Ir al contenido principal

Ser o no ser: la eterna duda

Se pasaba el día deshojando la margarita: ser o no ser, hago esto o aquello. Siempre la duda le emborronaba los pensamientos y le incapacitaba para tomar decisiones. Esa actitud era tan irritante para los demás que comenzó a quedarse solo. Y solo siguió con su duda hasta tal punto, que su figura se fue doblegando para soportar la pesada carga. .
El día que logró ver la sombra de su caparazón soplándole en la nuca, comprendió que no merecía la pena seguir con ese lastre. Su cuerpo crujió al cambiar de postura para empezar a ser.

Comentarios

  1. Una entrada que da mucho que pensar.
    La conversación interna puede convertirse en el arma más mortífera que tenemos. En vez de abrirnos caminos, nuestra mente temerosa nos entierra baja escombros de miedos y dudas, hasta el día en que decidimos trascender nuestras limitaciones, superar nuestros demonios y encontrarnos con nuestro verdadero Ser. El premio final son las sensaciones de volar por encima de antiguas historias y reencontrarnos con la libertad.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
  2. Es cierto, en la vida es recomendable cambiar de postura...

    Buen texto

    ResponderEliminar


  3. No hay que tener miedo de hacer lo imposible,
    aún cuando los demás no piensen
    que lo podremos lograr.

    Recordemos que la historia está repleta
    de logros increíbles alcanzados
    por aquellos que fueron lo suficiente decididos,
    para creer en sí mismos.

    Un abrazo de sencillas flores
    Para finalizar la semana
    Con aromas de primavera…

    Atte.
    María Del Carmen


    ResponderEliminar
  4. Cambiar de postura puede ser el renacer indudablemente.

    ResponderEliminar
  5. salir del closet es saludable, en todos los sentidos posibles.

    ResponderEliminar
  6. Lo malo hubiera sido que, no interpretando ese crujido como un primer paso imprescindible para que se reajustasen las piezas de nuevo, se acobardara y pensara que tenía el mecanismo definitivamente inservible, por lo que lo mejor era volver a la postura en que estaba.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
  7. Pilar, nos dejas una gran entrada, amiga...La duda es buena y necesaria para sopesar, reflexionar y valorar varias perspectivas y decidir por fin... Pero, nunca debe ser una calle sin salida y una costumbre, que nos impida mostrarnos con claridad en sentimientos, palabras y hechos...La vida nos espera siempre y no debemos quedarnos anclados en la duda, en pasados yertos o en miedos y laberintos, sino seguir adelante y eligiendo siempre lo mejjor, que la mente y el corazón hayan sopesado y decidido...
    Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu cercanía y buen hacer, Pilar.
    Feliz domingo, amiga.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  8. A veces cargamos con pesadísimos fardos que están solamente en nuestra cabeza. Se soluciona tomando al toro por los cuernos.

    ResponderEliminar
  9. Las dudas no resueltas nos detienen, nos paralizan en la constante rumia d lo que es o puede ser. Es mejor resolverlas o dejarlas atrás y seguir.
    Excelente relato, me gusta mucho tu forma de escribir.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  10. Estas reflexiones, me acuerdo, me gustaron en su día. Un cambio, por muy pequeño que sea, puede traer a nuestra vida ese aire nuevo que necesitamos para seguir siendo o empezar, como bien dices, a ser.
    Un placer leerte.

    ResponderEliminar
  11. Empiezo a pensar, si no me estoy confundiendo con Jashira, que también hozo un micro de esta foto... ya me contarás.
    Un beso

    ResponderEliminar
  12. No te confundes Rosy, participé con este relato en PFD de Luisa Hurtado donde te leo también a ti.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  13. Es que me sonaba mucho, pero ya sabes...
    Besote guapa.

    ResponderEliminar
  14. Hola Pilar,una duda,solo una duda,es lo que hace que las cosas cambien dentro de nosotros mismos.

    Y como siempre,perfectamente escrito.Me encanta como lo haces.

    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  15. Algunas veces, de puro dudar el tiempo se pasa y el azar toma sus propias decisiones.
    Besazo

    ResponderEliminar
  16. Yo estoy muy de acuerdo con el querido Macondo, ese instante es la clave del asunto, gran comentario acorde a una gran entrada.

    ResponderEliminar
  17. Muy buen relato, imagino que inspirado por la fotografía. Magnífica escultura.

    ResponderEliminar
  18. No hay que llegar nunca a ese extremo. Hay que ser valiente.

