Ir al contenido principal

Día Internacional de la Poesía

De un amanecer luminoso 
Insistentes trinos
Soñando me despiertan
El sueño de aquel día. 

El arroyo cantarín 
Conoce mi secreto 
Lo susurran los chopos
Acariciados por viento. 

Espumosa estela de mar 
Surca un cielo limpio 
Entre ambas orillas 
Mi corazón dividido. 

Puerta que se abre 
Mariposas que la traspasan 
Un ocaso tornasolado 
Titilar de estrellas lo atrapan. 

Nada más hermoso bajo el sol 
Que sentir tu cercanía y tu mirada 
Tu guiño de complicidad, tu palabra.

 © María Pilar

Comentarios

  1. Y tu celebras ese día creando belleza en verso, una poesía bonita y buena. Abrazos María Pilar

    ResponderEliminar
  2. Feliz día de la poesía, poeta. Y buen fin de semana.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Precios y sentido homenaje a
    la poesía, a la primavera, a la vida,
    a la mirada, a la palabra.

    Besotes y mil felicidades

    ResponderEliminar
  4. Tu palabra de poeta -que no poetisa- iluminan los caminos al sendero del sentimiento.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Buen homenaje al día, María Pilar, es preciosa...

    Besos apreaos

    ResponderEliminar
  6. Tu poeta,abrazos miles felicidades

    ResponderEliminar
  7. Bonita manera de celebrar el día.

    ResponderEliminar
  8. Tu poema, María Pilar, es tan cantarín y pleno de vida como la primavera que empieza con este día de la poesía. Estupendo.

    Un gran abrazo, querida María Pilar.

    ResponderEliminar
  9. ¡Me quedo con tus mariposas y con tus estrellas!
    Un abrazo, Pilar.

    ResponderEliminar
  10. Pilar, qué bien has unido el despertar del campo, de la savia, de la luz primaveral que nos acoge y nos arrulla con este día de la poesía, amiga...Mi felicitación por tus letras cantarinas, que se volvieron naturaleza y fuente para llegar a todos y abrazarnos...Mi abrazo grande y mi cariño.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  11. Bellisimo homenaje en este dia con esta poesia tan bella
    Cariños

    ResponderEliminar
  12. Precioso regalo le has hecho a la poesía en su día.
    Felicidades

    ResponderEliminar
  13. Uy que lindo poema y feliz día

    ResponderEliminar
  14. Vaya lujo de regalo que le has hecho a la poesía,Pilar.
    Besos y gracias:)

    ResponderEliminar
  15. Y las mariposas de colores te regalan un baile a tu alrededor, pequeño homenaje a tu día y el de tantas personas que hablan desde el corazón.

    Besos.

    ResponderEliminar
  16. Maravillosa celebración de la poesía, María Pilar. Un gozo leerte.

    Besos

    ResponderEliminar
  17. Feliz día poeta, un precioso poema.
    Saludos

    ResponderEliminar
  18. Un estallido de belleza.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
  19. Querida Pilar, te dejo este haiku:

    Agua en la fuente.
    Colores y sonidos.
    ¡Es primavera!
    Luz del Olmo

    ResponderEliminar
  20. Hola María Pilar, feliz día del poeta aunque con un día de retraso. Precioso el poema y con musicalidad. Enhorabuena.
    Saludos y abrazos

    ResponderEliminar
  21. Amiga mía yo veo tu poema como metapoema: creo que con tus versos describes las sensaciones y las imágenes que genera la poesía.
    El final es para enmarcar:
    "Nada más hermoso bajo el sol
    Que sentir tu cercanía y tu mirada,
    Tu guiño de complicidad, tu palabra.".
    Feliz semana.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  22. Y vaya forma de celebrarlo, ya que es todo una preciosidad.

    Besos.

    ResponderEliminar
  23. Un poema precioso, amiga... Y si, es cierto, la poesia es como un arroyo saltarín... Cantarín...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  24. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  25. Gracias María Pilar por alegrar mi mañana con la belleza de la tuya :)

    ResponderEliminar
  26. Una preciosidad de Poema para este día tan especial.
    Ese guiño de complicidad enlazando sílabas que provocan dulces Palabras en la maquinaria inquieta e inspiradora de nuestra Imaginación.
    Me encanta leerte y sentir tanta cosa bonita en tus bellísimos escritos.
    Abrazos y Besines.

    ResponderEliminar
  27. Hola, guapísima.
    Una dulzura leerte y eso que la poesía no es mi fuerte ni lo que mejor controlo.
    Me encanta, y comparto las sensaciones que transmites en los tres versos de cierre.
    Besazos, rebonita.

    ResponderEliminar
  28. Bien hecho, tú que sabes hacer poesía homenajeando a la poesía.
    Un placer. siempre, venir a tu casa.
    Un beso, amiga, de buen fin de semana.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —gritó Aur

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso