El agente 007
Se presenta con el apellido antes que el nombre: Bond, James Bond. Representa la elegancia británica. Es un perfecto caballero inglés amigo de las cartas, las copas y las señoras. Toma dry martins con vodka y puede beber lo que quiera sin perder el pulso. Revienta en el asfalto un Aston Martin si así lo marca el guion. No ama, folla con las mujeres más bellas —Úrsula Andress en bikini—. Su carrera está llena de éxitos que marcan su brillante trayectoria. Es capaz de pegar un tiro sin despeinarse. Sale indemne de todas las batallas porque el barniz que lo protege le hace carecer de sentimientos, solo cumple con el papel para el que ha sido programado. Sabe que es el único que salva al mundo cada poco tiempo de un villano. Tiene cuerda para rato porque no cumple años.
El brigada Rubén Bevilacqua
La ironía es lo que le ha ayudado a sobrevivir en ese mundo carente de sentido del humor. Hace bromas hasta con su propio nombre: Rubén Bevilacqua, conocido como Vila. “Soy sudaca de nacimiento, lo de la españolidad es un aprendizaje a posteriori”. El deber, incluso el más fastidioso, no tiene nada de opcional para él. Así entiende la vida porque se sabe picoleto, aunque se vaya pisando las ojeras. Con las restricciones que tienen en la unidad, usa vehículos requisados. Es un viejo zorro que sabe esperar a que escampe, los cafés le mantienen despierto en esas esperas. Aunque, después de comerse marrones a espuertas y lograr algún éxito, a veces, le arrastra una desazón peligrosamente colindante con la tentación de pedir la baja en el cuerpo. Pasa estrecheces económicas. Está divorciado, paga hipoteca y se encarga de su hijo adolescente. Con él va al cine los sábados, cenan en casa y salen a correr juntos la mañana del domingo. Planes de fin de semana que se van al garete ante la llamada de un inspector. Sabe que es un privilegio disfrutar de una pobreza moderada, garantizada por todos los impuestos de la ciudadanía en un país con 6,2 millones de parados. Es lector de novelas, lleva siempre su Macbook que se ha pagado de su bolsillo y es capaz de distraerse con música, alguna película y después dormir. El tiempo va pasando por él de forma inmisericorde, está al filo del medio siglo y su conformidad con la vida sería mayor si hubiera encontrado alguna caritativa mujer que lo soportara. Las crueldades a las que se enfrenta lo sobrecogen y siente que el pulso se le detiene. Cree en el tesón y el talento más que en la suerte. Reconoce que en su trabajo no siempre se hacen las cosas con la más pura ortodoxia y siente estupor ante la corrupción de sus compañeros. Agradece que la oscuridad de la noche sirva para ocultar sus lágrimas de viejo caimán. Despierta con jirones de sueño enredados en su mente. Carga con reveses de los que cuentan y mejor no llevar espejo retrovisor sobre su espalda.
¿Con cuál de los dos os quedáis?
El brigada Rubén Bevilacqua
La ironía es lo que le ha ayudado a sobrevivir en ese mundo carente de sentido del humor. Hace bromas hasta con su propio nombre: Rubén Bevilacqua, conocido como Vila. “Soy sudaca de nacimiento, lo de la españolidad es un aprendizaje a posteriori”. El deber, incluso el más fastidioso, no tiene nada de opcional para él. Así entiende la vida porque se sabe picoleto, aunque se vaya pisando las ojeras. Con las restricciones que tienen en la unidad, usa vehículos requisados. Es un viejo zorro que sabe esperar a que escampe, los cafés le mantienen despierto en esas esperas. Aunque, después de comerse marrones a espuertas y lograr algún éxito, a veces, le arrastra una desazón peligrosamente colindante con la tentación de pedir la baja en el cuerpo. Pasa estrecheces económicas. Está divorciado, paga hipoteca y se encarga de su hijo adolescente. Con él va al cine los sábados, cenan en casa y salen a correr juntos la mañana del domingo. Planes de fin de semana que se van al garete ante la llamada de un inspector. Sabe que es un privilegio disfrutar de una pobreza moderada, garantizada por todos los impuestos de la ciudadanía en un país con 6,2 millones de parados. Es lector de novelas, lleva siempre su Macbook que se ha pagado de su bolsillo y es capaz de distraerse con música, alguna película y después dormir. El tiempo va pasando por él de forma inmisericorde, está al filo del medio siglo y su conformidad con la vida sería mayor si hubiera encontrado alguna caritativa mujer que lo soportara. Las crueldades a las que se enfrenta lo sobrecogen y siente que el pulso se le detiene. Cree en el tesón y el talento más que en la suerte. Reconoce que en su trabajo no siempre se hacen las cosas con la más pura ortodoxia y siente estupor ante la corrupción de sus compañeros. Agradece que la oscuridad de la noche sirva para ocultar sus lágrimas de viejo caimán. Despierta con jirones de sueño enredados en su mente. Carga con reveses de los que cuentan y mejor no llevar espejo retrovisor sobre su espalda.