    ResponderEliminar
  19. Lo peor es cuando uno se detiene a pensar seriamente en poqué arrastra impenitentemente todo eso y no encuentra ninguna razón valida...pero más vale tarde ;) que nunca

    Un beso, Pilar.

    Nena ¿Qué has hecho con los muebles?

    ResponderEliminar
  20. ¿Los muebles? En un almacén de momento, a la espera de recuperarlos o seguir con este minimalismo. La duda, ya ves. ¡jajaja!
    Me hackearon la cuenta y puesta a cambiar a poco no dejo ni los escritos.
    Un beso preciosa.

    ResponderEliminar
  21. Un renacer para por fin se, que nunca es tarde para darse cuenta y desintegrar los barrotes invisibles de los miedos. Excelente amiga! Besos

    ResponderEliminar
  22. Así es, permanecer estancado no ayuda, tu forma de quitar lastre es como habitualmente me tienes acostumbrada con esa pluma que crea mi adicción a tu narrativa.

    Besos muchos ♥♥

    tRamos

    ResponderEliminar
  23. A veces nos detenemos demasiado tiempo en las preguntas en lugar de ir a buscar las respuestas.

    Cuídate. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Perdemos mucho tiempo en pensar, estando quizás la solución más cerca de lo que pensamos....y al final, cuando ya el agotamiento puede contigo, nos damos cuenta de que era todo mucho más sencillo y que no merecía la pena tanto esfuerzo.

    Besos apretaos, María Pilar, un buen relato

    ResponderEliminar
  25. Nunca será tarde para darnos cuenta que hay que evolucionar y cambiar, para mejorar malos hábitos.
    El que no se arriesga, jamás cruzará el río.
    De los errores también se aprende.
    Cariños en abrazos.
    kasioles

    ResponderEliminar
  26. Hola María Pilar, lo importante es que a pesar de tanto tiempo se dio cuenta y pudo resolver la duda.
    No es bueno estar siempre en la misma posición porque al final el cuerpo se entumece.
    Saludos y un abrazo

    ResponderEliminar
  27. Hace un par de años dediqué un post a deshojar la margarita. Era más desenfadado que este. Este es más serio. Espero que el crujido le haya ayudado a madurar en vez de dejarle fuera de juego.
    Bss

    ResponderEliminar
  28. Bueno yo sólo con ver la estatua esa, o lo que sea, ya me he cagado de miedo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  29. Uno debe actuar y no pasarse imaginado. muy buena historia y genial reflexión te mando un beso y te me cuidas . Por cierto soy Citu

    ResponderEliminar
  30. Cuando "cambió de postura", cambió realmente su forma de enfrentarse con sus dudas, por eso dejaron de existir.
    Qué bueno!.
    Me alegro de poder volver a comentarte en tu casa!.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  31. La indecisión es un freno en el carro de nuestra existencia. Dudar nos ayuda a crecer, pero dudar eternamente nos lleva irremisiblemente a la inmovilidad y al estancamiento.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. Hola, María Pilar.

    Debió aligerarse antes de ese pesado fardo.
    Creo que dudar es bueno, pero no soporto a las personas que no toman decisiones y se mantienen siempre en la duda... y no avanzan.
    Besos, bonita, me encantó.

    ResponderEliminar
  33. Impactante imagen, me ha puesto a pensar en la eterna duda.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  34. Estar demasiado siempre seguro de todo no es bueno, dudar es humano y a veces una forma de avanzar. Pero dudar por sistema de todo y ser incapaz de tomar una decisión ahoga y nos anula como personas. Como casi siempre, la dificultad está en encontrar el equilibrio. Muy buena reflexión.

    Besos

    ResponderEliminar
  35. Gracias a todos por haber pasado por aquí, por vuestras plabras y por la agradable compañía. Os deseo lo mejor. Inmenso abrazo :)

    ResponderEliminar
  36. Las dudas forman parte de nosotros mismos. Disipar todas las dudas, todas, todas, puede llegar a pasar factura. Sigamos dudando.

    Me ha gustado tu forma de expresarlo.

    Un saludo!

    ResponderEliminar
  37. ¡Felicidades por este genial microrrelato! Así son las eternas dudas...no nos dejan seguir adelante.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  38. Las dudas hay que despejarlas cuanto antes y arriesgarse, perder el temor a fracasar.
    Un breve relato que condensa el eterno y paralizante ser o no ser y que has conducido con tu consabida maestría, m.p.
    Besarkada bat.

    ResponderEliminar
  39. Esa es la cuestion....la DUDA de tanbtas cosas...un abrazo desde Murcia...de momento no dudo en mandarte un saludo...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific...

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a...

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —...

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo ...

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso ...