En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena.
Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo:
̶ Cariño, ¿estás ya preparada?
La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo silencio instalado entre los dos. Compartían cama, pero no dormían juntos, reservaban mesa en los mejores restaurantes, pero comían distanciados, viajaban juntos pero…
Qué lejos le quedaban a Clara aquellos días que les pertenecieron, las separaciones eran minutos contados para volver a verse, los kilómetros recorridos no importaban por un furtivo encuentro, decirse esas cosas que tanto les gustaba oír para alargar el tiempo, cruzar miradas cargadas de sensualidad, estrechar el aire con sus abrazos de amantes para comerse a besos.
Quería abrir un agujero en su mundo por el que poder escaparse. Tenía que cortar con todo lo que le ataba y se lanzó a ello en las alas del "intento". Dio un puñetazo a la soledad y se adentró en la fiesta de la vida dispuesta a recuperar su tiempo.
Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo:
̶ Cariño, ¿estás ya preparada?
La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo silencio instalado entre los dos. Compartían cama, pero no dormían juntos, reservaban mesa en los mejores restaurantes, pero comían distanciados, viajaban juntos pero…
Qué lejos le quedaban a Clara aquellos días que les pertenecieron, las separaciones eran minutos contados para volver a verse, los kilómetros recorridos no importaban por un furtivo encuentro, decirse esas cosas que tanto les gustaba oír para alargar el tiempo, cruzar miradas cargadas de sensualidad, estrechar el aire con sus abrazos de amantes para comerse a besos.
Quería abrir un agujero en su mundo por el que poder escaparse. Tenía que cortar con todo lo que le ataba y se lanzó a ello en las alas del "intento". Dio un puñetazo a la soledad y se adentró en la fiesta de la vida dispuesta a recuperar su tiempo.
Os dejo una nueva entrega de Retos junto con mi saludo y mis deseos de que paséis un feliz fin de semana. Agradecidísima como siempre por vuestras visitas y por el tiempo que os tomáis para dejarme vuestros comentarios. Muy pillada de tiempo ando para llegar a responderos como debiera, pero como siempre digo esto tiene que ser un tiempo de ocio y entretenimiento y lo hacemos porque nos gusta, el día que se convierta en una carga lo tendremos que dejar.
ResponderEliminarEl tiempo ha hecho que se genere un sentimiento que trasciende lo virtual por lo que os quiero un montón y os
dejo este abrazo con todo mi cariño :)
Un relato de vida, una descripción de lo cotidiano porque ocurre más de lo que pensamos, nunca sabemos de las vidas cuando se cierran las puertas. Pero ese columpio presagiaba una decisión sabia. abrazos con cariño para ti.
ResponderEliminarUn relato por desgracia demasiado real, menos mal que en el papel se arregla todo y la protagonista ha hecho lo que debía.
ResponderEliminarUn abrazo
Nada como la monotonía para arruinar los sueños que se fueron, las caricias de antaño, ya llegó su hora, debe marchar a conquistar un mundo nuevo.
ResponderEliminarPrecioso relato y muy real en la vida de demasiadas personas.
Besos.
Muy real el relato,hay mucha gente en esta situación.
ResponderEliminarabrazos miles buen finde.
Un relato lleno de imágenes muy conseguidas, María Pilar:
ResponderEliminar«Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena».
«se abandonó en el columpio de sus pensamientos»
«Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza».
«Dio un puñetazo a la soledad»
Son frases muy conseguidas, de esas que dejan un regusto de buena prosa.
Felicidades por el relato.
Un abrazo grande y ya lo sabes: estamos cuando podemos, que esto es ocio y no negocio.
Cuando el amor se transforma en rutina, mejor dejarlo.
ResponderEliminarHola! Por casualidad entré en este blog. mientras buscaba en la red de internet pantallazos sobre el vaivén de la vida. Me encantó este escrito, una narración cuasi real en nuestros tiempos. Pero pienso que si el amor (pasional) se transforma en rutina, queda el amor fraternal que es el que siempre sobrevive. No veo el por qué alejarse, pues seguramente abrirá heridas en el otro u otra.
EliminarCon maestría y determinación nos muestras la monotonía en la vida de una pareja...Pero, la protagonista se enfrenta con valentía a esa "cárcel de la soledad" y logra derribarla...Tus letras nos mueven y nos dan un toque de atención, amiga...Mi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer, Pilar.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
¡Ufff ,Pilar!, la cantidad de buenas frases que te has marcado, un relato joya, en serio, cómo me ha gustado.
ResponderEliminarTe dejo porque voy a leerlo de nuevo.
¡Enhorabuena!
Un abrazo admirado.
La inevitable decisión de una mujer valiente.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, María Pilar. En tu línea.