¿Con cuál de los dos os quedáis?
Seguro que Rubén, me gusta la gente del día, el que lucha con los reveces, el sensible que esconde la lágrima, el padre que ama a su hijo adolescente... los del cine, en el cine, es que no despeinan, ni si les corre el maquillaje, un fuerte abrazo con todo cariño Pili
ResponderEliminarEnamorar a James Bond me parece todo un reto, :)
ResponderEliminarMe pido al que nunca se despeina jaja
Bicos.
Yo me quedo con la buena literatura....
ResponderEliminarNo sabría decir, Bond nunca me ha interesado mucho. Tal vez el otro, parece otro cliché, pero algo más real.
ResponderEliminarCreo que me sigo quedando con Philip Marlowe.
Me quedo con Bevilacqua. Es un prsonaje más "humano", sin dudas.
ResponderEliminarCariños para vos, Pilar!!
Lau.
"Cree en el tesón y el talento más que en la suerte".
ResponderEliminarQuerida, con esa frase no se pueden tener dudas.
Por cierto, no piensas pasarte por mi casa ? si no lo haces nunca sabrás lo que se te aprecia...jeje
Bond es unico, y todo un clásico. Habra que ver lo que nos aporta Ruben.
ResponderEliminarun saludo
Para mi no cabe comparación posible, Bond no tiene absolutamente nada que hacer.
ResponderEliminarHas hecho un retrato buenísimo de mi admirado Vila. Soy incondicional de Bevilacqua y Chamorro, aunque no he leído la serie completa todos los que he leído me han gustado mucho y no creo que tarde en hacerme con este último.
Besos
El segundo me gusto más el Rben. un beso y te me cuidas
ResponderEliminarHola mp, buenos días,
ResponderEliminarmira, como no hay premio alguno, te diré que ambos tienen su atractivo,
pero si me presionas te diré que el segundo, ese está mas chido.
Te deseo un bonito viernes y un excelente fin de semana
besos y abrazos
Me quedo con Bond, James Bond, precisamente porque no tiene nada de real...¡Ese es su principal encanto!
ResponderEliminarBuen fin de semana. Un abrazo!
A priori desde luego, me quedo con Vila. Bond me parece un producto artificial.
ResponderEliminarLa marca del meridiano aún no lo he leído pero lo tengo dispuesto y numerado en una estantería, impaciente porque lo abra. Del premio planeta y por costumbre siempre leo al finalista que no se lleva el premio en primer lugar (y me gustó mucho "La vida imaginaria" de Mara Torres, por cierto).
Besos por esta buena reseña con personajes dobles.
Con Vila, sin dudarlo !!
ResponderEliminarBond, es la envidia de cualquier hombre y quien diga que no miente, todos quisiéramos ser como Bond, conducir lo que él conduce y zumbarnos a quien él se zumba :)
ResponderEliminarBesos querida.
Yo sin dudarlo un momento me quedo con el Brigada Rubén algo más acorde con nuestros días y con todo lo que está sucediendo. Bond podrá gustar mucho a las mujeres por eso de "guapo y macho" y no hay braga que se le resista pero a mí como que no me va, porque es pura mentira y fantasía, aunque tengo que reconocer que las películas me gustan, y los actores que las han interpretado han sido de buen porte y atractivos, pero este tío tan perfecto dudo que exista en la realidad. Si me tengo que dar con alguien del celuloide me quedo con Clint Eastwood y su "Harry el Sucio", lo veo más duro y con más cojones que el guaperas de James Bond.
ResponderEliminarBesos.
Lo increíble de Bond es su encanto.
ResponderEliminarTengo por norma en la vida no utilizar la vocal "o"
ResponderEliminar¿Porque que me tengo que quedar con uno? No tienen nada que ver ¡, cada cual tiene su encanto.
Me quedo con el agente 007 que me ha divertido durante muchos años y con El brigada Rubén Bevilacqua. Siempre la "Y"
Bss
Pues me gusta el segundo. Seguro que sabrá tratar a una mujer después de lo que ha vivido. No me gustan los super héroes, ni los creidos. un saludo
ResponderEliminarBueno, ni qué hablar. Me quedo con Rubén Bevilaqua, por supuesto. El Bond, James Bond, es un acartonado, superficial, cuya existencia ficta jamás alcanzará el rango de irrealidad que necesita todo ser de carne y hueso para ser alternativamente recordado y olvidado hasta que los siglos lo borren. Bevilaqua con todo su grisura y bochornosa obviedad nos hace llorar y reír como de nosotros mismos, tan humanos y anónimos como él y tan memorables para nosotros únicamente mientras el humor nos permita seguir imaginándonos. Las tuyas son excelentes semblanzas, casi documentales "ma non tropo" y me han gustado muchísimo, te felicito. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario-aviso; eres muy amable. No tengo ni idea de si a alguien más le pasa, pero voy a preguntar y a investigar...
ResponderEliminar¡Un grandísimo abrazo!
Bevilacqua, me quedo con Rubén Bevilacqua. El otro es un Amadís de Gaula, una quimera. Tampoco existen guardias civiles como nuestro héroe, pero podrían existir, deberían existir. El mundo necesita gente como él, los James Bond son buenos solo para el celuloide.
ResponderEliminarLeo la primera parte, sonrío. Leo la segunda, sonrío abiertamente. Gracias por hacerme sonreír esta mañana de sábado. Una excelente entrada la tuya, con un planteamiento muy original.
Un abrazo, mpmoreno, de esta abejita:
María Ángeles Merino
Jaja, antes de llegar a tu pregunta ya estaba escogiendo para decirte que sin duda me quedo con el segundo, yo con James Bond y la perfección no puedo, no lo soporto vaya.
ResponderEliminarBesitos
Pilar,nos presentas el héroe perfecto por fuera e inhumano dentro...Ante la personalidad de Bebilacqua,que cree en el tesón y el talento más que en la suerte,llora a solas y detesta la corrupción...No hay nada que pensar,amiga...El mundo está falto de brigadas humanos,con sentido del humor y ciertas crisis internas,que le hacen sopesar el sentido de su vida y su profesión...
ResponderEliminarMi felicitación por este post,que nos hace pensar a todos,amiga..
Gracias por tu comentario,a veces es necesario escapar por los azules ventanales,si a mi me sirve...a vosotros también os puede servir...(sonrío)
Mi abrazo grande y mi cariño.Feliz sábado,Pilar.
M.Jesús
Yo también me quedo con el segundo, no me gustan los hombres chulos ni en la ficción, opino como la chica del territorio, prefiero un hombre despeinado que además de follar, ame.
ResponderEliminarBesicos.
Es que... creo que los dos tienen su punto fuerte, son estilos diferentes, vidas diferentes, pero cada cual enfrenta la realidad a su manera, así que soy de los que se quedarían con los dos... cada cual para un momento diferente, claro está.
ResponderEliminarUn beso enorme.
PD: Aprovecho para decirte que tu comentario en mi blog quedó registrado, en realidad los 2 quedaron allí, pero sucede que cuando superas los 200 comentarios hay que cargar la página nuevamente, haciendo click debajo del cuadro de comentarios, donde dice 'cargar más'. Luego ya se vuelve algo más engorroso, pues cada 50 nuevos comentarios hay que recargar, un infierno.
Gracias por estar.
Más besos.
“Dry martins con vodka… agitado, no mezclado…” Sí, María Pilar, este caballerete guaperas y relumbrón, envidia de todos los “muy machos”, de natural antifeminista, tiene muy poca verosimilitud. Cuando fue Roger Moore quien lo encarnó, además, era chulo. Voy a leer esta novela que recomiendas por su naturaleza realista. Sospecho que el protagonista podría decir: “Un café solo…, solo con sacarina…” Una perfecta descripción contrapuesta con tu ágil prosa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida María Pilar.
El primero es para soñar, el segundo para poner los pies sobre la tierra.
ResponderEliminarUn saludo
ResponderEliminarCon los dos, sin dudarlo, el segundo es el que quisiera tener en mi barrio si hiciera falta, honesto, responsable y justo. El primero, me da igual cual de ellos, es el que me gustaría tener de vecino del barrio para poder mirarle cuanto quisiera. jajaja
Ficción y realidad.....nada que ver!!
Besos.
La vida nos ha regalado
un nuevo día,
para que lo rellenemos
de momentos felices,
como lo pueden ser...
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que contigo estoy compartiendo
y un feliz día de la madre
que en España hoy celebramos!!
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Un abrazo con ternura
y un beso con dulzura
para ti!!
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Atte.
María Del Carmen
James Bond, me parece un pedante, pero un pedante encantador
ResponderEliminarBesos
Nela
Me quedo con James!! Es más light y encantador.
ResponderEliminarun abraxo!
Pues yo me quedo con el segundo, la belleza se encuentra en las vidas corrientes que todos podríamos vivir. Los Aston Martin y las mujeres curvilíneas no me interesan lo más mínimo, además, no sé porqué pero Bond me parece un pedante pendenciero (bueno sí que lo sé)y si fuera barman, cada vez que me pidiera un Martini agitado, no removido, acabaría dándole un puñetazo en su preciosa jeta . Licencias imaginativas que me tomo con los trajeados jajaja.
ResponderEliminarQuiero leer a Silva, lo apunto.
Abrazos.
Jodó, es que son antagónicos. Uno te saca de la realidad y el otro te mete en la realidad. ¿Qué prefieres, una película o un documental? Supongo que dependería del momento. En principio me inclinaría sin duda por una película para relajarme, porque la realidad le veo día a día, pero como te han comentado por ahí... y puestos a literatura, prefiero literatura de la buena.
ResponderEliminarYo soy más de Audrey Hepburn, no me gustan las voluptuosidades, y, desde luego, no me imagino a Audrey Hepburn en una película de James Bond. :-S
Un besito!
Hum...es trampa la pregunta, primero hay que saber que Bond...y que Bevilacqua también, que me parece que sólo ha habido uno y es Tosar...Tosar es la hostia, con perdón, pero al lado de Connery...yo que sé, no sé que decirte, Pilar, ya sabes que a veces soy indecisa, pero otras no sé :D
ResponderEliminar!jaja! Pilar, con lo que yo disfruté en mis años mozos con Bond, James Bond, a pesar de ser un tipo pedante, prefiero distraerme con sus aventuras.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo.
Sor.Cecilia
Si se trata de quedarse me quedo con Rubén, su vida es más emocionante.
ResponderEliminarBeso.
hola hoy llegue a tu rincon en el que me encuentro con el humor britanico del agente 007
ResponderEliminarvos pensas que es quedarse con algun personaje ?
o dibujar mi imagen a la imagen de unmo de llos?
no sera mejor ser por encima de la opcion que nos brindas ser algo mas que un james bond? o Bevilacqua...
te saludo
Me quedo con el brigada :)
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola a todos, ¡qué alegría encontrarme con vosotros aquí! muchas gracias por dedicarme vuestro tiempo y vuestras opiniones.
ResponderEliminarOs deseo lo mejor.
Inmenso abrazo :)
Tengo clarísimo que me quedo con con Bond para alguna cosas y con Bevilacqua para otras.
ResponderEliminarAhora en serio: el de Lorenzo Silva, sin duda, pues es cercano, humano y entrañable.
Besos.
Hola María Pilar. A mi me gusta más la vida del El brigada Rubén Bevilacqua puesto que es más natural y tiene los pies el la tierra. Es perseverante y una persona humanitaria.
ResponderEliminarBond lo veo como un personaje artificial y carente de sentimientos. Muy guapo pero no me atrae nada más de él porque su vida es algo alocada.
Saludos y un abrazo
Tendria que leer esta novela... Tendria que hacerlo...
ResponderEliminarDe momento, me quedo con una detective local, que tenemos por aqui...
Se llama Tasia... Anas Tasia...
Un abrazo
Yo con el segundo sin lugar a dudas, es que Bond me cansó ya un poco...
ResponderEliminarUn beso Pilar
Cada uno tiene su papel no voy a ser yo el que me incline en favor de ninguno los dos, son buenos en su interpretación.
ResponderEliminarUn abrazo Pilar.
uno es la fantasía del entretenimiento, del ganador...
ResponderEliminarel otro puede ser cualquiera de nosotros, con una historia simple, común de necesidades y pequeños logros, muy linda historia, saludos querida Pilar
El personaje de Vila me parece interesante, un hombre que piensa y trata de sobrevivir pese a las presiones que tiene a su alrededor.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo.
Kasioles
Nunca estamos solos
cuando sabemos
que ocupamos
un lugar, en el
corazón del amigo.
Quisiera que la belleza
de esta tarde del miércoles,
conquistará una sonrisa
en las colinas del viento
para ti!!
Un abrazo de violetas
y un beso de poetas.
Atte.
María Del Carmen
Me encanta llegar a visitarte, me quedo leyendo y leyendo...
ResponderEliminarPaso a dejarte un saludo despues de pasar tremendo susto con mi hija en el hospital por varios dia y sin poder leerte pero aqui estoy. Un besito
ResponderEliminarBuen finde. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestra compañía y por vuestros comentarios. que son motivo de alegría y ánimos para seguir.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para todos.
Hola Pilar...mirando antiguos posts hasta que vuelvas :) Muy interesante este.Espero que estés bien.Besos :)
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