Ir al contenido principal

Bajo las alfombras del Congreso

Mi plan de vida era seguir el consejo de mi abuela, una matrona gordezuela que siempre me decía: “Mejor que aquí en ningún sitio, mi niña”. Lo suyo eran las alfombras del Congreso y esa fue mi escuela. “Tendrás que aprender de tus experiencias y elegir lo que te haga feliz. Esa ha sido mi trayectoria y así he conseguido la PAZ: de vida, de mente y de espíritu”. Tenía razón, si había un lugar con el aire rancio, el olor a abrillantamiento de madera y la transpiración humana que tanto nos deleitaba, era este; pero… ¡Ay si mi abuela levantara la cabeza!
Se abren las puertas del Congreso de una manera tan brusca que una corriente fría me encrespa los segmentos ¡Qué jauría tan variopinta! Empiezan a confirmarse mis peores pensamientos.
̶ Ya están aquí, ­̶ anuncio a los míos ̶ rápido, actuad como el gran ejército que somos con nuestra afilada uña de garfio, sus ojos son demasiado simples para vernos. Dejad que entre ellos se peleen, pero que no toquen ni a uno de los nuestros.
Las finas camisas, trajes y corbatas se mezclan con coloridas prendas, botas, panties y vaqueros. ¿Es este el barómetro de los nuevos tiempos? De repente, uno que lleva coleta habla con el de las rastas de al lado, me coloco en su hombro y escucho perfectamente su bisbiseo: “Hay que levantar las alfombras, esa va a ser nuestra misión”
̶ ¡No! ¡Ese mundo no os pertenece! ̶ El grito liberador se ahoga en mi garganta tras haber escuchado ese graznido de ave de mal agüero.
̶ Ácaros del Congreso ̶ digo con la fuerza vital instintiva de mi abuela ̶ la guerra ha comenzado. Provoquemos una crisis de alergia. Os aseguro que caerán y sus muertos velarán nuestra supervivencia. Somos más resistentes que ellos. ¡No nos moverán! ¡Por nuestros ancestros! No olvidéis nuestra condición de ácaros selectos. Tened presente que fuera, la crisis ha minado la industria textil, ya no hay alfombras, ni cortinones, ni terciopelos.

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y anda que no está la cosa liada; "pa qué te cuento". Había leído en el título: "Bajo las alcachofas del Congreso". Y digo, ya solo falta que se nos pongan todos con diarrea.

      Besos María Pilar.

      Eliminar
    2. Ese humor tuyo Rafa y que nunca nos falte. Abrazo grande

      Eliminar
    3. Parece que el reloj del Congreso de los Diputados de un tiempo a esta parte no se ha movido, pero… no todo es lo que parece. Os dejo esta receta como conjuro: Un puñado de bichos aferrados a su poltrona, dosis de desinfección, cajas destempladas, bocanada de aire fresco, pizca de sonrisa, toque de humor y grandes raciones de expulsión.
      ¡Anda que no está liada la cosa!

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Que con humor se hacen más llevaderas porque si esperamos a que nuestros políticos hagan algo... Abrazo Fiaris

      Eliminar
  3. Uy con los politicos siempre habrá corrupción. Te mando un beso y te me cuidas

    ResponderEliminar
  4. Nos va a hacer mucha falta ti receta, vamos a necesitar todo el humor que podamos conseguir. Saltos y brincos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Saltos y brincos bien grandes Ester que nos alegren la vida que falta nos hace porque las noticias...

      Eliminar
  5. Muy bueno, con imaginación y con humor, se pueden ir resolviendo los graves problemas y por supuesto, debemos airear las alfombras, empezando por las de nuestra Casa principal, que es es el Congreso de los Diputados. Dejemos que entre el aire joven y fresco.

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ver si es verdad que cala ese aire fresco que tanto se necesita. Besos

      Eliminar
  6. Si Pilar, al regresar de mi viaje me encuentro con este desbarajuste y este revuelo de ácaros por todas partes...Los hombres se olvidaron de servir al pueblo y se mueven por las alfombras del congreso con un desparpajo y una frialdad impresionante...Es necesario limpiar el aire, las paredes, los muebles y el suelo...¿Cómo hacerlo? Clamamos al cielo la lluvia, la renovación, la fuerza del espíritu, pero no llueve...Asi que tendremos que ponernos a limpiar e ir echando poco a poco los ácaros, las bacterias y virus que nos enferman y nos quitan la ilusión...Muy bueno tu relato amiga...Podriamos decir: Al mal tiempo buena cara e imaginación. Mi abrazo y mi cariño.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida Mª Jesús, todo un placer volver a encontrarte por estos medios. Abrazo :)

      Eliminar
  7. jajaja me los imagino cantando la canción del barco de Chanquete :p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es correr un tupido velo porque ya les vale... ¿Acaso los de arriba no son la imagen de los que están bajo las alfombras?

      Eliminar
  8. Gracias por la sonrisa de hoy, lo tenías realmente difícil mezclando en una entrada Congreso y alfombras.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tan difícil si no quieres caer en lo mismo de siempre que ya nos tiene hartos.Tal vez les interesen que el tiempo pase, al fin y al cabo ellos siguen engordando, digo cobrando.
      Besos

      Eliminar
  9. Las cosas que se encontraran debajo de la alfombra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De algunas hemos tenido noticias, pero creo que es solo la punta del iceberg. Si todo saliera a flote la porquería nos inundaría.

      Eliminar
  10. Habría que desinsectar antes por encima, que por debajo.
    Gracias por tu relato y por tu sentido del humor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes toda la razón, son los ácaros de siempre, las eternas garrapatas que siguen engordando bien apoltronadas.
      Abrazo grande Chema

      Eliminar
  11. Hola, María Pilar, este relato tuyo me suena a
    "cualquier coincidencia con la realidad es
    mera coincidencia".

    jejeje. Se necesita una bocanada de aires fresco
    y un poco de limpieza :-)

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mera coincidencia... ¡Jajaja! Que llegue por fin esa bocanada de aire fresco y sacuda cortinas, levante alfombras, movilice la parálisis política y desinfecte a los políticos de tanta corruptela.
      Besos Myriam

      Eliminar
  12. Mil gracias pro tus lindas palabras en casa.
    Mañana publico la segunda parte.
    De acuerdo contigo, viajar nos abre la mente, nos
    hace ser mejores personas. Más besos.

    ResponderEliminar
  13. ¡Ay María Pilar! Aunque sacudiésemos las alfombras, saldrían otros bichos peores. No hay nada nuevo bajo el sol, otros libarían nuestros bolsillos, pero agradezco tu buen humor, me has hecho sonreír, porque tenemos un panorama de película de terror y si añadimos la independencia de Cataluña, ya no te cuento.
    Un beso de ternura.
    Cecilia

    ResponderEliminar
  14. Tienes buen sentido del humor.
    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  15. Uhm, Pilar, no se que decirte... Creo que soy un perro demasiado viejo y ya no me fío de nada... Me parece que los ácaros van a seguir campando a sus respetos...

    Un abrazo fuerte, amiga, y el deseo de un feliz fin de semana... Intentemos al menos que lo sea...

    ResponderEliminar
  16. Esos ácaros se sentirán sorprendidos por tanto egocentrismo y cinismo.
    Los Tiempos han cambiado, aunque siguen siendo lo mismo en el fondo.
    Luchas por sillones, por situaciones...en resumen por el Poder con el que tanto disfrutan algunos sin tener en cuenta la verdadera situación del País, que es la principal causa de que estén allí...Para resolver los problemas de los ciudadanos que los hemos votado, sin acritudes ni sectarismos.
    Precioso y lleno de verdad tu magnífico Relato.
    Abrazos y Besines.

    ResponderEliminar
  17. Una limpieza a fondo para sacar todo lo malo y que no vuelvan a sentar sus reales en ningún sitio.


    Beso

    ResponderEliminar
  18. Si las paredes hablaran...
    Si estás muy agustito en tu sitio, a nadie le gusta que lo muevan de él.
    Yo les aplicaría la dieta de la alegría, seguro que despertaría conciencias y todo sería una balsa de aceite.
    No hay que perder la esperanza.
    Cariños en el corazón.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  19. Jajaja Pilar, a la segunda lectura "caes". Qué imaginación la tuya, ¡alergia para todos! a ver si así se van los infectados y empezamos a levantar cabeza, aunque me temo...
    Enhorabuena, por tu escrito; sagaz y profundo, lleno de gracia y con ese estilo tan tuyo, especial, que me gusta tanto.
    Gracias por las risas.
    Un besote

    ResponderEliminar
  20. Una pasada de aspirador no vendría mal. Y aire mucho aire...nuevo. No valen los ambientadores para el olor a corrupción.

    ¡Qué buen relato, Pilar!

    Besos

    ResponderEliminar
  21. Qué bueno Pilar!
    A ver si, de verdad, algunos abandonan la poltrona... ya va siendo hora.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  22. ¡Que pena! los ácaros del congreso deben tener un virus de soberbia que inoculan a todo el que llega a poseer uno de sus sillones. Llegan y se olvidan que trabajan para el pueblo empiezan a tensar la cuerda y recoger para ellos y sus correligionarios.
    Un cuento realista y hermoso.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Se necesita una limpieza total.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  24. Hola María Pilar. No sé, no sé, para mí que esos ácaros están tan arraigados que es muy difícil sacarlos. Tendrá que ser un aspiradora que lo absorba todo
    A ver lo que pasa porque la semana pasada estaba la cosa muy liada. Está parece que se ha aclaro algo. No sé, a ver lo que sucede y ojalá entre savia nueva para regenerar todo, poner un poco de cordura y esperanza en este país.
    Abrazosssssssss

    ResponderEliminar
  25. Hola Pilar,bueno,ya hablar de cómo está el Congreso es de valientes eh,porque mira que está mal el Congreso!!.Bueno,esperemos que todo nos salga más o menos bien que ya será todo un logro viendo como se presenta el panorama.
    Muchos besos Pilar y muchas gracias:)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

El calamar rojo gigante

Leer más relatos aquí Las luces de emergencia iluminaban lo suficiente como para saber dónde estaba. También el lío en el que Carla se había metido. Tanta grandiosidad la empequeñecía. Se encendieron las alarmas en su cabeza. Se había quedado encerrada en la torre más lujosa de la Quinta Avenida.  Su grupo escolar, con la monitora, habían subido al mirador Top of the Rock en el último ascensor de la tarde. Cuando llegó el momento de bajar, al salir del ascensor, Carla se entretuvo curioseando el retrato del primer Rockefeller que estaba en la pared de enfrente. Una cabeza afilada rodeada de una pelambrera lobezna; las aletas de la nariz dilatadas, como olfateando algo, le daban cierto aire de animal al acecho. «¡Qué hombre tan horrible!», pensó. No pasó mucho tiempo, el suficiente para quedarse sola. ¡Se habían cerrado todas las puertas! ¿A dónde se habían ido todos? ¿Y los vigilantes? Aquello no le podía estar pasando. El silencio era total.  Hecha un ovillo, se sentó en uno de lo...

A la deriva - Cuento de Horacio Quiroga

Ficha Técnica     Título: Cuentos de amor, de locura y de muerte    Autor: Horacio Quiroga    Género: Cuento    Editorial: Sociedad Cooperativa Editorial Limitada    Año de edición: 1917    País: Uruguay    Resumen      El protagonista del cuento, Paulino, pisa una serpiente venenosa que le muerde en el pie. A causa de este incidente, inicia un viaje por el río Paraná hacia un pueblo vecino donde espera que le salven la vida.       Valoración personal        Horacio Quiroga mantiene en este cuento las tres constantes que le caracterizan como el gran cuentista que es: brevedad, intensidad y tensión constante.     Lo que más impresiona es la lucha por sobrevivir del protagonista al que, a veces, lo llama por su nombre y otras no dice nada más que “el hombre”. Como si a cualquiera de nosotros nos pudiera ocurrir lo mismo. Una lucha desesperada, por ganarle la batalla a la muerte, por no rendirse, aunque ...

La habitación de las llaves antiguas

La habitación de las llaves antiguas (fragmento)  de Elena Mikhalkova  Mi abuela una vez me dio este consejo:  Cuando los tiempos sean difíciles, avanza en pequeños pasos.  Haz lo que tengas que hacer, pero hazlo lentamente.  No pienses en el futuro ni en lo que pueda pasar mañana.  Limpia los platos.  Limpia el polvo.  Escribe una carta.  Cocina sopa.  ¿Ves eso?  Sigue adelante, paso a paso.  Da un paso y luego haz una pausa. Toma un descanso.  Valórate a ti mismo.  Da el siguiente paso.   Luego otro.   Apenas lo notarás, pero tus pasos se harán más largos.  Hasta que llegue el momento en que puedas volver a pensar en el futuro sin llorar. (Elena Mikhalkova, escritora Rusa, nació el 1 de abril de 1974).

Un mundo de Ángeles Santos

Este cuadro ha sido restaurado recientemente y se puede ver en el Museo Reina Sofía de Madrid. «Un mundo», dijo la autora que representa. Por cierto, se llamaba Ángeles Santos y lo pintó con tan solo diecisiete años, una artista precoz donde las haya. ¡Qué no se hubiera dicho de ella en 1929 si hubiera sido un varón! Eran otras épocas; de la mujer se esperaba que se casara y fuera amante esposa y una madre solícita, no una artista del vanguardismo. De todas formas, el monumental lienzo de nueve metros cuadrados tiene tanto magnetismo que fue la obra que más sensación causó en el madrileño Salón de Otoño de 1929. Los especialistas se rindieron ante su genio precoz y recibió los elogios de la intelectualidad del momento.    ¿Qué tiene esta pintura para que nos llame tanto la atención? ¿Es su aspecto de pesadilla? ¿Su monumentalidad? La miro desde la distancia. El cubo terráqueo está tan cargado de objetos que a duras penas se sostienen por la velocidad a la que se mueve; pare...

La casa de los miradores blancos

La atmósfera es lo más importante. Lovecraft.   Pisos en pleno centro de Vitoria.  ¡El precio del alquiler es una ganga!   Así se anunciaba la casa acogedora y luminosa a la que nos fuimos a vivir.  ¡Qué contentas estábamos mi madre y yo cuando la recorrimos entera con las llaves en la mano! Un edificio moderno con dos alturas más ático y los miradores blancos contemplando la plaza de la Virgen Blanca, en el centro peatonal de la ciudad. La oportunidad parecía demasiado buena para dejarla pasar.  Desde el primer día que empezamos a vivir en ella, la atmósfera de misterio que emanaba despertó mi curiosidad. Comencé a leer sobre su historia y fue cuando tuve la extraña sensación de que una misteriosa presencia me vigilaba, lo que me obligaba a girar la cabeza para descubrir que estaba sola. ¡Qué desasosiego me entraba! Y por la noche. ¡Uf!, por la noche, parecía que compartíamos vivienda con «Los otros». La casa estaba llena de secretos que permanecían solapado...