Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena.
(José Saramago)
(José Saramago)
Aquel mes de julio toda la familia del conejito Huri fue de vacaciones al país de Juanconejeras. Cuando los chopos del soto movían sus ramas con la brisa del atardecer, los animales del lugar se reunían en torno a la charca y se contaban sus aventuras: las ranas con su croac-croac, los grillos con su cric-cric y los pájaros con su pío-pío. Entre todos formaban una algarabía que se podía escuchar por toda la zona.
Huri quería ser explorador, vivir aventuras y a su vuelta contarlas. Un día, con su pantalón de color azul, sus orejas bien tiesas y su pequeña mochila a la espalda, subió al monte. Empezó a deslizarse a la velocidad del viento por aquella tierra donde crecían plantas que olían muy bien. Saltando por aquí y por allá se metió por una zona de bosque. Se sentía feliz. Encontró una madriguera, se coló por ella y salió por el otro lado a una zona de campos de trigo. Le hicieron reír los saltamontes que brincaban como si tuvieran mucha prisa y no iban a ningún sitio. De repente, oyó unos ladridos y un ruido de patas que golpeaban el suelo. Dos perros de caza, envueltos en una nube de polvo, corrían en su dirección. Huri giró sobre sí mismo y ¡patas para qué os quiero! "Corre Huri, corre". "¡Que te van a coger!", se decía. Vio unos matorrales al lado del camino y ¡zas! se metió por debajo. Los perros siguieron corriendo unos metros más allá y, al no verlo, se dieron la vuelta. El dueño apareció en su caballo. —Habéis fallado —les dijo con voz enojada— tenéis mucho que aprender. Hoy no hay premio. Una urraca, subida en lo alto de un chozo de pastores abandonado, miraba al dueño muy enfadada desde sus gafas de sol y con voz furiosa le dijo: —¡Qué está haciendo! ¡No le da vergüenza! ¡Está prohibida la caza en esta zona! —¡Jajaja! Esto no es caza señora urraca, simplemente estoy entrenando a mis perros. Aunque Huri vio desde la oscuridad de los matorrales que daban media vuelta y se iban por donde habían venido, su corazón seguía latiendo muy fuerte: toc-toc, toc-toc. Pasaba el tiempo. Las chicharras cantaban con fuerza. El sol se iba escondiendo tras los cerros. Una bandada de aves cruzó por encima en dirección del estanque de Juanconejeras para pasar la noche. La mamá perdiz, seguida de sus polluelos, regresaba para descansar después de haber comido muy bien. Huri lo presenciaba todo temblando de miedo ante la oscuridad que se le echaba encima. En los bigotitos empezaron a formársele unas gotitas transparentes que brillaban como cristales. Eran sus lágrimas. Unos mirlos con sus trinos despertaron al perro Blacky que dormitaba delante de la puerta de su casa y le contaron que Huri había desaparecido. Al principio no les quiso hacer caso, pero tanto insistieron que primero abrió un ojo, luego el otro, movió la cola y de un salto se levantó y empezó a correr. Con su olfato de sabueso, husmeaba en todos los arbustos, madrigueras y huecos que encontraba. Pronto cogió el rastro. Sí, eran las huellas de Huri seguidas por los zarpazos de los perros. Al llegar al arbusto metió el hocico y a Huri le dio un vuelco el corazón. Asustado salió a campo abierto. La luna llena lo iluminaba todo. Como se iba en dirección contraria, Blacky le cerró el paso y le obligó a coger la orientación de Juanconejeras. El zureo insistente de una paloma, desde lo más alto de un chopo, anunciaba "¡Huri ya está aquí, Huri ya está aquí!". Huri olfateó el terreno conocido e inició un trotecillo más animado. En la entrada del valle sintió el alegre bullicio de todos los animales por su llegada. Sus padres lo abrazaron emocionados. Hasta las estrellas titilaron con júbilo. |
Un saludo para todos los que pasáis por aquí, para los que me leéis y para los que enriquecéis este blog con vuestros comentarios y compartiéndolo en las redes sociales.
ResponderEliminarYa sabéis que los cuentos infantiles no son mi especialidad, pero este verano se ha dado una conjunción de planetas en mi entorno que me ha llevado por estos derroteros.
Feliz fin de semana :)
Como ya no soy pequeñita, no sé qué decir.
ResponderEliminarMe encantó, Pilar!!
ResponderEliminarAlegraste a la niña que llevo en mí, con este precioso cuento!!
Cariños!!
Lau.
Que lindo ¡me encantó!!!
ResponderEliminargracias,abrazo buen finde.
María Pilar seguro que no es tu especialidad, pero te aseguro que me he sentido compañero y amigo de Huri y he sido feliz cuando ha llegado con los suyos, a veces es mejor no ir más allá del mundo conocido.
ResponderEliminarFelicidades por el cuento,
No importa la edad que tenga, me ha gustado el cuento, trabajo con niños pequeños y estoy acostumbrada a leerlos y éste es muy bonito Maria Pilar.
ResponderEliminarPrueba a seguir escribiéndolos.
Apretaos
Qué belleza Pili, tu pluma que admiro tanto, siempre me atrapa, esta vez atrapo de pequeña (que siempre una parte de mi lo es) TQM, un enorme abrazo
ResponderEliminarSaramago no sabría, pero tú estupendamente.
ResponderEliminarUn abrazo, María Pilar
También para cuentos de peques estás lista. Me encantó.
ResponderEliminarBesos María Pilar.
Un cuento sencillo para niños como comentas, pero me has sorprendido con el final. Hablabas de palabras sencillas para niños y aplicas al arrullo de las palomas, su definición correcta "zureo", que yo desconocía. Me has enriquecido.
ResponderEliminarA mi me ha convencido, leo muchos cuentos y a veces tengo que inventarme alguno, tres nietas son mi excusa. Quiero decir que no se nota que no sea tu especialidad. Saltibrincos
ResponderEliminar¿Quien no hizo la de Huri alguna vez?
ResponderEliminarMuy lindo cuento.
Uy pobre Huri, adore el cuento muy profundo e inocente. Te mando un abrazo y te deseo un buen fin de semana
ResponderEliminarSolo te dire que, si pudieras verme, entenderías que mi sonrisa refleja lo que me ha agradado el cuento. Es dulce, fresco y entrañable. Y tiene mucho mérito, que escribir para niños es bien difícil.
ResponderEliminarUn beso.
Te recomiendo que no abandones esta línea narrativa porque tu talento es capaz de generar historias deliciosas como esta.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Espero que se vuelva a dar esa conjunción de planetas :-) y que hagas vivir a Huri alguna aventura más.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Los buenos cuentos no tienen edad, y este, me ha encantado (y mira que ya no tengo edad de cuentos) jejeje.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Hemos Visto
De algun modo lo complejo se hizo sencillo y la sonrisa se ha quedado un buen rato en mi cara.
ResponderEliminarMil gracias es precioso
Maravilloso Pilar :D
ResponderEliminarLos niños se sentirán identificados con el conejito Huri y contendrán la respiración por ver si el conejito se salva. Mientras llega el momento feliz recibimos un baño de naturaleza muy bien pintado. Como debe ser un cuento para niños: sencillo, vivido, bello, que amplíe su vocabulario y con una moraleja positiva. Nos salvamos gracias a la madriguera que trazaron los nuestros. Un abrazo.
ResponderEliminarPilar, no sólo lo has narrado bien, has recreado el lugar, el ambiente y le has puesto la magia y la naturalidad, que ponen los niños en sus juegos y en sus conversaciones...Huri, lo hemos sentido muy real, entrañable y cercano...Hacía tiempo que no leía un cuento y me has abierto "el camino de todos los cuentos..."Asi titulaba el cuento, que hace poco contaba a mi hija todas las noches...y en el que se encontraban todos los personajes conocidos y dialogaban sobre sus cosas...Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer y tu generosidad siempre cercana y entrañable, Pilar.
ResponderEliminarM.Jesús
Si mi nieto más pequeño estuviese hoy a mi lado, hubiese disfrutado con tu relato tanto como lo acaba de hacer su abuela.
ResponderEliminarHurí seguro es más educado y respetuoso que los conejos que todos los días visitan mi huerto, se han comido todos los repollos y berzas que hemos plantado, en fin, lo que es tierno y de su agrado, desaparece de un día para otro.
cariños Kasioles
Escribir para los niños me parece muy difícil y muy meritorio. A mi me ha gustado la aventura de Huri y estoy segura de que a Héctor y Ulises les encantó.
ResponderEliminarBesos
wow es lo unico que se me ocurre escribir... los hermanos Green se quedan corto
ResponderEliminarbesos
Carlos
¡Qué bonito! Tocas todos los palos, María Pilar. Ya tienes otra especialidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es muy bonito, María Pilar. Un abrazo :)
ResponderEliminarHola María Pilar. Me ha encantado. Es un cuento precioso que a buen seguro los niños entienden de maravilla porque hablas con su lenguaje. Me encantan los cuentos infantiles y también me encanta escribirlos aunque no lo haga también como lo haces tú.
ResponderEliminarPreciosa descripción del lugar.
El perro que es más fuerte que los demás animalitos sale en busca del conejito, esto es solidaridad con los más débiles. En el cuento se ve que hay mucho compañerismo y la ilusión de ver de nuevo a ese conejito perdido. Precioso.
Saludos y un abrazo
Pues esa conjuncion planetaria ha producido un bellisimo resultado... Un texto precioso, amiga
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Lo siento por Saramago pero tú lo has bordado... Aventura y moraleja. Con tu permiso lo copio, espero poder contárselo algún día a mi nietecito.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso
Que bonito te ha quedado: esos cuentos siempre nos sirve para recordarnos que en algunos aspectos nunca dejamos de ser niños.
ResponderEliminarBesos.
Me voy con una sonrisa de oreja a oreja. Qué bien me ha sentado volver a la infancia por un ratito!.
ResponderEliminarMe encanta esta faceta tuya!.
Besitos.