Mercedes Ortega Abellán cuenta, de manera intimista, las vivencias de su familia a lo largo de tres generaciones en la Murcia de finales del XIX hasta los años sesenta del XX. Es de las novelas que se leen de manera relajada, para disfrutar. Se nota mimo y cuidado en los detalles, generosidad y abundancia cuando se ha creído necesario. La autora, Isabel Martínez Barquero, crea ambientes, atmósferas y situaciones con gran fluidez y es encomiable el esfuerzo que hace para acercarnos de manera tan detallada al mundo de las plantas, piedras y aromas.
El título es muy revelador de lo que ocurre en el eje vertebrador de la novela. Tras el cálido y envolvente aroma de vainilla, está un hombre al que conocemos joven, hermoso y noble, con grandes y expresivos ojos, timbre grave de voz, ademanes cautivadores en sus manos, atractivo como ninguno y con esa fragancia de vainilla que…
Ese aroma es algo distintivo de la familia, su hija y su nieta también lo heredan. Es el toque mágico que enlaza a las tres personas clave que conforman la saga.
Aromas, sabores, olores y colores no son elementos accesorios, constituyen una cultura y una manera de vivir en la que están integrados los personajes. Alimentos y platos tan ricos, elaborados con las mejores materias primas, nos mueven las papilas gustativas, así como se nos hacen extensibles los aromas a la pituitaria. La razón es que la vida fluye por todos los poros de los personajes de esta novela con sus pasiones y sentimientos, rencillas, odios y frustraciones. Y de fondo, siempre un runrún de avispero: los chismorreos y cotilleos de la gente del pueblo.
El título es muy revelador de lo que ocurre en el eje vertebrador de la novela. Tras el cálido y envolvente aroma de vainilla, está un hombre al que conocemos joven, hermoso y noble, con grandes y expresivos ojos, timbre grave de voz, ademanes cautivadores en sus manos, atractivo como ninguno y con esa fragancia de vainilla que…
Ese aroma es algo distintivo de la familia, su hija y su nieta también lo heredan. Es el toque mágico que enlaza a las tres personas clave que conforman la saga.
Aromas, sabores, olores y colores no son elementos accesorios, constituyen una cultura y una manera de vivir en la que están integrados los personajes. Alimentos y platos tan ricos, elaborados con las mejores materias primas, nos mueven las papilas gustativas, así como se nos hacen extensibles los aromas a la pituitaria. La razón es que la vida fluye por todos los poros de los personajes de esta novela con sus pasiones y sentimientos, rencillas, odios y frustraciones. Y de fondo, siempre un runrún de avispero: los chismorreos y cotilleos de la gente del pueblo.
Las situaciones se canalizan de diferente manera si son ellos o ellas, según marcan los convencionalismos de la época que les ha tocado vivir. Solo unos pocos logran sortear esos convencionalismos encorsetados y se verán sometidos a las críticas hirientes, la venganza y en algún caso hasta la muerte. Los demás, intentan acallar las pasiones que les marca su interior con beaterías trasnochadas, llevando una vida hipócrita o sufriendo. Es curioso que en el pueblo donde viven en una atmósfera tan asfixiante, no sientan tanto los rigores de la intolerancia como los van a sufrir cuando vivan en la ciudad años más tarde.
Los personajes, al estar tan perfectamente definidos, se te quedan pegados después de leer el libro como si te los pudieras encontrar en un viaje a Murcia, lo mismo que la casa frente al parque en la que viven. Únicamente el cura queda desdibujado y no he llegado a entender bien sus verdaderas intenciones. Sentimos el humor que les guía, el gracejo del habla coloquial; cuchicheos que solo percibe la persona a la que van dirigidos, pero de los que somos cómplices y las entrañables emociones que afloran y nos erizan la piel. Con sus defectos y sus virtudes se les aprecia, a pesar de la crueldad de Julia que, enamoradísima de su marido, la noche de bodas lo expulsa del dormitorio y lo manda a dormir al burdel para el resto de sus días; o la dureza de él, que no manifiesta con su mujer, pero sí con la mujer que lo acoge y protege a la que abandona en terribles circunstancias.
Siendo los hombres más considerados socialmente, son ellas: las mujeres, las grandes protagonistas y brillan por méritos propios. Sobre todo, Mercedes, la narradora de la novela. No solo ha heredado de su padre el olor a vainilla sino también el tozudo carácter familiar. Es autónoma e independiente, afronta la vida con fortaleza y entereza, tolerante y ecuánime, vivió su historia de amor y supo que la felicidad plena solo se vive por momentos. La España de la posguerra, secretos que permanecen ocultos, amores frustrados, hijos fuera del matrimonio y un sinfín de situaciones más, hacen que merezca la pena leer este libro.
Los personajes, al estar tan perfectamente definidos, se te quedan pegados después de leer el libro como si te los pudieras encontrar en un viaje a Murcia, lo mismo que la casa frente al parque en la que viven. Únicamente el cura queda desdibujado y no he llegado a entender bien sus verdaderas intenciones. Sentimos el humor que les guía, el gracejo del habla coloquial; cuchicheos que solo percibe la persona a la que van dirigidos, pero de los que somos cómplices y las entrañables emociones que afloran y nos erizan la piel. Con sus defectos y sus virtudes se les aprecia, a pesar de la crueldad de Julia que, enamoradísima de su marido, la noche de bodas lo expulsa del dormitorio y lo manda a dormir al burdel para el resto de sus días; o la dureza de él, que no manifiesta con su mujer, pero sí con la mujer que lo acoge y protege a la que abandona en terribles circunstancias.
Siendo los hombres más considerados socialmente, son ellas: las mujeres, las grandes protagonistas y brillan por méritos propios. Sobre todo, Mercedes, la narradora de la novela. No solo ha heredado de su padre el olor a vainilla sino también el tozudo carácter familiar. Es autónoma e independiente, afronta la vida con fortaleza y entereza, tolerante y ecuánime, vivió su historia de amor y supo que la felicidad plena solo se vive por momentos. La España de la posguerra, secretos que permanecen ocultos, amores frustrados, hijos fuera del matrimonio y un sinfín de situaciones más, hacen que merezca la pena leer este libro.
La verdad es que me has dejado con las ganas de leerlo.
ResponderEliminarMás que el aroma, el gusto a vainilla a mí me trae recuerdos encontrados. Jamás me compraría ahora un helado de vainilla, porque en mi niñez era, junto con el chocolate (y ambos poco conseguidos) los únicos sabores a los que tenías acceso.
Besos.
lo leeremos pero solo porque a vos te gustó y por ninguna otra cosa. je.
ResponderEliminar¿sabías que la vainilla es una orquídea?
Muy buen comentario la vainilla que todo lo puede...con su amora...
ResponderEliminarme ha animado para leer retomar todo ello, ando a mil, con mis cosas profesionales solo leo, mis cosas de la casa, el tiempo para el gimnasio, masajes, y demás no hago tiempo para tanto y es la verdad
un beso enorme gracias por tu pluma
Carmen
Muchas gracias, me lo apunto ahora mismo. Besicos.
ResponderEliminarTengo pendiente este Libro de mi Amiga Isabel Martínez Barquero que, logicamente, leeré.
ResponderEliminarAbrazos y besos.
El olor a vainilla es un olor de infancia, a flan chino mandarín.
ResponderEliminarUn buen libro, a juzgar como lo has vivido tú.
Besos
Hola mp, buenas tardes,
ResponderEliminarte quiero como jefa de prensa, pues no soy difícil de convencer, y tú lo has hecho rapidamente =D
Que bueno lo que dices con respecto a los personajes,
cuando están bien definidos te involucras mucho más rápido en la historia.
Has realizado una gran entrada.
Te deseo un bonito fin de semana
besos y abrazos
La vainilla y la canela tiene fieles seguidores y detractores acerrimos. Que curioso que los olores nos condicionen.
ResponderEliminarLeo tu post tomando ahora mismo una taza de café-vainilla y te comento que tiene buena pinta el libro.
ResponderEliminarUn saludo.
Como lo describes, si que tiene que ser interesante ese libro.
ResponderEliminarSaludos, manolo
Esto se llama llevarse una agradabilísima sorpresa, Pilar.
ResponderEliminarUf..., ¡me ha encantado! Poco más debo decir siendo la autora. Sólo darte las gracias de todo corazón.
Lo que más me agrada de todo es que te haya llegado, que hayas disfrutado la novela (por cierto, yo pensé que el cura quedó bien definido en su papel de cura, jajaja, porque es eso: un curilla y ya está, sin intenciones escondidas ni mayores complicaciones).
Un abrazo y gracias de nuevo, porque no puedes figurarte cómo se agradecen estas cosas.
Intentaré conseguir el libro y echarle un vistazo, parece que puede estar bien. Saltos y brincos
ResponderEliminarMaría Pilar, una pormenorizada reseña de "Aroma de vainilla" de Isabel Martínez Barquero, una querida amiga personal. Tu comentario se ajusta en todo momento a la novela pero posee esa pizca de admiración y complicidad que se genera en el lector cuando la obra que lee es de su agrado. Muy feliz comentario.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida María Pilar.
El título me gusta. Y gracias por la sugerencia, descripción y sinopsis. Las personas que tienen algo que decir y son capaces de hacerlo merecen mi mayor respeto. No es fácil hablar de la propia vida.
ResponderEliminarBss
Me gustan estas lecturas intimistas, que nos relatan la historia de una familia, de su entorno, sin que sea necesaria mucha acción, para leer con calma y disfrutar cada página.
ResponderEliminarBesos
No se si lo leeré, pero desde luego que le has hecho una presentación que apetece hacerlo,y aún sin ser seguidora continúa de Isabel me imagino que debe de escribir muy bien.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, m.p.
Parece un buen libro, te mando un beso
ResponderEliminarCon una reseña como la tuya...¿quién se puede resistir? Y además en versión kindle, fácil de adquirir...¡Me parece que me voy a hacer un regalo este domingo!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Que cada día de tu vida sea más bello que el anterior
y que nunca te falte la ilusión de un nuevo amanecer.
Feliz despertar a este domingo vestido de cielo, calzado
de simpatía, mientras es peinado con hilos de madreselvas...
Un breve abrazo,
adueñado del sentimiento.
Atte.
María Del Carmen
Excelente reseña, amiga, me gusta la imagen de la vainilla como un estimulante de recuerdos y vivencias, el olor dulce y familiar de las especies,apetece leerlo..
ResponderEliminarUn abrazo, feliz domingo.
Mil gracias por vuestro paso por aquí y por dejar vuestros interesantes comentarios.
ResponderEliminarInmenso abrazo y que paséis un feliz domingo.
buen trabajo PILI tu reseña de seguro pone contenta a ISABEL
ResponderEliminarlos aromas cuando se hacen parte de lo narrado se hacen siempre entrañables instrumentos para el lector
abrazos y feliz comienzo de semana
¡Jo qué casualidad! Recién acabo de conocerla y ahora me la encuentro aquí, en tu casa. Me ha encantado descubrir a Isabel. Gracias Pilar, doble garantía para seguir acercándome a ella.
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, por cierto, tengo un cumple, ¿quedaré bien?
Un beso enorme.
Rosy, no puedo decirte porque no conozco a la persona a la que se lo vas a regalar.
EliminarBesos.
Una reseña cuidada, exhaustiva y muy bien explicada. ¡Me ha encantado! Me quedo por aquí :)
ResponderEliminarUn saludo!
Pilar, es una brillante y exhaustiva reseña.
ResponderEliminarMe resulta muy sugerente y desde luego la anoto como lectura.
Gracias por recomendar esta novela lo que me ha permitido conocerla y sentir interés por adquirirla y sumergirme en sus páginas.
Un abrazo
Es para una prima, y claro que sí con todas esas reseñas que nos das, no me cabe ninguna duda... mi pregunta iba con "trampa" era más una afirmación. De momento quiero leerlo yo, ya el título me parece de lo más sugestivo.
ResponderEliminarGracias Pilar.
Un beso
Pilar,nos dejas una preciosa reseña del libro de Isabel Martínes Barquero...Mi felicitación para ti y para ella,que seguro estará muy contenta de tu gesto solidario y generoso.
ResponderEliminarTrataremos de leer el libro.
Mi abrazo inmenso para las dos.
Feliz semana,Pilar.
M.Jesús
Pili una hermosa reseña, cálida como tu y tu pluma, me gusta como nos llevas de la mano en el recorrido por "Aroma de Vainilla" una gran semana :) TQM, te dejo todo mi cariño
ResponderEliminarExcelente reseña de "Aroma de Vainilla". Me encantaría leerlo, me gusta mucho ese aroma.
ResponderEliminarun abraxo!
Hum! Lo describes tan bien que dan ganas realmente de leerlo. A mí este tipo de novelas suelen gustarme mucho, siempre que estén bien narradas, que parece que es el caso.
ResponderEliminarMe lo apunto a ver si me lo pueden encargar aquí donde vivo, porque seguro que no lo tienen.
Besitos
Inma sólo está en Amazon para Kindle. No en librerías.
EliminarBesos y feliz fin de semana :)
Ahhhhh! Ok, jolín, es que no me entero de esas cosas, pues más sencillo entonces supongo, porque no lo he mirado nunca. Voya a chafardear. Gracias
EliminarEn este enlace lo tienes: http://www.amazon.es/dp/B00BTMXD4S/ y también si clicas en la 1ª imagen del post.
EliminarBesos y pasa una preciosa semana
Vale, disculpa, que no sabía ni que era eso de kindle, es que no tengo e-book ni cosas de esas, así que mi gozo en un pozo, mecachis!
EliminarBellisima reseña, plena de emocion y cariño...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Como siempre gracias a todos por ser tan generosos en vuestro paso por aquí y con todo mi cariño os deseo una feliz semana.
ResponderEliminarMira, Pilar, venía a dejarte un abrazo grande y agradecerte por todo, pero tengo que dejarte un abrazó mucho más grande y agradecerte por más. Nunca he visto a Isabel, ni he hablado con ella y, sin embargo, no sé, como que la quiero mucho :D
ResponderEliminarEs una maestra de lo suyo, muy grande, pero sospecho que como persona, es todavía mucho más grande. Muchas gracias por este detalle. Un beso
No conozco la novela, pero después de leer tu reseña la apunto. Parece interesante.
ResponderEliminarUn abrazo
LUZ
La verdad que no la conozco, pero por tu reseña parece interesante. Me gusta el aroma de vainilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has puesto tanto corazón e ímpetu en el escrito que mi curiosidad está al límite. En mi próximo paseo iré a la librería y veré si encuentro esta novela con olor a vainilla.
ResponderEliminarSabes, pienso que así hay que contar las historias que nos gustan, desde nuestro punto de vista, los sentimientos que despiertan los personajes, es la mejor forma de crear magia y que alguien sienta deseos de leer. Una película entra por los ojos, pero un libro te hace vivir con sus personajes.
Un abrazo afectuoso
Ha sido una gratísima sorpresa llegar a tu casa y encontrarme con el libro de Isabel.
ResponderEliminarSi ya tenía ganas de leerle, ahora me has dejado con la miel en los labios.
Me ha encantado tu detalle con ella y con nosotros por compartirlo.
Besitos.
Hola Pilar.Difícil de no tener ganas de leerla después de leerte a ti.Ya veremos si encuentro la forma de procurarme el libro en Francia...
ResponderEliminarBesos.
Qué generosidad de presentación le haces, Pilar... que sin duda ha de ser muy afín al libro, que se antoja mucho leer, con ese título tan sugerente y que invade nuestros sentidos al leerlo. Me encanta la vainilla y yo creo que a medio mundo.
ResponderEliminarFuerte abrazo!! y felicitación para la autora...
Wowwwwww, con lo lindo que describes el libro, su aroma ya llegó hastá mi Perú.
ResponderEliminarBesotes y gracias por compartir. Cómo lo adquiero?
Gracias por vuestra amabilidad y por estar siempre aquí, grato placer el mío. Os dejo mi emocionado abrazo.
ResponderEliminar¡Que paséis un feliz miércoles!
Pilar una gran crónica y como siempre no entiendo publique un coment, por el cual te ruego no te preocupes pero espera que te espera y no se publica.
ResponderEliminarUn saludo.
Pablo, nadie me ha comentado esos problemas al comentar ¿te siguen apareciendo?
EliminarMi cariñoso abrazo :)
excelente novela amiga Pilar de la autora Isabel Martines Barquero en la cual cuenta sus vivencias de tres generaciones pasadas....supe del libro atravez de mi gran amigo Eric Laverneg....saludos de aqui Lima - Peru
ResponderEliminar