Un abrazo.
Me gustan estos retos que asumen, qué diferentes sensaciones, sentimientos y palabras pueden nacer de una misma imagen. Me sorprendes casi siempre.
ResponderEliminarUn beso
Hola María Pilar, un buen relato calcadito al mundo de hoy.
ResponderEliminarNunca hubo amor, si lo hubiese habido no habría penetrado en sus vidas la monotonia.
Un gran abrazo
Es bueno decirse adiós a tiempo.
ResponderEliminarUn besazo de anís.
El amor languidece en pocos meses, ¡con tanta frecuencia! A veces uno mismo se sorprende cuando un relato tan impactante como este que acabas de escribor, María Pilar, se hace realidad y escucha de su amigo, de su amiga, de un conocido, el relato de la nada en la que convierte la incomprensión y la desafortunada soledad, al amor. Sin embargo también es una gran desazón sentir toda la vida el amor que ha sido imposible completar por la racionalidad de situaciones especiales que se interponen entre los amantes. Un magnífico reto. Es posible que podamos seguirlo.
ResponderEliminarUn gran y cariñoso abrazo, querida María Pilar.
Uy lo peor que le puede pasar a una pareja es la rutina, te mando un beso y te me cuidas
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la forma Maria Pilar, el tono que perfectamente nos hace sentir lo que siente Clara.
ResponderEliminarEn cuanto al fondo de la historia. El amor es algo tan vivo como nosotros, por lo tanto se mueve, cambia, se transforma. Lo importante es una pareja, creo, es que ese transformación se ajuste a su propia historia y transformación sin llegar a generar esa sensación de vacío que parece embargar a Clara.
Besos
Muy bien narrado, María Pilar. Hilvanas el texto con mucho talento.
ResponderEliminarEse despertar requería la coherencia final.
Un abrazo y buena semana.
Muy bien presentado, y muy real desde luego; ya que en muchas ocasiones no se trata de casos ni aislados ni imaginarios.
ResponderEliminarBesos Pilar.
Hola, María Pilar.
ResponderEliminarA mí me ha gustado la narración por lo fluidas y bien hilvanadas que dejas las frases. La historia es, por desgracias, común para muchas mujeres, pero Clara tiene agallas.
Guau, me encanta.
Un besazo.
Me sugiere la vida... Algunos momentos, al menos, de la vida... Impregnados siempre de levedad...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Estupendo retazo de vida, María Pilar... retazos que no siempre se consiguen alzanzar.... es bueno decir adiós a tiempo.
ResponderEliminarBesos apretaos
La falta de diálogo y la rutina, son los peores enemigos para toda relación de pareja.
ResponderEliminarEl distanciamiento va aletargando el amor y la ruptura está a punto de estallar.
Pero nunca es tarde para reflexionar, donde hubo llama queda rescoldo y todo es cuestión de querer avivarlo.
Te dejo cariños en un fuerte abrazo.
kasioles
La rutina mata el amor, por eso en matrimonios
ResponderEliminarde larga data, si se quiere salvar la pareja, hay que
salpimentar de vez en cuando con alguna sorpresa para
el otro, cosa de jugar un poco y pues, romper la monotonía.
Cuando los miembros se han separado tanto como en tu relato,
cabe la ruptura para poder seguir viviendo y como en el caso de Clara,
-qué gráfico lo has puesto- descalzarse y sin máscara entrar
al baile de la vida.
Besotes
Le deseo mas que recuperar el tiempo..... se labre un futuro de sin fin de momentos pero que ella pueda gobernar.
ResponderEliminarCariños y buen fin de semana
¡Hola amiga! Hoy nos cuentas una historia demasiado normal: la soledad compartida, no es fácil mantener la llama viva, los años pasan factura a cualquier relación; lo importante es mantener la complicidad, guardar pequeños momentos para la pareja, no intentar convertir o convertirte en el gemelo del otro.
ResponderEliminarEl conflicto surge cuando se pierde la alegría, te das cuenta que esa rutina no es lo que esperabas de la vida, entonces ambos deben luchar por crear armonía o se hunde. De todas formas, si lo piensas fríamente todo en la vida llega un momento que se convierte en rutina y creo que lo mejor es intentar ver la parte positiva que esas rutinas dan a nuestra vida.
Lo que más me gusta es como escribes, con palabras sencillas, que atrapan y vives.
Un abrazo muy grande
Hola, María Pilar.
ResponderEliminarMe gusta la forma en la que escribes relatos tan cercanos a la vida misma de tantas personas del día a día, de tiempos, rutinas, de recuperar tiempo perdido y tantas cosas que están presentes día a día.
¡Felicidades! Un abrazo gigante.