Me han bastado dos días de paso por mi pueblo para constatar que sigue meciéndose en amplios campos de cereales que ya secos, le susurran sus nanas características ante la suave caricia del viento. Es el acompañamiento a tanta explosión cantarina de grillos, cigarras y mirlos. El viento nos trae aromas de tomillo, romero y espliego y en casa brillan en el cesto las cerezas recién cogidas.
El caserío evoluciona lentamente, pero dando una vuelta nos encontramos con casas, rincones y restos de murallas que como un libro abierto te retrotraen al pasado histórico que con la modernidad no ha sucumbido sino que se ha hecho más visible. No ocurre lo mismo con otros elementos de un pasado no tan lejano, a los que las telarañas y el polvo los están acallando.
Sólo algunos ojos pueden contárnoslo tal como ellos lo ven y digo ojos porque el grupo de personas mayores que se sientan en los bancos de la plaza a la sombra de los frondosos plataneros, pasan las horas rumiando sus silencios cargados de ausencias. No han necesitado a J.C. Onetti para aprender que las palabras sólo se usan si mejoran el silencio. Aun siendo vasos llenos a rebosar de sabiduría y de experiencia, no les sacas más que monosílabos y eso al principio porque después, con su silencio te invitan a quedarte o marcharte. Su silencio grita algo que no podemos oír porque estamos empeñados en la algarabía de nuestras voces, de nuestras palabras vacías, con la única pretensión de no afrontarlo. Es difícil poner en valor el silencio en esta nuestra sociedad que está caracterizada por la multiplicación de palabras hasta el infinito, aunque la mayor parte sean eco de lo que otros dicen. Como loros nos estamos convirtiendo en correas de transmisión sin reflexionar, sin aportar nada nuevo, porque todo vale menos escuchar el silencio.
El caserío evoluciona lentamente, pero dando una vuelta nos encontramos con casas, rincones y restos de murallas que como un libro abierto te retrotraen al pasado histórico que con la modernidad no ha sucumbido sino que se ha hecho más visible. No ocurre lo mismo con otros elementos de un pasado no tan lejano, a los que las telarañas y el polvo los están acallando.
Sólo algunos ojos pueden contárnoslo tal como ellos lo ven y digo ojos porque el grupo de personas mayores que se sientan en los bancos de la plaza a la sombra de los frondosos plataneros, pasan las horas rumiando sus silencios cargados de ausencias. No han necesitado a J.C. Onetti para aprender que las palabras sólo se usan si mejoran el silencio. Aun siendo vasos llenos a rebosar de sabiduría y de experiencia, no les sacas más que monosílabos y eso al principio porque después, con su silencio te invitan a quedarte o marcharte. Su silencio grita algo que no podemos oír porque estamos empeñados en la algarabía de nuestras voces, de nuestras palabras vacías, con la única pretensión de no afrontarlo. Es difícil poner en valor el silencio en esta nuestra sociedad que está caracterizada por la multiplicación de palabras hasta el infinito, aunque la mayor parte sean eco de lo que otros dicen. Como loros nos estamos convirtiendo en correas de transmisión sin reflexionar, sin aportar nada nuevo, porque todo vale menos escuchar el silencio.
Este relato es una reposición. Lo he buscado porque en el blog "Palabras de Sindel" se pedía el tema del silencio. Lo publiqué en el verano del 2012. Para mi ha sido una grata sorpresa, constatar que ya entonces me acompañaban Macondo, Regina, Eva Letzi, Garriga, Myriam, entre otros. ¡Cuánto tiempo ha pasado! Y, lo que agradezco de veras, porque ahora los conozco más y los quiero muchísimo, que sigan estando muy cerca.
ResponderEliminarInmenso abrazo de los que trascienden lo virtual.
Es una entrada preciosa, Maria Pilar, cargada de ternura y alguna que otra añoranza, pasando por tu reflexión sobre el silencio, eso tan maravilloso que aún no hemos aprendido a valorar y que dice tanto, esos silencios que cuentan historias tan sólo acompañados de miradas y que muchas veces no hemos sabido entender.
ResponderEliminarSí, precioso.
Besos apretaos, María Pilar
Precioso este "Escuchar el Silencio". Me gusta y mucho.
ResponderEliminarBesos.
María Pilar las enciclopedias vivientes muchas veces callan al oir tantas palabras vacías de contenido, al ver tanto desalmado con ínfulas de gran señor, ellos callan como lo hacen las piedras centenarias, olvidadas, cuando en otros tiempos a su alrededor bullía la vida, cuanto aprendieron esas piedras de sus moradores, pero callan.
ResponderEliminarBesos,
Hola, María Pilar.
ResponderEliminarEs una reflexión entrañable. A veces es difícil conseguir lo que propones, pero hay que seguir intentándolo.
Eres maravillosa.
Un beso gigante.
Me ha encantado tu manera de escuchar el silencio, eres una artista de las letras. y me encanta poder comentar en tu blog después de tanto tiempo. Un abrazo, saltos y brincos y volteretas
ResponderEliminarY a mi me encanta encontrarte de nuevo por aquí.
EliminarUn beso
Me encanta el ruidoso silencio de los abuelos !!
ResponderEliminarHoy en dia hay mucho monologo y mucho parloteo. Oir no es escuchar, y todos tenemos la necesidad de ser escuchados.
ResponderEliminarUna muy buena reflexión nos dejas esta vez. Es cierto que uno a veces no valora el silencio, ni aprende de él. A veces se rompe con cosas tan vanas que es un crimen escucharlas.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por participar.
y no sólo de palabras, también de barullo, ruido y más bochinche.
ResponderEliminarCuando voy a campo, me gusta escuchar el silencio... sin polución auditiva.
Besos, M Pilar
Acabo de ver tu comentario aquí arribita, mil gracias, para también es una alegría estar
ResponderEliminaraquí que vayas a mi casa.
Más besos
Hola, María. Me ha gustado la idea del silencio que guardan los ancianos, un silencio contemplativo que se impone contra el ruido y el estrés de la cotidianidad. Es una imagen muy disiente de lo que representa escuchar a la vida cuando hay tiempo para lo trascendente. Saludos
ResponderEliminarHola María Pilar, muy bonita tu entrada.
ResponderEliminarLos mayores más que nadie saben de silencios prolongados. De esperas en silencio aunque ese silencio se escuche a mil leguas.
Para la gran mayoría de nosotros los mayores, los abuelos pasan desapercibido y casi que los ignoramos.
Y ahora también les ignora el gobierno con sus impuestos y con no revalorizarles las pensiones. Se hicieron oír en su tiempo, y consiguieron muchos derechos sociales que hoy día se están perdiendo. No me extraña que se hayan quedado mudos, y callan porque las fuerzas ya no son las de antes.
Y mientras tanto la soledad y el silencio son sus eternos amigos.
Muy buena la entrada.
Saludos y un abrazo
Escuchar el silencio es muy placentero,abrazos.
ResponderEliminarTe quedó hermoso el ambiente que creaste, con esos personajes silenciosos que me encantan. Me gusta el silencio, lo adoro, sentir los corazones sin palabras. Estamos llenos de palabras que hacen mucho ruido.
ResponderEliminarBesos!
Muy cierto, me pareció poética tu entrada y me dio una gran idea eres una musa genial
ResponderEliminarQué bien que lo has repuesto, ya que no lo conocía.
ResponderEliminarEs profundo, reflexivo, para quedarse en silencio después de leerlo.
Un beso.
HD
PD: Nunca entiendo eso de las 52 semanas, te lo aseguro.
El silencio... Un atributo de otros tiempos... O de otras edades... Ahora, es cierto, no se lleva...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga
Me hiciste recordar aquellas vacaciones que pasé en el pueblo en donde vivía mi tía, y a la hora de la siesta, cuando el calor tórrido invitaba a buscar el frescor y la sombra de la casa, yo salía en busca de esa sombra fuera de ella, cerca de la carretera, en donde la encontraba bajo el edificio del “transformador” y los árboles que le rodeaban. Allí, en soledad, con mi libro a cuestas, me llegaba el aroma del cereal recién cosechado y oía el silenció tan atronador que me dejaba embebido sin poder iniciar la lectura o interrumpiéndola para poder deleitarme con ese aroma y ese silencio y ese paisaje calcinado por el sol, todo amarillo, ocre, y salpicado aquí y allá de verde al borde del tajo gris que se abría camino entre esos campos en dirección al siguiente pueblo.
ResponderEliminarBesos.
Bello y sabio, querida. Recordé 2 cosas, a Luis Alberto Spinetta cuando canta "no queda más que viento" http://www.youtube.com/watch?v=MA8-Ld8zYkk
ResponderEliminary la segunda en la hipercomunicación de las redes sociales, tan vacía, tan sin nada, muchas veces.
y gracias por tus palabras al principio. Los blogs al contrario que los twiter y los facebook, tienen eso mismo que tiene la literatura, nos asomamos al alma del otro o de sus personajes, que es una faceta como un destello en la cara de un diamante. Besos, María y me encanta estar.
