Ir al contenido principal

El beso de Gustav Klimt


Se celebraba la fiesta de la belleza y del erotismo. El cóctel, en el palacio Belvedere, se nos sirvió en el romántico jardín entre fuentes ornamentales y ajedrezados de césped. El grupo más numeroso se quedó en el paseo central que se pierde hacia un horizonte inabarcable y muy animados con sus copas en la mano disfrutaban del privilegio reservado a unos cuantos. Algunas parejas nos fuimos dispersando bajo la influencia de esa luz que matiza los alegres colores florales mientras la brisa nos envolvía con deliciosos aromas de plantas de los Alpes. Los surtidores con sus juegos de agua al precipitarse nos salpicaban la piel y todo avivaba los sentidos y te invitaba a formar parte del juego amoroso porque todo latía bajo el influjo erótico de los actuales dueños.
En el salón de baile los tules y las gasas se rozaban al ritmo del Danubio Azul que la orquesta interpretaba y allí Emilie, con la inequívoca sonrisa del amor en los labios, nos comentó que lo conoció en la boda de su hermana. 
Él ya era un hombre de mundo y yo estaba en los albores de mi juventud, pero prendió en mí la llama de un irresistible amor ante el fuego del deseo que me lanzaban sus miradas. Recuerdo cómo se aceleró mi corazón cuando se me acercó. Ahí empezó nuestro idilio que ha dado lugar a nuestra eterna historia de amor. Él puso la pasión, yo la entrega más absoluta y mi sensibilidad ante un simple roce de su piel. Nos fusionamos con frenesí para vivir nuestro amor prohibido aferrándonos como el pie del equilibrista al alambre. Fui la eterna amante ̶ mujer fatal y pelirroja decían ̶ nuestra pasión estuvo por encima de normas y condicionamientos sociales y el vértigo al precipicio amenazante bajo nuestros pies fortaleció nuestro querer hasta la muerte y nos sobrevivió.
Fue hermoso captar ese beso de la pareja de anfitriones cuando los dos abrazados, vestidos con sus coloridas túnicas de fiesta, se entregaban a la felicidad erótica de manera imperturbable con tal fuerza, que irradiaban fulgores dorados de un sol abrasador.
¡La eternidad de un beso!

Comentarios

  1. Una circunstancia familiar me ha tenido ajena a este mundo virtual. Poco a poco os iré visitando y poniéndome al día en todo lo que vais escribiendo. Os dejo un cariñoso abrazo y os deseo a todos una muy feliz semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. XD! tus letras Pili, un placer leerte, espero que tu circunstancia se resuelva lo mejor posible, te mando un abrazo enorme y todo mi cariño TQM

      Eliminar
  2. Ese cuadro de Klimt siempre me ha parecido una escena más decorativa que honda, tal vez porque no le he prestado tanto interés como tú, Pilar. A veces basta con imaginar para comprender.
    Un saludo, y que no sea nada.
    JM

    ResponderEliminar
  3. Hola Pilar, sí que se te echa de menos, bandida…
    Una entrada preciosa y unas palabras finales que me han encantado y con las que estoy en consonancia.
    Un abrazo, ¡que tú puedes con todo!.

    ResponderEliminar
  4. Me has hecho revivir mi visita al belvedere. También era octubre. También lucía el sol. Impresionante ciudad, impresionante jardín, impresionante palacio, impresionante pintura dulcísimo beso.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  5. Mientras la circunstancia no sea triste, dispón a tu gusto.
    Los seguidores esperamos sin problema. Un blog nunca es una obligación.

    ResponderEliminar
  6. Conozco este cuadro pero no he estado en ese palacio que describes como un entorno envolvente y amoroso. Las circunstancias mandan. Yo tampoco estoy lo justo.
    Bss y que todo se resueva fenomenal

    ResponderEliminar
  7. Tranquila aqui estamos,que no sea nada grave,abrazos Fiaris.

    ResponderEliminar
  8. Mu bucólico con una narración impregnada en belleza , con hermoso marices de un paisame del eyenda.
    ¡Espléndido!
    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Estupenda tu entrada escrita y tu entrada de regreso. Sí haces mucha falta... pero lo bueno, es justo esperarlo. Así que tú estate tranqui, que tus seguidores te aguardamos con paciencia.
    Besos, muchos!

    ResponderEliminar
  10. Un viaje sostenido en la brisa de tus letras, bellista descripción, que renglón a renglón con poco mas que imaginación precioso lugar sin conocer pinturas y palacios. Una maravilla leerte Pilar.
    besos!!

    ResponderEliminar
  11. Bonito post, y que esos ánimos suban como al espuma. Lo mejor es que fuera del mundo bloguero, todo marche bien; eso es lo principal, y el resto secundario.

    Besos.

    ResponderEliminar
  12. Un comentario bellísimo a la hermosa obra de Klimt.
    Te eché de menos y supuse que algo ocurría. No siempre podemos estar, así es.
    Un beso, Pilar.

    ResponderEliminar
  13. Me encanta el cuadro... y en mi memoria va siempre unido (yo que sé por qué) a La sonrisa etrusca, la novela de Jose Luis Sampedro, osea que cuando lo veo siempre se me escapa una sonrisa de reconocimiento. Yo siempre he creído que Sampedro era Don Alonso Quijano, el bueno.

    Un beso, guapa me alegro que estés de vuelta

    ResponderEliminar
  14. Hola Pilar,espero todo esté bien.

    Besos grandes.

    ResponderEliminar
  15. Hola Pilar, muy bonito como describes el cuadro. No lo conocía y ,me ha picado la curiosidad, he buscado información. Preciosos tu escrito y precioso ese beso tan colorido. Deseo que todo en tu vida esté bien.
    Saludos y un abrazo

    ResponderEliminar
  16. El amor, ese motor que mueve nuestras vidas, se quedó reflejado para siempre en ese cuadro famoso de Gustav Klim, siempre me ha gustado.
    Te dejo cariños y mis deseos de que disfrutes de una buena semana.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  17. Los a mores prohibidos son eternos, linda tu entrad a muy poetica, te mando un abrazo

    ResponderEliminar
  18. Espero que todo se haya resuelto, si algo tenía que resolverse.
    Motivadora entrada.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  19. Fantástica entrada, con tú descripción del palacio he sentido ganas de visitarlo, cosa que todavía no he tenido el placer de hacer, pero el magnífico cuadro de El Beso si lo conocía. Un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Es una pintura preciosa por su sencillez y sus colores, la expresión de la mujer...no llego más allá porque no entiendo, sólo sé lo que me gusta y lo que no. La pena es que como todo lo que está excesivamente trillado pierde esencia, está colgado en demasiadas casas de cualquier manera.
    Besitos

    ResponderEliminar
  21. La palacio y el cuadro se unen con el mismo sentimiento frente a la frialdad y el egoísmo del mundo...Precioso relato, que nos invita a visitar el lugar e impregnarnos de su misterio y su magia...Mi felicitación por tu hermoso y profundo post, que a todos nos llega al corazón,Pilar.
    Mi abrazo inmenso y mi cariño, amiga.
    Feliz semana.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  22. :-) Hermosa forma de ver la obra y de imaginar la historia que encierra.

    Un abrazote. Espero estés bien.

    ResponderEliminar
  23. Espero que se haya resuelto el tema. Se te ha echado de menos.
    Besazo

    ResponderEliminar
  24. Siempre me ha gustado Klimt y más aún la descripción que nos dejas, preciosa.

    Besos,

    ResponderEliminar
  25. Un precioso relato que nos lleva a conocer el amor que reflejan los amantes en esta maravillosa obra de Gustav Klim , El beso.

    Un cálido abrazo

    ResponderEliminar
  26. Gracias a todos por pasar por aquí, por vuestras palabras y por vuestra cercanía.
    Cariñoso abrazo.

    ResponderEliminar
  27. pues que el cuadro te ha inspirado mucho y le has sacado lustre brillante con tus palabras

    felicitaciones Pili
    te dejo la url
    (los otros blog quedaron solo de lectura)

    http://lunapagana1.blogspot.com

    abrazos y excelente jornada

    ResponderEliminar
  28. Encantada de tu regreso.

    Bella entrada

    ResponderEliminar
  29. Mmmm qué maravilla de la que hablas y que maravillosamente lo cuentas, siempre me admira la gente que como tú en poquitas palabras dice tantísimo... es cierto que este palacio de tejados y alfombras verdes, de estanques inmeensos y fuentes encierra la obra más mágica en dorado que del amor se haya hecho, sin duda Klimt en este cuadro, en su Judit, en toda su obra consiguió con esa primorosa minuciosidad reflejar mejor que nadie el esplendor del sentimiento más hermoso que existe ese amor que se respira mirando a este beso que nos regalas aquí.

    Graacias cielo, te dejo ootro montón mío... aunque mucho menos bonitos, lo siento:))

    ResponderEliminar
  30. Fantastico palacio de proporciones inmensas.

    Graciaspor compartir tus palabras.

    Cariños

    ResponderEliminar
  31. Yo también sé lo que significa perderlo ¡cuánto lo siento!
    Cuando ocurrió, mis hijos aún estaban estudiando, unos empezaban la universidad y otros estaban en bachillerato, lo pasé muy mal, pero al tener a tantos pendientes de mí, al estar entretenida siempre con mucho trabajo, la casa, las comidas y demás, parece que lo fui llevando mejor.
    A cada edad, los duelos son distintos.
    Piensa que te ve y que no quiere verte triste.
    Te dejo un fuerte abrazo, muy especial.
    Kasioles

    ResponderEliminar
  32. Que bella entrada! Has hecho una descripción fenomenal. Me gusta mucho el cuadro!

    :o)

    ResponderEliminar
  33. Excelente imaginación y buenas artes para plasmarla, Maria Pilar.
    Personalmente me inspira mucha ternura.
    Bicos.

    ResponderEliminar
  34. Me ha encantado...todo.Este beso preside mi salón,una reproducción claro, y cada vez que me siento rara me paro y lo contemplo y es tanto lo que desprende que es como una visita al bienestar y encima lo has enmarcado con estas palabras pues ha sido el culmen..
    Besos, besos y más besos.

    ResponderEliminar
  35. Como siempre, encantada y agradecida por vuestros interesantes comentarios.
    Inmenso abrazo para todos.

    ResponderEliminar
  36. Jamás me habría imaginado una historia como la que nos cuentas referente a este cuadro. Te ha quedado genial.
    Espero que tu ausencia no se haya debido a nada malo y, si es así, que todo haya vuelto a su cauce.
    Besitos.

    ResponderEliminar
  37. Hola, María Pilar.

    Fascinante ese beso y todo lo que has visto en el cuadro. Hasta ahora, sólo sabía que me gustaba. Desde hoy me gusta más.

    Felicidades, bonita.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  38. Y sigue inspirando este beso de Klimt relatos primaveralmente románticos como el tuyo...

    Besos y mil gracias por todos tus comentarios en casa.

    ResponderEliminar
  39. Bella presentacion para un cuadro magistral...

    ResponderEliminar
  40. Extraordinaria narración que demuestra que todo se puede contar desde el entorno en el que se encuentra, siendo el resultado infinitamente más bello que la típica crónica descriptiva de unos instantes, por más sensibles y queridos que hayan sido. Excelente e ingeniosa descripción transformada en cuento fantástico.

    Un fuerte abrazo, querida María Pilar.

    ResponderEliminar
  41. Unos jardines romanticos, donde jugar al escondite...

    Que cosa tan bella, amiga

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  42. Hola María Pilar, buena tardes,
    nos regalas una fantástica imagen llena de vistosos colores,
    un beso serviría como excusa para concluir y coronar la escena en dicho jardín...

    Te deseo una linda tarde-noche de jueves
    un beso y un abrazo

    ResponderEliminar
  43. Uhmmm, ese beso sirve para dar calorcito al ambiente, aquí ya otoñal, aunque con 23º a medias horas del día, tampoco se está muy mal.

    Saludos

    ResponderEliminar
  44. No he estado en este Palacio, pero me recuerda a los jardines y patios de la Alhambra.
    Precioso narración que me ha transportado hasta este romántico y bello paraje.
    Precioso Cuadro de Gustav Klimt que, todavía, adquiere mayor encanto con estas hermosas Letras que le dedicas.
    Abrazos y besos.

    ResponderEliminar
  45. Otro que se suma al deseo de que ls circunstancias familiares sean lo mejor que puedan ser, aunque ausencias con regresos como esta historia también tienen mucho valor.

    Besotes.

    ResponderEliminar
  46. ¡Ay del que intente separarlos¡

    no solo amenazas al que se le ocurriera , además añades una maravillosa historia a su amor.

    Bello y con fuerza

    Besos muchos ♥♥♥

    ResponderEliminar
  47. Simplemente precioso. No sólo me refiero a la historia, sino a tu calidad narrativa. Gracias por compartirlo. Saludos.

    ResponderEliminar
  48. Precioso relato, muy bien ambientado, creí verme en los jardines del palacio!
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  49. Con vuestras palabras vais completando la entrada aportando vuestras impresiones y eso es lo que enriquece a los blogs.
    Feliz fin de semana para todos con todo mi cariño.

    ResponderEliminar
  50. Y yo que pensaba en la "Sonata de otoño" de Valle Inclán. En los mirtos seculares y el laberinto. Asociación de ideas. Un beso, un garn beso.

    ResponderEliminar
  51. Felicidades por esta narración que da gusto leerla, Maria Pilar. Me gusta la sonoridad que tiene y las imagenes muy visuales con la que la acompañas

    Un beso fuerte.

    Posdata : ¿habíamos hablado alguna vez de nuestra coincidencia de ciudad? .... ahora mismo tengo dudas ...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí Laura, creo que en algún cruce de comentarios . Pisamos las mismas calles, respiramos el mismo aire, seguro que algún día nos encontramos fuera del mundo virtual.
      Besos..

      Eliminar
  52. Un lugar maravilloso creado por los ojos de la imaginación ante el exhuberante colorido y emociones que transmite este cuadro, nunca hubiese imaginado que esa pintura podía decir tanto. Saludos.

    ResponderEliminar
  53. El arte de Klimt unido a tu arte, una combinación magnífica, María Pilar.
    Un beso grande.
    HD

    ResponderEliminar
  54. me gusta como escribes y el sabor que le das a tus letras

    ResponderEliminar
  55. Es precioso el relato y la interpretación que le das a ese beso, siempre es un placer leerte.

    Espero que todo se vaya normalizando dentro de las circunstancias del caso.

    Muchos besos apretaos.

    ResponderEliminar
  56. Preciosa narración, Este palacio de estilo barroco hoy día es en una parte un museo y otro palacio que es un hotel. Veo que te has inspirado muy bien.
    Espero que todos tus problemas familiares estén resueltos.
    Te dejo mi ternura
    Sor.Cecilia

    ResponderEliminar
  57. Nunca olvidaré mi paseo por el Belvedere en una tarde, ya casi noche de invierno cuando todo el jardín estaba nevado, pero creo que en mi retina aún más permanece la hermosa exposición que admiré en el palacio de Gustav Klimt y de todos los cuadros, me quedé extasiada viendo ese bello y sugerente beso que jamás olvidaré, entre otras cosas, porque ocupa una lámina del mismo, en la pared de mi comedor.

    Hermoso texto para un hermoso ambiente.

    Besos

    Luz

    ResponderEliminar
  58. Pilar, también siento no poder estar en este mundo virtual con cierta continuidad por complicadas circunstancias familiares. Pero no me olvido y hoy he tenido la grata sorpresa de encontrar en tu espacio a Klimt. Es un pintor cuyo estilo me encanta.
    Gracias por este precioso texto sobre "El beso" de este artista austríaco.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  59. Según como me beses te seguiré besando, al menos, desde mi memoria http://www.elefectobellido.com/2013/10/segun-como-me-beses-te-seguire-besando.html

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este blog permanece vivo gracias a tus visitas y comentarios. Te agradezco estos momentos especiales que me regalas.

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific...

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a...

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —...

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo ...

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso ...