«Si el corazón pudiera pensar se pararía» (Fenando Pessoa)
RETO: Escribir un microrrelato enmarcado. (Grupo Idazki)
Laura y yo nos habíamos conocido en mi ciudad, Aldridge, a la que ella fue un verano para mejorar su inglés. Después de un tiempo, preparábamos muy ilusionados nuestra boda. Mi madre, que iba a ser la madrina, pensó que la flor de brezo no podía faltar. Como buena inglesa vivía en una casa con jardín donde dos veces al año se llenaba de flores el brezal.
Y este fue el motivo de discordia entre mi novia y ella.
—Ian — me dijo Laura un tanto irritada—, tu madre quiere que todos los invitados lleven una flor en el ojal. ¡Qué cursilada!
Yo siempre fui un espíritu débil frente al carácter autoritario de mi madre y sufría por ello. Pero algo despertó en mí en aquel momento que dejó atrás al asustadizo Ian y, lejos de encerrarme en un silencio triste como hacía habitualmente, empecé a hablar por mí mismo:
—Cuenta la leyenda que las lágrimas que Malvina derramó, al tener noticia del fallecimiento de su amado en combate, cayeron sobre el brezo violeta que al instante se transformó en blanco. La misma joven deseó que aquella flor blanca trajera dicha a quien la encontrara. Esta leyenda continúa en la tradición británica, utilizándose el brezo blanco como un obsequio que da buena suerte. Es solo eso, Laura, pero si tú quieres lo quitamos.
—¡No! — me dijo risueña moviendo sus cabellos rizados.
Y vi cómo se le iluminaba el semblante con la felicidad que nos acompañaba aquellos días.
¡Feliz día de san Valentín!
Por una vez cedió ante la lógica tradicional materna.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Alfred. La fuerza de sentirse enamorado, tal vez.
EliminarBesos y feliz día.
Hermoso relato, Pilar!!
ResponderEliminarFeliz Día del amor y la Amistad!!
Lau.
Gracias, preciosa.
Eliminar¡Feliz día para ti también!
Un beso, Lau.
Lindo relato me encanto la leyenda muy bella. Te mando un beso
ResponderEliminarLindas las palabras que me dejas, Citu.
EliminarUn beso.
Esta vez pudo agarrarse a una leyenda para salvar la situación, pero el carácter de las dos mujeres hace pensar en que habrá otros enfrentamientos. Tendrá que ir inventando más leyendas para tratar de disolverlos también.
ResponderEliminarBuen relato, María Pilar.
Un abrazo.
¡Ja, ja, ja! Qué buen análisis.
EliminarUn abrazo, Chema.
Tu relato nos muestra que el diálogo con respeto y lógica salva matrimonios y amistades. En este caso fue efectivo con el ejemplo de la leyenda. Ojalá tuviéramos siempre un refrán o una leyenda para desarrollar el razonamiento.
EliminarMi felicitación por tu hermosa historia para estos días del amor y la amistad.
Mi abrazo entrañable y cuídate Pilar. Ojalá la primavera nos llegue con luz y esperanza para todos.
Gracias, Mª Jesús. Qué buena reflexión me dejas.
EliminarEse es mi mayor deseo, que la primavera nos llegue tal cual tú dices.
Un inmenso abrazo con todo el cariño que te tengo. Cuídate mucho también, es lo que toca.
¡Hola, Mª Pilar! Más allá de la historia romántica, lo que me deja tu relato es la importancia de las tradiciones. A veces nos ponemos muy modernos y criticamos según qué liturgias, ritos o costumbres. ¡Es cosa del pasado! se suele decir, como si ello fuera peyorativo. Por supuesto que es cosa del pasado, pero es que lo que somos es cosa del pasado. Ritos ancestrales han llegado a nosotros por algo, siempre hay una razón, un arquetipo que logra que perduren. En este caso esa preciosa leyenda que desde luego justifica el por qué llevar la flor en el ojal. Como siempre, cuando la ignorancia se llena de conocimiento nuestra perspectiva se hace más amplia y tolerante. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarGracias, David. Muy buena reflexión.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un relato-leyenda acorde a la fecha.
ResponderEliminarBesos, M Pilar