ResponderEliminarYo me imagino a alguna de esas enciclopedias andantes, hablar de vez en cuando y tener que escuchar "ya está el abuelo con sus batallas", evidentemente son personas y quizá a fuerza de oírlo decidan que somos merecedores de su silencio, lo cual es triste.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu explicación allá, eres muy linda persona, María Pilar, vengo a decírtelo acá.
ResponderEliminarY puede que tenga bastante experiencia en los blog (no sé si para ser considerado profesor), pero sabes, hay tantos grupos con diversas consignas que no puedo estar al tanto de todas (los jueveros, los de las 52 palabras, los de las palabras especiales ,etc.) En lo personal, no podría ponerme una consigna para escribir, sería como 'enjaular' el proceso creativo, pero sé bien que a muchos amigos les resulta de maravillas. En la diversidad está la sal de la vida. Lo cierto es que ahora sí tengo bien clara esta modalidad, gracias a ti.
Aproveché para volver a leer tu silencio que grita por silencio.
Más besos.
HD
Gracias a todos por vuestra constancia. por vuestra generosidad en los comentarios, por vuestro incansable aporte a este mundo de los blogs de relatos para sostenerlo aunando fuerzas y estrechando lazos para que no decaiga.
ResponderEliminarSois un primor.
Sigue la cadena de besos.
"Las palabras sólo se usan si mejoran el silencio"
ResponderEliminarQué gran verdad, Pilar.
Lo que acabo de leerte, no es un simple escrito, no, es una doctrina filosófica, plasmas lo actual, el ERROR, con mayúsculas, del hombre "moderno" que está acabando con su paz, con su esencia.
Aparte, claro, de la prosa que utilizas, no solo narras, no solo describes, ¡pintas la prosa!.
Siempre que vengo a tu casa, te lo digo, es un placer leerte.
Un abrazo amiga.
Esos campos de cereales, que se mueven al compás del viento...callan y en su silencio dán lo mejor de si mismos...Esas casas antiguas aguantan en silencio el paso del tiempo y siguen mostrando su constancia, tu entrañable acogida y sus recuerdos...Y esos viejos en la plaza nos dejan una estela de fortaleza, de sabiduría silenciosa, que nos recorre el alma cuando nos miran...El silencio tiene su propia voz y debemos oirla y entenderla...Bello y profundo escrito, Pilar.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo madrileño por tu buen hacer y cercanía.
M.Jesús
es precioso escuchar el silencio...
ResponderEliminarsaludos
carlos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi alguna vez tus sueños se derrumban,
busca un poco de luz en tu ventana…
Prométete a ti mism@ un arco iris,
y vuelve a comenzar, cada mañana...
El día 8 de marzo (que debían de ser todos)
está dedicado a todas las mujeres,
que con su manto de amor, trabajo y comprensión
cubren la tierra de fértiles espigas,
salpicadas por el rocío de la noche
y besadas por el aterciopelado sol del amanecer…
¡¡Con delicada ternura
feliz día para todas las mujeres!!
Atte.
María del Carmen
:) Que bonito...Yo soy mucho de silencios, no de esos silencios pesados como juicios que decía Benedetti, sino de los otros, los que te dejan oír el mundo que vale la pena. Tu post me ha recordado a una mujer muy vieja que al quedarse viuda y sola en su pueblo no tuvo más remedio que aceptar irse a vivir con una de sus hijas en otro pueblo al lado (el mío) la mujer salía cada tarde a mirar la peña y pensar en sus cosas y la gente le preguntaba si "le duraba" que es como se dice en mi pueblo lo de aburrirse. Es que me dura :
ResponderEliminar-¿Te dura mucho, mujer?
_Vaya que si me dura, decía ella
_Pero te harán compañía las vecinas...
_Y tanto peor, contestaba ella, porque me quitan de cavilar
Pues eso, que tanto ruido nos quita de cavilar :)
Un beso, PIlar, guapa
Por lo que dices, llevaría como medio año con mi blog. Y por lo que escribes, no me extraña que me enganchara tan pronto a lo que cuentas y a cómo lo cuentas. Fue todo un lujo encontrarte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, María Pilar, y gracias también a ti por estar ahí.
Hola Pilar,el silencio y yo somos muy buenos amigos,siempre nos hemos llevado muy bien y los ancianos, son mi debilidad al igual que los niños.Que le vamos hacer,soy persona de extremos.Como siempre Pilar,leer tus escritos es como volver a ese colegio al que apenas fui y aprender un poco mas sobre como se puede expresar las cosas, con mayor claridad.
ResponderEliminarMuchos besos!!
Confieso que tengo que aprender, como en todo, a usar mis silencios en los momentos oportunos que no coinciden con los momentos necesarios.
ResponderEliminarTus relatos son lecciones vitales...
Besos muy cálidos ♥♥
Me encanta este mensaje Sobre los Momentos de silencio. Acabamos de mudarnos de nuevo a mi ciudad natal, Una Pequeña Ciudad Con El Bosque Cerca de Donde yo pasamos Mucho Tiempo Durante los Meses De Calor SÓLO Escuchar el silencio y los Sonidos de la Naturaleza. Porción Gracias ESTO compartir.
ResponderEliminarMucho amor y luz
Cyn.
Has pintado un lienzo precioso, María Pilar. Tu sensibilidad siempre me emociona.
ResponderEliminarMuchos besos.
Tienes razón María Pilar, hoy no se aprecia el silencio y las palabras resuenan vacías.
ResponderEliminarYo no sabría vivir sin silencio, no podría orar, ni pensar, ni entender.
Gracias
Un beso de ternura
Un poco de silencio lo considero positivo, pero es buenisimo saberse expresar y compartir entre otros seres humanos nuestros sentires.
ResponderEliminarCariños
El silencio nos permite escucharnos...
ResponderEliminarBesos, Pilar. También es bueno y muy sano hablar.
Pocos muy pocos tienen la capacidad para interpretar los silencios, prefieren un bullicio sin sentido.
ResponderEliminarUn beso Pilar
Llevas razón en el lugar donde aún se escucha el silencio es el campo, lo describes maravillosamente.
ResponderEliminarMe quedo por aquí para leer más cosas tuyas.
El silencio es maravilloso.......tus palabras llevan como un tobogan hasta el final. Te felicito ! Cariños
ResponderEliminarHas hecho una hermosa descripción y defensa del silencio. Has destacado en tu escrito el sabio silencio de nuestros ancianos, de hombres y mujeres cargados de experiencia y sabiduría, que aprecian en su justa medida el valor del silencio.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.S. He reparado en el nombre de tu blog y en Spaces y luego en Worpress, mi antiguo blog respondía al nombre de RETAZOS DE MI VIDA. Una curiosa coincidencia.
Es cierto, muchas veces se habla sin decir nada, cuando en ocasiones el silencio es hermoso. Te permite oir el trino de los pájaros y todo lo que te rodea, lo cual te hace más observardor y por tanto, más sabio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que hermoso escrito ¡Y que cierto!
ResponderEliminarCada día la algarabía de la palabras huecas impide escuchar al sabio silencio.
Me ha encantado
Besazo
Gocemos de las pequeñas cosas que la vida nos ofrece;
para encontrar la verdadera felicidad
no necesitamos ser ricos o poseer grandes bienes,
sólo necesitamos tener riqueza en el corazón
y llenarlo con cosas positivas.
Bendiciones en abundancia para ti
y para toda tu familia en esta bella
y esplendida semana que hoy comienza.
Un abrazo de felicidad para ver el horizonte
con la consabida ilusión y apertura de ilusiones.
Atte.
María Del Carmen
Hay silencios que hablan por si solos, no necesitan palabras para poder interpretarlos.
ResponderEliminarEl silencio que se respira en un campo, a la orilla de un río, o en las noches estrelladas cuando hasta los pájaros duermen, es cuando se abre el corazón y, sin necesidad de palabras, expresa su sentir.
Tendremos que aprender a escuchar más, nos estamos perdiendo mucho.
Te dejo mis cariños en abrazos.
Kasioles
ResponderEliminar"Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores." Dijo Benjamin Disraeli..y creo que es el caso de los ancianos, que guardan en sus silencios tantos recuerdos y sabiduría. La que solo conoceremos, transcurriendo el mismo camino que ellos recorrieron... La vida y sus experiencias. Un encanto tus letras. Un abrazo
Gracias a todos por tan bellas aportaciones.
EliminarFelices días con todo mi cariño :)
En loa campos de Andalucia,en primaveras, las flores florecen y los campos para tapices de colores,en ellos solo podras escuchar el sonido del viento
ResponderEliminarSaludos