Cuando el Río fluía, La Tierra se dejaba querer luciendo sus mejores galas. Enamorados los dos cantaban y bailaban. En esa época, amigos no les faltaban. Las Nubes les visitaban con frecuencia, el Sol lucía orgulloso y retardaba su marcha, el Viento los envolvía con sus abrazos cada vez que pasaba. Y la Tierra les regalaba ramos de margaritas y violetas, de rosas y lavanda.
Él lo observaba todo tras los cristales de sus gafas que conferían a su figura una impenetrable mirada. Enfundado en su gabardina y cubierto con txapela vasca, un mutismo le envolvía sin participar en nada ¿Tenía acaso celos de La Tierra enamorada? ¿Presentía lo que estaba por venir?
Un día vio cómo el Río, pletórico en otros tiempos, languidecía y agonizaba. Un veneno químico le destrozaba las entrañas. Las Nubes ahora pasaban silenciosas y alejadas. El Sol no aparecía y los Vientos los azuzaban.
A Él le rompió el corazón al ver La Tierra abandonada. Había perdido el color y había perdido el alma. Era un triste despojo contagiado de bruma grisácea. Obstinado e impertérrito, con su torrente de lágrimas, regó día tras día esa tierra cuarteada. Y, con el frescor de esa humedad, renació un atisbo de esperanza.
Él lo observaba todo tras los cristales de sus gafas que conferían a su figura una impenetrable mirada. Enfundado en su gabardina y cubierto con txapela vasca, un mutismo le envolvía sin participar en nada ¿Tenía acaso celos de La Tierra enamorada? ¿Presentía lo que estaba por venir?
Un día vio cómo el Río, pletórico en otros tiempos, languidecía y agonizaba. Un veneno químico le destrozaba las entrañas. Las Nubes ahora pasaban silenciosas y alejadas. El Sol no aparecía y los Vientos los azuzaban.
A Él le rompió el corazón al ver La Tierra abandonada. Había perdido el color y había perdido el alma. Era un triste despojo contagiado de bruma grisácea. Obstinado e impertérrito, con su torrente de lágrimas, regó día tras día esa tierra cuarteada. Y, con el frescor de esa humedad, renació un atisbo de esperanza.
Un texto ecológico que, según mi parecer, guarda una tierna y sincera ingenuidad.
ResponderEliminarMal le van las cosas a nuestro planeta, y me temo que no existe solución.
Un abrazo, María Pilar.
Cuando era muy pequeña, en el colegio teníamos que memorizar textos con rimas y ritmos que repetíamos como loros sin saber lo que decíamos. En ese contexto he querido meterme para explicar lo que pasa con la tierra. Seguro que los textos eran mucho mejores, pero yo arrastro en mi memoria esa tonadilla que parecía que tenían todos ellos.
EliminarCariñoso abrazo Isabel :)
Que texto más precioso sobre la naturaleza, una naturaleza que ya hace muchos años que no la estamos cargando. Ya no hace tanto frío, ni en sitios que siempre lo ha hecho, cada vez nieva menos y las temperaturas cada vez más altas. Luego pasa lo que pasa, que cuando la naturaleza se cabrea y nos enseña los dientes todos son lloros, como ahora ocurre, que se dan lluvias torrenciales que antes no se daban, y los ríos se salen de madre, liando fuertes catástrofes.
ResponderEliminarBesos María Pilar.
No es de extrañar que la tierra, añore otros tiempos, cuando las nubes cargadas de humedad, la cuidaban y regaban.
ResponderEliminarCon el paso de los años, quizás tengamos la culpa, de tanto que hemos talado sus bosques, para rescatar terreno donde construimos casas, la hemos convertido en algo que se resquebraja, porque el sol sigue vivo y no deja de calentarla.
Mi intención era la de agradecer tus letras en mi espacio.
Estos días atrás no he tenido tiempo para visitarte, tampoco para publicar, pero ahora estoy tratando de ponerme al día y que todo vuelva a la normalidad.
Te dejo cariños en un fuerte abrazol
kasioles
Pilar, yo diría que tu escrito es prosa poética por su lirismo y paisajes plásticos, amiga...A veces, el hombre contempla indiferente la belleza desde su rutina y comodidad...Pero, cuando la belleza deja de ser para dar paso al dolor, a la tristeza y a la desesperación, el hombre despierta, porque sabe, que él mismo es naturaleza y vida y para seguir viviendo ha de ser agua y río, que abrace y nutra la tierra con amor...Mi felicitación y mi abrazo inmenso por esta historia que me ha conmovido y me ha encantado, Pilar.
ResponderEliminarM.Jesús
¡La tierra no murió! Tenemos esperanza.
ResponderEliminarBeso Maria Pili
Los hombres maltratan la tierra que es vida y otro hombre la salva. Un poco de esperanza a tanto desman. Tu texto tiene poesía y dulzura, lo personificas dandole amor y celos. Es precioso. Un abrazo
ResponderEliminarMuchos destrozan y envenenan sin darse cuenta que están apuñalando a la Madre Tierra pero aún quedan personas que ven más allá de sus ojos y saben, saben de donde viene su sustento, de donde viene la primavera cargada de humedad y flores, y saben que el bosque atrae a la lluvia y la lluvia alimenta a los ríos, esos que calman nuestra sed.
ResponderEliminarBesos,
Hola Pilar,la tierra aún tiene quien la defienda.Quizás no seamos los mas fuertes,ni tampoco los mas inteligentes,ni siquiera los mas atrevidos pero, si tenemos ese corazón que ella necesita.
ResponderEliminarComo siempre, un escrito mas que impecable.
Beso.
Tú también le gustarías a Montaigne.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta esta preciosa prosa poética y me encanta la historia que cuentas..Es preciosa tu entrada María Pilar..Saludos, te comparto
ResponderEliminarEs muy triste como matamos nuestro ambiente y no hacemos nada. Te mando un beso y te me cuidas mucho
ResponderEliminarEs Pura Poesía tu escrito.
ResponderEliminarY como maltratamos a nuestra "Madre" Tierra.
Pero siempre hay Esperanza, mientras haya personas como tu.
manolo
Sí, mme suena ese tonillo de las repeticiones. Incluso es musical.
ResponderEliminarAmo la tierra, aunque de ser boina, sería gallega.
Seguimos haciendo vertidos que arruinan los ríos y la tierra.
ResponderEliminarBesos.
Tengo un amigo (vasco, por cierto) que dice que algún día la tierra se hartará por fin de nosotros y se nos sacudirá con un bramido como hacen todos los grandes organismos vivos con los parásitos que los habitan...
ResponderEliminarUn beso, guapa
Hermoso texto, con una última esperanza. Yo creo que la Tierra se recuperará, pero la raza humana no lo verá, me temo
ResponderEliminarMe ha encantado, María Pilar. Precioso.
ResponderEliminarLas lágrimas alumbraron, como una obertura preliminar, el atisbo de esperanza. Consiguieron remendar una relación que se iba a pique.
Un abrazo y buen fin de semana.
Los campesinos aman a la tierra porque ella suele ser generosa. Verla que se muere ya sea por contaminación o por puro abandono les produce mucho dolor. Y sí, muchas veces esa tierra es regada por lágrimas y también por el sudor. La esperanza es cuando ves crecer la simiente.
ResponderEliminarBesarkada bat, maitea.
Leo tu historia y me viene a la mente nuestra tierra Pilar, la tuya y la mía. Esta preciosa tierra euskaldun. Esos montes verdes y esos ríos con sus frías y limpias aguas, y es algo que no me hago a la idea. Aunque tal como van las cosas todo puede ocurrir. Es un precioso canto a la esperanza Pili y esperemos que ese hombre no tenga que llegar a ese extremo.
ResponderEliminarMuxu bat!
Un Precioso Relato lleno de certezas y, tristemente, Realidad.
ResponderEliminarEsas Lágrimas con las que regó el suelo de nuestra Madre Tierra y que sirven de Esperanza.
Mientras queden seres Humanos que respeten y quieran a la Tierra siempre habrá motivos de Ilusión y Renovación ante tanta especulación y maquinaciones puramente materialistas.
Me ha encantado este magnífico Relato, pleno de reflexión y de sobriedad.
Abrazos y Besines.
Regar la tierra con las lágrimas de uno, creo que es la forma
ResponderEliminarmás eficaz para que vuela a reverdecer y florecer.
Cuidemos y veneremos el Planeta, es el único que tenemos.
Un beso, María Pilar, a mi regreso (aunque no publique, aquí estaré)
De la Tierra es que todos dependemos para la sobrevivienza, porque queremos imnoralda?
ResponderEliminarEl darnos cuenta del problema es tener ya un tanto por ciento elevado de poder resolverlo. Las lágrimas de todos nosotros bien lo podrían salvar.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
Un cuento, una canción, una linda historia llena de poesía y ritmo. Me gustan mucho las historias en las que la naturaleza es la protagonista. No debemos olvidar que formamos parte de ella y lo importante que es amarla y conservarla.
ResponderEliminarBesos
Mi cariño y agradecimiento a todos los que habéis pasado por aquí y me habéis dejado vuesto comentario.
ResponderEliminarFeliz semana :)
Si lloramos todos la Tierra se salvará.
ResponderEliminarUn abrazo, Pilar.
Por desgracia tantos ríos han dejado de regar la Tierra fruto de la sinrazón nuestra. Cuesta a muchos entender que somos parte de la tierra, y si no la cuidamos se marchitará. Una bella reflexión que deja abierta el camino a la esperanza.
ResponderEliminarBss y buen inicio de semana
Hermosa historia de los elementos, de amor, abandono y renacer.
ResponderEliminarSaludos.
Hola María Pilar. Es cierto que nos estamos cargando la tierra y con ello la única forma que tenemos para poder sobrevivir.
ResponderEliminarSeguro si nos proponemos llorar todos los habitantes del mundo a una hora unos cuantos minutos y echáramos en un frasco las lágrimas, y las dejáramos evaporar, las nubes tendrían agua para poder llover y regar la tierra allá en donde la sequía está haciendo estragos.
Aun queda algo de esperanza para poder arreglar que la tierra sea más habitable.
Las lágrimas del señor de la imagen por cierto, una buena imagen, dejan esperanzas.
Saludos y abrazos
Si es necesario no pararé de llorar en lo que me quede de vida.
ResponderEliminarMaravilloso!.
Besitos.
Me ha gustado muchísimo el escrito por la ternura que nos transmite la visión de ese hombre que seguramente vivió de la tierra y para la tierra. La fotografía lo refleja muy bien, es preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo grrande
Tengo claro que la Tierra, al final, saldrá ganando... Los que estamos perdidos, sin remedio, somos nosotros... Somos algo que estorba a la Tierra, y esta nos terminará quitando del medio...
ResponderEliminarSeguro
Un abrazo, amiga
¡Hermoso!, me encantó.
ResponderEliminarTe dejo un cálido abrazo y cariños desde Perú, felíz de pasar de nuevo por aquí!
gran verdad
ResponderEliminary podemos contribuir mucho viendo cuanta agua derrochamos solo en lavar un plato
y cuanto detergente excedente usamos ... claro que la industria y el petroleo ensucia mas que nosotros en casa..... pero nos venden productos que usamos sin pensar cuan corrosovos son
si no usamos fabricarían menos.. necesitamos accion ... no comprar todas las propuestas de producros que ensucian el agua y el ambiente
Ya podemos todos ponernos a llorar, como bien dices, es lo único que podra salvar a la naturaleza.
ResponderEliminarBesos.
Un relato precioso, María Pilar. Qué importante me parece concienciarnos sobre el respeto y la protección a la Naturaleza. Si además se hace a través de un texto tan hermoso y esperanzador como el tuyo, mucho mejor.
ResponderEliminar¡Un beso!