordado a una mujer muy vieja que al quedarse viuda y sola en su pueblo no tuvo más remedio que aceptar irse a vivir con una de sus hijas en otro pueblo al lado (el mío) la mujer salía cada tarde a mirar la peña y pensar en sus cosas y la gente le preguntaba si "le duraba" que es como se dice en mi pueblo lo de aburrirse. Es que me dura :
    -¿Te dura mucho, mujer?
    _Vaya que si me dura, decía ella
    _Pero te harán compañía las vecinas...
    _Y tanto peor, contestaba ella, porque me quitan de cavilar

    Pues eso, que tanto ruido nos quita de cavilar :)

    Un beso, PIlar, guapa

    ResponderEliminar
  31. Por lo que dices, llevaría como medio año con mi blog. Y por lo que escribes, no me extraña que me enganchara tan pronto a lo que cuentas y a cómo lo cuentas. Fue todo un lujo encontrarte.
    Un fuerte abrazo, María Pilar, y gracias también a ti por estar ahí.

    ResponderEliminar
  32. Hola Pilar,el silencio y yo somos muy buenos amigos,siempre nos hemos llevado muy bien y los ancianos, son mi debilidad al igual que los niños.Que le vamos hacer,soy persona de extremos.Como siempre Pilar,leer tus escritos es como volver a ese colegio al que apenas fui y aprender un poco mas sobre como se puede expresar las cosas, con mayor claridad.

    Muchos besos!!

    ResponderEliminar
  33. Confieso que tengo que aprender, como en todo, a usar mis silencios en los momentos oportunos que no coinciden con los momentos necesarios.
    Tus relatos son lecciones vitales...

    Besos muy cálidos ♥♥

    ResponderEliminar
  34. Me encanta este mensaje Sobre los Momentos de silencio. Acabamos de mudarnos de nuevo a mi ciudad natal, Una Pequeña Ciudad Con El Bosque Cerca de Donde yo pasamos Mucho Tiempo Durante los Meses De Calor SÓLO Escuchar el silencio y los Sonidos de la Naturaleza. Porción Gracias ESTO compartir.
    Mucho amor y luz
    Cyn.

    ResponderEliminar
  35. Has pintado un lienzo precioso, María Pilar. Tu sensibilidad siempre me emociona.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  36. Tienes razón María Pilar, hoy no se aprecia el silencio y las palabras resuenan vacías.
    Yo no sabría vivir sin silencio, no podría orar, ni pensar, ni entender.
    Gracias
    Un beso de ternura

    ResponderEliminar
  37. Un poco de silencio lo considero positivo, pero es buenisimo saberse expresar y compartir entre otros seres humanos nuestros sentires.
    Cariños

    ResponderEliminar
  38. El silencio nos permite escucharnos...
    Besos, Pilar. También es bueno y muy sano hablar.

    ResponderEliminar
  39. Pocos muy pocos tienen la capacidad para interpretar los silencios, prefieren un bullicio sin sentido.

    Un beso Pilar

    ResponderEliminar
  40. Llevas razón en el lugar donde aún se escucha el silencio es el campo, lo describes maravillosamente.
    Me quedo por aquí para leer más cosas tuyas.

    ResponderEliminar
  41. El silencio es maravilloso.......tus palabras llevan como un tobogan hasta el final. Te felicito ! Cariños

    ResponderEliminar
  42. Has hecho una hermosa descripción y defensa del silencio. Has destacado en tu escrito el sabio silencio de nuestros ancianos, de hombres y mujeres cargados de experiencia y sabiduría, que aprecian en su justa medida el valor del silencio.
    Un abrazo.
    P.S. He reparado en el nombre de tu blog y en Spaces y luego en Worpress, mi antiguo blog respondía al nombre de RETAZOS DE MI VIDA. Una curiosa coincidencia.

    ResponderEliminar
  43. Es cierto, muchas veces se habla sin decir nada, cuando en ocasiones el silencio es hermoso. Te permite oir el trino de los pájaros y todo lo que te rodea, lo cual te hace más observardor y por tanto, más sabio.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  44. Que hermoso escrito ¡Y que cierto!
    Cada día la algarabía de la palabras huecas impide escuchar al sabio silencio.
    Me ha encantado
    Besazo

    ResponderEliminar

  45. Gocemos de las pequeñas cosas que la vida nos ofrece;
    para encontrar la verdadera felicidad
    no necesitamos ser ricos o poseer grandes bienes,
    sólo necesitamos tener riqueza en el corazón
    y llenarlo con cosas positivas.

    Bendiciones en abundancia para ti
    y para toda tu familia en esta bella
    y esplendida semana que hoy comienza.

    Un abrazo de felicidad para ver el horizonte
    con la consabida ilusión y apertura de ilusiones.

    Atte.
    María Del Carmen





    ResponderEliminar
  46. Hay silencios que hablan por si solos, no necesitan palabras para poder interpretarlos.
    El silencio que se respira en un campo, a la orilla de un río, o en las noches estrelladas cuando hasta los pájaros duermen, es cuando se abre el corazón y, sin necesidad de palabras, expresa su sentir.
    Tendremos que aprender a escuchar más, nos estamos perdiendo mucho.
    Te dejo mis cariños en abrazos.
    Kasioles

    ResponderEliminar

  47. "Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores." Dijo Benjamin Disraeli..y creo que es el caso de los ancianos, que guardan en sus silencios tantos recuerdos y sabiduría. La que solo conoceremos, transcurriendo el mismo camino que ellos recorrieron... La vida y sus experiencias. Un encanto tus letras. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a todos por tan bellas aportaciones.
      Felices días con todo mi cariño :)

      Eliminar
  48. En loa campos de Andalucia,en primaveras, las flores florecen y los campos para tapices de colores,en ellos solo podras escuchar el sonido del viento
    Saludos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific...

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a...

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —...

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo ...

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso ...