Conservo la jaula en mis manos, les abrí la puerta para que pudieran volar. Yo misma había tejido sus alas, fuertes, brillantes y vigorosas, y les había inculcado un sueño, el sueño de la libertad. Las he visto alejarse volando con la ilusión de la juventud recién estrenada. El atardecer me descubrió inmóvil, con la mano levantada, contemplando su silueta hasta convertirse en un punto en el infinito.
Fuera del nido en el que nacieron, ¿qué peligros les pueden acechar? Tejo esperas ilusionadas que se me mezclan con hilos de decepción, oteo el horizonte, ojo avizor. Creo verlas en otros perfiles que siempre me engañan y he aligerado mi equipaje para estar dispuesta a una llamada.
Quisiera ser el faro del puerto que guíe su camino, quisiera ser la brisa que mueve y acaricia sus alas, quisiera ser el fuego que aniquile a todos que se les acerquen para hacerles daño, quisiera ser el consuelo a sus suspiros, quisiera ser… quisiera ser…
Ya no habrá quien me calme en mis desvelos, a quien le descubra mis inquietudes y tristezas, porque las encerraré en un lugar oculto bajo siete llaves forjadas con lágrimas y silencios. La noche se convertirá en juegos de memoria y al amanecer, le sonreiré al viento que es un gran mensajero, le sonreiré y le gritaré: “¡qué bien lo estáis haciendo!”. Y en su retorno, me traerá aromas conocidos de tierras extrañas.
Fuera del nido en el que nacieron, ¿qué peligros les pueden acechar? Tejo esperas ilusionadas que se me mezclan con hilos de decepción, oteo el horizonte, ojo avizor. Creo verlas en otros perfiles que siempre me engañan y he aligerado mi equipaje para estar dispuesta a una llamada.
Quisiera ser el faro del puerto que guíe su camino, quisiera ser la brisa que mueve y acaricia sus alas, quisiera ser el fuego que aniquile a todos que se les acerquen para hacerles daño, quisiera ser el consuelo a sus suspiros, quisiera ser… quisiera ser…
Ya no habrá quien me calme en mis desvelos, a quien le descubra mis inquietudes y tristezas, porque las encerraré en un lugar oculto bajo siete llaves forjadas con lágrimas y silencios. La noche se convertirá en juegos de memoria y al amanecer, le sonreiré al viento que es un gran mensajero, le sonreiré y le gritaré: “¡qué bien lo estáis haciendo!”. Y en su retorno, me traerá aromas conocidos de tierras extrañas.
todos los que dejan el nido, siempre alguna vuelta dan por su alrededor, y a nosotros las eternas tejedoras de vida nunca nos abandonan los temores, es su derecho volar solos...
ResponderEliminarsaludos querida Marichuy
perdon de todos los perdones MARIA PILAR, te di el nombre de una querida amiga
ResponderEliminarTu fuiste la escultora que los forjó y les dejaste volar para que conocieran el mundo sin las barreras de tu protección, pero volverán al nido porque allí está parte de su vida, la más importante.
ResponderEliminarBesos,
Estate satisfecha, ya has enseñado todo cuanto necesitan para vivir la vida. Siempre recordarán el nido y vendrán a el una y otra vez- Nunca lo olvidan.
ResponderEliminarLeo a la madre, y lo hago con una hermosas palabras que denotan su sensibilidad absoluta.
ResponderEliminarAy, qué difícil se hace verlas partir, ¿verdad?
Ánimo, Pilar.
Un beso enorme.
Pilar...¡¡¡Cómo te entiendo, amiga!!! Hace ya tres años, que también yo abrí la jaula y los pájaros partieron lejos, muy lejos y cada mañana sonrío al viento y les envío mis sentimientos y mi ánimo...Te diré que el blog y el contacto con la gente me ayudó muchísimo. Ahora todos los días conecto con ellos por Skay y estoy más tranquila...
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo grande y mi ánimo, compañera y amiga.
M.Jesús
Y hay que dejarlos volar, que tienen sus Vidas y tienen que vivirlas, como nosotros las vivimos.
ResponderEliminarSaludos, manolo
Te entiendo y no sabes como lo he vivido,lo vivo.
ResponderEliminarabrazos mil
He intentado escribir el comentario cinco veces sin éxito, el otro día me pasó igual,
ResponderEliminarse borra de repente el espacio.
Tampoco era nada relevante, un beso MP.
Una pena Zavala, no sé si sólo te pasa a ti o les está pasando a los demás. Si alguien sabe algo al respecto y me lo puede aclarar. ..
EliminarMe ha gustado mucho^^
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog:P
Te sigo :3 Espero que puedas pasarte por mi blog y unirte^^
http://lectoraadolescente.blogspot.com.es/
Nos leemos,
Besos xx
Qué bonito, María Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo. Más fuerte del habitual, sin lo que estás narrando es real y reciente.
Nadie se hace mayor si no sale de casa.
ResponderEliminarSentimientos de madre, los comprendo aunque no lo sea. Me atrevería a decir que los tengo.
Besos, Pilar.
Qué preciosidad. Da miedo, no? Y orgullo. Seguro que las alas que les has tejido vuelan muy alto.
ResponderEliminarMe ha encantado. Algún día sé que me sentiré así.
Un besazo!
Parece que se van, pero se quedan.
ResponderEliminarY siempre vuelven.
Y tiene razón MAJECARMU, el skipe facilita mucho las cosas.
es el sindrome del nido vacío. Hay que tejer las propias alas, siempre estamos a tiempo.
ResponderEliminarDe eso se trata. De que vuelen solos, de sentir la alegría de su vuelo y la tristeza de que vuelen lejos. Y esperar que vuelvan de vez en cuando a visitar el nido.
ResponderEliminarBesos
Alguna ve hemos sentido esto. Dejar que vuelen en libertad lejos del nido es para lo que les hemos educado, y no para forjar prisiones seguras.
ResponderEliminarLa rama tiene sus pájaros fieles...
Ahora ya sé que los árboles
tienen sus pájaros fieles
porqué las ramas no atan:
ofrecen. Y que las nubes
nunca desertan los cielos
porque los cielos las dejan
que ellas escojan su rumbo
y que vengan o se vayan
como quieran, siempre abiertos
para que se busquen ellas
su camino. Amor o cielo,
no son un camino, son
una oferta de infinitos
caminos, a nubes, almas.
Pedro Salinas (fragmento)
Bss y buen finde
Precioso lo buscaré y lo leeré en su totalidad,
EliminarBesos
Es lo que sucede, pero lo has contado tan bien, tan bonito... precioso
ResponderEliminarSiempre vuelven al nido, Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Cariños.
Lau.
No haya nada más difícil y bello que ser madre. Hermosa entrada, te mando un abrazo.
ResponderEliminarSeguro que obtendrán el éxito que cada uno se merece.
ResponderEliminarVuelan con la garantía de alas hechas con amor.
Decía que otros no ven el día en que llegue esa bendita hora,
ResponderEliminaro han de verlos partir hacia destinos demasiado lejanos e inciertos,
como aves migratorias. Que lo imagino como un sentimiento
inestable o contradictorio, alegría y sensación de vacío conviviendo.
Que así ha de ser la vida y que la entrada me ha gustado porque
Cómo siento que los hados virtuales nos jueguen estas malas pasadas. Te agradezco muchísimo tu empeño.
EliminarBesos
Ay Pilar! Que difícil y que duro es! Cuando son pequeñitas no nos damos cuenta y creemos que es la etapa más complicada. Cuando llegan a cierta edad y tenemos que conjugar el dejarlas volar para que crezcan como adultas con nuestro pánico a que salgan dañadas y mantener el equilibrio entre embas posiciones es cuando nos damos cuenta de que vamos a estar padeciendo el resto de nuestra vida, y además en silencio porque no nos podemos involucrar ni coartarles su libertad.
ResponderEliminarYo todavía no he llegado a eso, pero empiezo a prepararme, empiezo a abrir un poquito el ala para que mi polluela se asome al mundo, y ella sale aleteando impaciente y tengo que atraerla de nuevo, que todavía no es el momento. Tal como soy voy a sufrir muchísimo, pero pago con gusto ese peaje por todo el amor que llevo dentro y que no se parece a ningún otro.
Besos Pilar. Sinceramente, magnífico texto.
He ido recordando sentimientos a los que tu pusiste palabras, es tan cierto- tan real, gracias Pilar, no todos tenemos tu pluma para exponerlo de manera que hasta parece sencillo.
ResponderEliminarBesos muchos ♥♥♥
:) Es díficil que olviden el camino de vuelta...Salvo, quizá, los hijos propios nada tira de nosotros tanto ni tan seguido ni tan vigorosamente como lo hacen el niño que fuimos
ResponderEliminarY si no, haz como mi madre que usa un cebo irrestible: ¡Los tuppers!
Un beso, Pilar, feliz fin de semana
¡Qué hermoso relato en el que nos vemos pintadas todas las madres, con nuestras manos eternamente levantadas sobre la ventana, oteando...Gracias, muy tierno amiga.
ResponderEliminarY nunca mejor dicho lo de sentimientos de madre. Se hacen mayores y tienen que volar. unas veces revolotean alrededor y otras se marchan lejos, muy lejos pero estoy segura que te llevan en el corazón siempre y volverán multiplicados ¡no lo dudes! :P
ResponderEliminarBesazo
Yo no sé si en todos sitios será igual, pero por aquí los chavales son los que abandonan el nido y se van al nido de la chavala, como tengo dos niñas en ese sentido estoy tranquilo, no se irán, traerán dos polluelos :D
ResponderEliminarDe tus palabras deduzco que el nido de tus niñas será eternamente el tuyo aunque se amplíe con los acompañantes. Nunca se sabe. En mi caso son los estudios los que las han sacado de casa. ¿Acompañantes? No, que yo sepa.
EliminarBesos.
Hay que serlo, madre, para entender y sentir tus palabras. Para aquellas que "no lo sufren bien" y les aborda el síndrome del nido vacío, llegó el momento de ocupar su vida en hacer las cosas que abandonadas o por falta de tiempo, siempre quisieron hacer.
ResponderEliminarMe encantó esta entrada intimista y reflexiva.
Un abrazo
Rosy
Gracias a todos por estar ahí, por acompañarme siempre, porque os voy conociendo cada día más a este nivel virtual y sois estupendos, creo que si os perdería os extrañaría también.
ResponderEliminarInmenso abrazo :)
Cuesta mucho dejarlas y dejarlos volar, pero es necesario que así suceda, no obstante la alerta nunca se pierde porque si te necesitan siempre estarás ahí.
ResponderEliminarPoético símil. Me gusta por su delicadeza y verosimilitud
Un abrazo
Luz
Me ha encantado tu texto, Yo tengo una hija de 13 años y le temo a ese momento, cuesta tanto dejarles volar por si solos... pero tendrán que hacerlo algún día.
ResponderEliminarBesos!
Cierto, María Pilar, la añoranza será un mal trago. Pero...a pesar de aquello que consideramos, posiblemente, dañino. A pesar de un desconsuelo que jamás podrá igualarse a cualquier otro sentimiento. A pesar de quedar sola, sin esa palabra agradable de voz aflautada por la juventud. A pesar de una vida donada con cariño y amor imperecederos, cuidando, meciendo el inocente, preguntón, dudoso y siempre atento, paso del tiempo y formación de la madurez de estos pajaritos siempre cuidados…es importante e imprescindible que terminen de formarse en y con su criterio personal, su coraza de acero para poder caminar por la vida. Espléndida y delicada reflexión.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida María Pilar.
Ay, María Pilar, qué bonitas palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarUn texto precioso, Pilar, con corazón de madre.
ResponderEliminarEs la vida, vamos dejando el nido aunque de vez en cuando lo sobrevuelen de nuevo.
Para mí lo peor es cuando se van yendo y sólo queda uno, es el momento más difícil, porque sabes que también llegará su hora pero temes que el nido se quede completamente vacío.
Por cierto, también me ha pasado lo que dice Zavala de los comentarios, pero no solamente contigo, por lo visto está pasando con muchos blogs, supongo que será cosa de Google.
Besos apretaos.
Pilar, el instante del vuelo y el desprendimiento produce zozobra, inquietud y cierta tristeza que tiene que ver con el amor y la nostalgia.
ResponderEliminarPero en tu texto que es sabio y reflexivo encontramos las claves de ese inevitable vuelo al que no le faltara la deliciosa palabra de regreso.
Un abrazo
Siendo fuertes las alas podra disfrutar de la LIBERTAD. Muy profundo sentimiento materno
ResponderEliminarabrazo
Muy buena reflexión Pilar. A los hijos se les debe de educar con la libertad que da el amor. Los hijos no nos pertenecen, deben de aprender a volar poco a poco y los padres estar cerca, pero cuando su personalidad está conformada, hay que dejarlos que hagan sus vida, así con ese amor de libertad, siempre volverán a casa. Yo dejé mi casa paterna a los 23 años de Barcelona a Santander para montar una unidad de cuidados Intensivos, y me quedé allí 10 años, luego regresé a Barcelona, siempre estuve muy unida a mi madre, pero con esa libertad sana de hacer lo correcto. Te comprendo, ya verás como siempre los tendrás contigo.
ResponderEliminarHoy mi blog cumple hoy cuatro años, espero que estés a mi lado en este día de celebración.
Con ternura
Sor.Cecilia
Cuando llega el momento de volar del nido es doloroso para la madre que siempre estuvo ahí. Pero por otro lado ¿no es maravilloso saber que alguien puede ser libre gracias a que tuvo alguien que lo cuidó y mimó desde la nada?
ResponderEliminarUn abrazo.
En determinadas culturas, ese sentimiento materno existe igualmente pero no se transforma en un drama sino en un peldaño más de la escalera vital. A partir de ciertos límites, los hijos ven eso como chantaje o incluso como sobreactuación. La tragedia griega sigue viva...
ResponderEliminarUn beso
JM
Gracias por estar a mi lado.
ResponderEliminarUn beso.
Sor.Cecilia
Si les preparaste para volar y para no caer en las trampas de la existencia, si aprendieron dignidad y fortaleza de las atenciones que les tuviste has cumplido y no haya temor en tu corazón sino acaso una lágrima de gozo. Saludos.
ResponderEliminarPTB
Hola María Jesús, seguro que has educado y formado a tus hijas con unos buenos valores. Yo no soy madre por lo tanto no sé el dolor que causa la separación de los hijos/as del hogar. Seguro que se labraran un buen futuro. Toda separación es dolorosa aunque seguro hablas con tus hijas cada día.
ResponderEliminarQue todo sea para bien. Muy sentido y bonito como has escrito el texto.
Saludos y un abrzo
Siempre nos dicen que es ley de vida, que lo normal es que vuelen para formar su propia familia, su propia vida lejos de nosotras... Pero hasta que no llega el momento y ves como su habitación no se ocupa por la noche y como cierras la puerta porque ya no tiene que llegar nadie a hora intempestivas y como no quieres llamar más veces por teléfono con cualquier excusa, porque se va anotar mucho, no sabes cuánto se les puede llegar a echar de menos.
ResponderEliminarCómo te entiendo amiga mía.
Muchs besos.
Mi niña, llega un momento en la vida, en que nuestros polluelos se hacen grandes y abandonan el nido, van en busca de sus sueños y nos dejan con ese suspiro de madre que clama al cielo para que nada malo se cruce en su camino.
ResponderEliminarY aunque estén lejos, siempre estarán contigo, los llevas en el pensamiento, les proteges en la distancia y ellos, aunque no lo creas, vuelven porque también quieren sentir tu abrazo y tu cariño.
Abrazos en ese tierno corazón de madre.
Kasioles
Dejarlos ir como un día tu te fuiste, asi es la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Es ley de la vida enseñar, brindarles las herramientas y las bases para que puedan seguir con independencia y crecer, así como a su vez, continuar con el ciclo de la vida que sería crear, enseñar e independizarse. Un saludo.
ResponderEliminarmi hijo ya tiene 19 años, y su vuelo ha comenzado , prueba una y otra vez como yo una vez lo hice, es lo natural, es lo vital...
ResponderEliminarsomos aves prestadas en nidos temporales
abrazos y feliz semana
Ay, amiga, que palabras tan bellas y tan sentidas...
ResponderEliminarTerrible cuando llega el momento de la separacion. Yo tambien lo estoy viviendo, pero creo que a vosotras os afecta mas, si es que puede afectar mas todavia
Un abrazo fuerte
Tengo un sobrino en el exterior, verlo partir fue tremendo pero......ahora al saber cuan bien le ha ido aflora una sonrisa.
ResponderEliminarClaro que para mi hermano y cuñada es un sentimiento de perenne melancolía
Hermosamente bello y profundo lo que nos has regalado.
Cariños
Regálale a los demás el brillo de tus ojos...
ese precioso brillo que proviene de tu alma;
sin ocultarlo detrás de cualquier modesta escusa,
puede que algún ser humilde precise de esa dulce mirada...
Un abrazo soñando
y un beso amando
Atte.
María Del Carmen
Por estudios, por amor, por trabajo, por tantas cosillas de la vida son las que emprenden el vuelo ...que a veces, me gustaría detener el tiempo y anclarlo de una forma algo egoísta en los momentos más felices junto a él. ya, lo sé, sé que no se puede y que crece toooodos los días. Por esta razón me ha encantado tu entrada, por el sentimiento que has puesto para escribirlo y por la composición en cuatro párrafos perfectamente hilados.
ResponderEliminarGracias Maria Pilar, bella entrada.
Pilar, perdona que te interrumpa el fin de semana, quisiera pedirte un favor urgente, te dejo mi mail para que me contestes lo antes posible, a poder ser antes de mañana, te lo agradezco de antemano y te espero.
ResponderEliminarGracias de nuevo, besos apretaos.
qué loca, no puedo ir con este estrés, jajaja.
Eliminarreylitema@hotmail.com
Imperdonable mi olvido, lo siento, no me lo tengas en cuenta.
EliminarTodavía es 12, así que, Felicidades Pilar y olvida los comentarios anteriores, ya hablaremos más adelante.
Besos apretaos, disfruta.
Yeste, te he mandado un email, espero noticias. Nada que perdonar.
EliminarInmenso abrazo.
¡Felicidades! Yo sólo quiero felicitarte en el día de tu santo y darte la bienvenida y las gracias por quedarte en mi blog. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ana, todo un detalle de tu parte.
EliminarInmenso abrazo
Yo también he venido a desearte un feliz día de tu santo, ya que he venido también te dejo un abrazo
ResponderEliminarY yo me fundo contigo en ese abrazo, gracias Ester.
EliminarBesos.
Las madres siempre luchan por protegernos y a veces sienten celos por la libertad. Unos celos tiernos, un deseo de protegernos que incluso --para los hijos-- es más grande nuestro a precio a las ellas que a la misma libertad.
ResponderEliminarAmor de madre y por lo que dices amor de hijo. Preciosas palabras las tuyas.
EliminarHola Pilar....es doloroso que se vaya un ser querido....pero debe serlo mucho más cuando es la carne de tu carne....pero hay es necesario para que los hijos puedan vivir su propia vida.
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte.Abrazos :)
Hoy quiero darte las gracias por haberme acompañado
con tu cariño y amistad durante este año 2013
y de que mejor manera lo podre hacer...?
Pues deseándote que cada día del año próximo
sea una dicha de bendiciones para ti y familia.
Un abrazo rozando los sentimientos
y un beso rozando los pensamientos.
Dejo un humilde detalle hecho con amor,
para despedir el año pensando en ti, gracias!!
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Atte.
María Del Carmen