El agresor actuó con astucia y rapidez. No exigió más dinero que los 350 € que en ese momento tenía la víctima en la mano, sabedor que, según las leyes de este país, eso no es más que una falta y para llegar a delito tiene que superar los 400 €.
Su historial delictivo presentaba numerosas retenciones policiales para quedar en libertad muy pronto por orden judicial; aparte, contaba con otros delitos por los que había pasado temporadas en la cárcel.
Con el uso del cuchillo intentó cubrirse las espaldas. El tipo era muy alto, fuerte y era evidente que presentaba buena musculatura. En una pelea cuerpo a cuerpo no tenía nada que hacer. Silenciarlo de por vida le pareció lo mejor. Por eso el apuñalamiento había sido certero, con fuerza, profundo, entre las costillas para llegar directo al corazón.
A primera hora de la tarde les llegó el aviso a los de la UVI móvil: “Una hemorragia grave, no tiene buena pinta”.
El conductor experimentado sabe que en esos momentos ganar segundos al tráfico es crucial. Por suerte, varios miles de coches han abandonado la ciudad para pasar el fin de semana fuera. En muy poco tiempo la UVI móvil llega al lugar donde está desplomado el científico apuñalado. Varias personas silenciosas observan el cuerpo inerte de la víctima.
La policía empieza a despejar la zona.
Los especialistas sanitarios actúan con la rapidez propia de su profesionalidad, dos llevan una camilla y material de urgencias, mientras otro se adelanta, posa sus dedos sobre el cuello del paciente y mira a sus compañeros haciéndoles un gesto afirmativo de que presenta signos vitales. Con perfecta coordinación empiezan las maniobras de resucitación, aplicando tratamiento de cuidados intensivos ya camino de un importante hospital de la ciudad.
Un niño de 8 años de pelo castaño y piel transparente, inquieto y nervioso, no hace más que mirar por la ventana. En una de estas, lo vio venir corriendo y pararse en frente del edificio. El atracador hizo visera con la mano para evitar los rayos del sol y poder mirar hacia arriba en dirección de aquella ventana.
El niño se quedó petrificado, se le tragó la voz y se meó en los pantalones. Al ver el charco que había dejado en el suelo, pudo reaccionar y corrió al teléfono para marcar el número que le habían dejado.
—No es posible, te has equivocado chaval, está en la cárcel.
Al tener la respuesta de la cárcel, el jefe de policía mandó un coche patrulla a la zona y por allí lo encontraron merodeando.
Lo agarraron porque tenía una orden de alejamiento por ser padre maltratador. Al cachearlo en la comisaría, le encontraron 300 € que no pudo justificar, más una mancha de sangre en la manga de la chaqueta sin tener ninguna herida.
Un espacio de letras muy interesante.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Jorge por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Feliz fin de semana :)
ResponderEliminarComo me gusta lo que escribes, me tienes un ratito absorta. la vida es muy dura en ocasiones. Abrazos
ResponderEliminarEster agradezco tus palabras. La vida siempre supera a a la ficción.
ResponderEliminarFeliz fin de semana:)
Interesante ensayo con final un tanto turbador,
ResponderEliminarEs un relato de los que no te deja indiferente
y eso, ya es mucho.
Un fuerte abrazo.
Como siempre, me ha encantado este Relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Paco, gracias por pasarte por aquí y dejarme tus interesantes palabras.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Pedro Luis L.L. Un placer encontrarme con tus comentarios. La opinión de los lectores es muy importante para mi.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Triste la imagen del niño que se mea cuando ve al padre que lo maltrata...
ResponderEliminarAunque al principio me despistaba la falta de la erre... en esa palabra, después de leerlo dos veces, me he convencido.
Un abrazo Pilar.
Rosy Val, tienes razón faltaba una "r" gracias por avisarme.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo :)
Me deja pensando en como sería en mi país en el que esas cosas generalmente no funcionan. Nadie atenderia la llamada, el numero que le han dejado cambió o algo así o si anda, el que atiende está viendo el partido de Messi y no tiene ganas de moverse rápido, mejor mañana y así. El resultado es irreversible.
ResponderEliminarTriste relato pero me ha encantado tu manera de transmitirlo.
ResponderEliminarUn beso.
guau!! que historia!! muy bien narrada.
ResponderEliminarUn beso para ti maría pilar.
Garriga ¿no exageras un poco? Cuando se trata de una emergencia las sirenas de las ambulancias te dejan sorda como no las dejes pasar. Prioridad absoluta.
ResponderEliminarFeliz fin de semana:)
María, Albers gracias por vuestros comentarios, me animan a seguir.
ResponderEliminarFeliz fin de semana:)
Muy bueno! Lo leí de un sopetón.
ResponderEliminarun abraxo!
Una quisiera pensar que esas cosas no pasan nunca, pero sí pasan. Un beso.
ResponderEliminarMuy buen relato. Me ha gustado mucho cómo escribes.
ResponderEliminarUn beso.
Buen relato, como ya nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarBesos.
Muy buen relato! La justicia ha puesto a cada uno en su lugar.
ResponderEliminarUn Abrazo.
Hostias, Pilar, te va la dureza, eh? Un personaje así crea víctimas a su alrededor, no sólo en la sociedad, sino también en su propia familia. Yo nunca entenderé que la gente con tantos antecedentes pueda convivir con el resto de la sociedad.
ResponderEliminarUn beso :-)
Primero me tienes casi sin respirar y luego me asalta la duda: "Será verdad??" Es una historia tan real, tan posible, tan perfecta !!!
ResponderEliminarBueno, al menos uno fue detenido y el otro sigue con vida. Quien le devolverá la confianza a ese niño ya es otra historia, la inocencia ya no podrá devolversela nadie.
ResponderEliminarLo cuentas fenomenal.
Un beso
Un muy buen relato y, como debe ser, con un final inesperado.
ResponderEliminarUn saludo.
Me aterra, al pensarlo friamente, hacer de verdugo pero, en el caso de de tener que elegir entre la vida del agresor y la mía, seguro que, aunque sólo fuera por instinto, me defendería.
ResponderEliminarAbrazos en el corazón.
Kasioles
Es un relato que nos atrapa desde el principio. Inquietante y con una trama dura que nos conduce a un desenlace inesperado.
ResponderEliminarMe ha encantado
Un abrazo
Uno por uno leo despacio vuestros mensajes y ¿qué os puedo decir? GRACIAS, por vuestras palabras, por vuestro ánimo y por vuestro saludos.
ResponderEliminar¡Sois los mejores! Es una gran suerte teneros por aquí.
Feliz domingo con mi más cariñoso abrazo :)
Genial, amiga mp.
ResponderEliminarCon un desenlace sorprendente; estupenda historia.
Un beso enorme.
Towanda otro besote para ti y seguiremos en contacto.
ResponderEliminarFeliz semana :)
Menuda pieza, ¿y se preocupa de no robar más que lo necesario para que quede en falta y luego se lo carga? un poco idiota. Lo del niño redondo.
ResponderEliminarBesos
Desgarrador y desde luego casos de estos o muy similares de dan con demasiada frecuencia. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estupendo relato, nos muestras lo dura que a veces es la vida.
ResponderEliminarPobre chaval y las secuelas que deben quedar en casos como este, que a veces se dan.
Un abrazo!!
Imagina cargándoselo no iba a hablar y se cubría las espaldas, si lo cogían a él con los antecedentes que tenía ya tendría recursos para justificar el dinero. Le quedó un cabo suelto, el de su hijo, con eso sí que no había contado.
ResponderEliminarBesos :)
Rafa Hernández, ojalá siempre en la realidad terminasen apresados a la vuelta de la esquina y las víctimas salvadas. Por desgracia la vida real como siempre supera la ficción.
ResponderEliminarBesos^^
Pablo Hinarejos, tú lo has dicho, el chaval. ¿Cómo rehacer su vida?
ResponderEliminarMalditos los maltratadores y abusadores de niños.
Un cariñoso abrazo:)
Magistral este relato-crónica de la vida misma sobre un tema doloroso que cada día nos muestran las noticias. Lamentable y muy triste. Bien contado.
ResponderEliminarBesicos.
ResponderEliminarBuen relato, Pilar, crudo como la vida misma pero escrito con las palabras acertadas. Me ha gustado.
Besos.
Ana y Yeste de Lima, gracias por dejar vuestra huella por aquí acompañada con tan bonitas palabras.
ResponderEliminarBesos^^
Muy real y un poco triste, te mando un beso y cuidate
ResponderEliminarHola Pilar!, me gusta lo que escribes es interesante como siempre, historias como esta ya se esta volviendo una costumbre, y no debería de ser así no debería de ocurrir hay que tener leyes mas severas para los maltratadores
ResponderEliminarTu narración es muy buena te deja atrapada asta el final
Siento no haber entrado últimamente en tu espacio, no tengo ganas de entrar últimamente en el blog, desde la muerte de mi madre que ara dos meses el 25 no se me apetece nada la verdad pensé que era mas fácil pero cuanto mas días pasan mas difícil se me hace, no verla
y mil besos para ti preciosa
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo que ya te han dicho otros colegas Pilar, escribes muy bien y condensado.
ResponderEliminarFui al enlace del relato del niño y te dejé comentario ahí. El miedo que el niño le tiene al padre, se hace patente en la enuresis y en ese tragarse las palabras.
Otra cosa, me gusta también como has marcado un rasgo fundamental del comportamiento antisocial: éste va in-crescendo, cuando el reo sabe que puede con la suya porque la justicia no lo castiga como es debido.
Besos
Gracias por tus palabras Myriam, se ve cómo analizas la secuencia a la inversa de lo que hice yo para escribirla.
ResponderEliminarBesos.
Me quedo con la imagen del niño maltratado, ¡Pobrecito!
ResponderEliminarUn relato con mucho punch. Gancho de derecha directo al mentón seguido de golpes cortos al estómago que le dejan a uno sin respiración.
ResponderEliminarMuy bueno. Bien escrito
ResponderEliminarAsí van las sociedades, lamentable y triste.
ResponderEliminarGracias Pilar por quedarte en mi casita, haré lo mismo si lo permites.
Lindo día
ResponderEliminarQuién no quiere sentirse feliz siempre, y aunque la felicidad parezca a veces inalcanzable debemos luchar por conseguir esos momentos que poblarán nuestros recuerdos y nos ayudarán en momentos de absoluta opacidad.
Esta semana he estado de viaje y me he demorado sin apenas darme cuenta. Pero hoy tengo el gusto de pasar a saludarte y desearte un magnífico fin de semana!!
Sin olvidar que la mejor canción es la sonrisa de tus ojos,
melodías poéticas que mecen mis sueños.
Atte.
María Del Carmen
Por desgracia hay muchos niños en esta situación. Que bien lo has contado.
ResponderEliminarPoco a poco volviendo a la normalidad. Aprendiendo a manejar el Windows 8. Mil gracias por tus ánimos y cariñoso comentario.
Buen finde
Un cálido abrazo
Y yo que pensaba que llegaba tarde y no tienes nada nuevo.
ResponderEliminarTe deseo un feliz fin de semana.
Un beso.
¡Qué compañía me hacen vuestros mensajes y cálidas vuestras palabras!
ResponderEliminarOs deseo feliz fin de semana :)
Hola M.P. Moreno, una pena que se maltrate a los niños. Si no son ayudados, ellos serán los siguientes maltratadores. Hay que romper esta cadena como sea.
ResponderEliminarMuy bien redactado.
Saludos y besos