En el pueblo se enteraron cuando todo el País Vasco apareció un día empapelado con la fotografía de Mikel, un joven tímido, con camisa de cuadros, y el corte de pelo al estilo de Nino Bravo. Era un póster wanted, al más puro estilo del viejo oeste americano, con el lema: ¡Se busca!, en español. ETA ponía precio a la cabeza de Mikel Lejarza. Era el chico del viejo caserío Aretxabalaga, nacido en el seno de una familia euskaldún, tan antigua como el propio caserío.
Pronto la gente dejó de pasar por el lugar, aunque tuviera que dar un rodeo, y todos negaron el saludo a la familia, la aislaron. Eran los acuerdos tácitos que se habían ido colando en la sociedad vasca. De pequeño, en los años sesenta, Mikel era simplemente Miguelito, el hijo del acomodador del cine, y Águeda, su novia. Aún hoy, neskazarra (solterona), va al bosque para pasar los dedos por las dos iniciales enlazadas que Mikel grabó en el tronco de un roble.
Se metió en ETA muy joven, en los setenta, que en los sitios pequeños todo se sabe, y a pesar de formar parte de comandos operativos, tenía muy buenas relaciones con la cúpula. Favor que solo conseguían los que mostraban altas cualificaciones para el desempeño de las actividades de la banda terrorista. Lo que no se podían imaginar era que Mikel Lejarza, alias Gorka como miembro de la banda, fuera un topo, alias el Lobo, captado por los servicios de inteligencia españoles como espía.
Para los padres el dolor no tenía consuelo posible más que en sí mismo. Hacer de la pérdida del hijo un alimento de la propia vida, era el único modo de evitar que la envenenasen. Él estaba en todo momento en su memoria, las travesuras de infancia, la imagen de su rostro radiante de alegría, afligido con los pesares que lo asolaban, siempre tan pensativo. Se quedaron sin el doloroso abrazo del adiós, porque no hubo despedida. Tampoco una carta de caracteres nerviosos que, a lo largo de los años, les trajese acentos de su voz. Nada. Silencio y oscuridad.
Mikel era taciturno, poco sonriente. Su ideal: conseguir eliminar a ETA, para lo que tuvo que vivir la guerra de fuegos cruzados. Enfrentado a la desconfianza de sus compañeros, siempre a la búsqueda del infiltrado, la intriga perseguía sus pasos. A los de dentro, con su capacidad de convicción, lograba ponerlos de su parte; para los de fuera era una pieza más en el ajedrez contra el terrorismo. Pese a ser el Lobo, estuvo varias veces en el filo de la navaja, sin que llegase esa mano amiga que en teoría lo protegía.
No era bebedor ni mujeriego, llevaba pasamontañas en las operaciones de alto riesgo, camisa a cuadros, vaqueros y botas de monte. El instinto de supervivencia le hacía mirar atrás constantemente, también los bajos de los coches y la pistola siempre al lado cuando dormía con los ojos abiertos, o tal vez no durmiera, por lo vigilante que estaba.
Entre las sombras, las nieblas y los montes del país vascofrancés, se desenvolvía como pez en el agua. También en una calle normal, con una colisión accidental para pasar la transmisión de un mensaje secreto. Detrás de unos visillos, de un bloque de familias, se ocultaba en un piso franco, con sus compañeros. Trabajadores de Telefónica renovando las líneas, y así, equipados como tales, salían a trabajar todos los días. El engaño formaba parte de sus vidas. La diferencia con ellos era que él vivía una doble vida. Allí era Gorka, para los otros el Lobo. Caminaba siempre por la precaria línea que separa la realidad de la ilusión, rayando la locura.
En un tiroteo de película del oeste por las calles del barrio barcelonés del Verdún, la policía de "lo social" pilló a los jefes del operativo, menos a él. Supo que estaba quemado. Por la noche, comenzó a vagar por el piso franco que le servía de escondite. El pensamiento desesperado que lo perseguía era la queja por el dolor que había causado a su familia. ¡Cuánto los había hecho sufrir! Y la vida del caserío tomó vida. Su madre tendría el pelo blanco; su padre, taciturno como él, creería saber el fin de su hijo, esas cosas que siempre intuía, seguiría agachado trabajando la huerta, para ocultarlo. Un momento de debilidad, en el que surgió Mikel al que el Lobo parecía haberse comido, se lo permitió a modo despedida. ¡No volvería a verlos!
Como nunca había temido a la muerte, como siempre se había mostrado intrépido contra todo peligro que amenazara la paz de su tierra, cualquier dolor que lo hiriese, se lo tragaba sin lamentarse. Así, cuando sintió que su fin se acercaba, sin un temblor en la mano que sostenía la pistola, con tranquila resignación, admitió que había llegado su hora, tenía que morir. Para su sorpresa amanecía y con el amanecer, una unidad de operaciones especiales de la policía lo sacó del piso, después tuvo que hacerse la cirugía plástica y desaparecer del mapa.
El Lobo se convirtió en leyenda. Permaneció en paradero desconocido hasta que en 1994 reapareció en Pulp Fiction.
El Sr. lobo —Mr. Wolf— puede considerarse el hombre más eficiente del planeta por su rapidez e inteligencia a la hora de resolver problemas, algo que queda demostrado cuando crea la estrategia para limpiar un auto empapado en sangre.
:)))))
ResponderEliminarQué giro final más original y que bien has descrito el mundo previo del prota.
Besos.
Me alegra que te haya gustado, Alfred.
ResponderEliminarBesos.
Muy buen relato María Pilar, magnífico trabajo. Suerte en el concurso. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Antonio. Un abrazo!
EliminarJajajajaja, qué bueno. Un gran profesional.:)
ResponderEliminarQuieres creerme que es la primera vez que te oigo reír. Vamos que me has contagiado. ¡¡Jajajajaja!! Así, todo junto, no como dice la RAE. Porque ¿quién se ríe con una risa cortada?
EliminarMuy interesante, para mi que no se mucho del ETA, fuera del hecho que luchaban por su independencia
ResponderEliminarGracias, Charly. Un saludo.
EliminarEs real tu historia hasta que le das una vuelta con un final de película. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Ester, del Lobo se sabe su historia, pero al desaparecer se convirtió en leyenda. Se dicen muchas cosas, yo digo que Tarantino bien pudo inspirarse en él para el personaje. ¿Verdad? Ya me gustaría.
EliminarUn abrazo, Ester.
Un personaje experto en sobrevivir, sin esperar algún rescate externo.
ResponderEliminarBrillante giro final. Un abrazo.
Gracias Demiurgo. Un abrazo!
EliminarMe has tenido colgada de la historia sin perder palabra y sin casi respirar hasta el final, peeero... ¿¿ quieres decir que "el lobo" es Vincent Vega en Pulp Fiction ?? ; ) En fin, podría ser, lo que es cierto es que sin duda tuvo que ser un personaje muy especial, vivir al filo de la navaja constantemente tiene que ser mortal de necesidad, mucho más en un mundo tan oscuro como la banda terrorista ETA y a la vez ser un infiltrado de la policía cuando el franquismo daba sus últimos coletazos... Vaya PILAR, que enhorabuena !!! porque has hilado una trama súper compleja de una manera brillante.
ResponderEliminarGracias por este ratito, ha sido genial!
Abrazo muuuy fuerte artista!!
Hola, María, el Lobo fue un infiltrado en ETA que trabajó para los servicios de inteligencia de España. Hizo caer la cúpula político-militar de la organización y, por sus informaciones, la policía apresó a más de un centenar de etarras. Una vez que lo descubrieron, vive oculto con una cirugía plástica en la cara para cambiar sus rasgos. Se convirtió en leyenda. Es el de la leyenda el que relaciono con el cine.
EliminarUn abrazo.
Qué vida dura, un relato que me tuvo en vilo desde el principio, cambiar la identidad, una cirugía plástica uy una nueva vida, la tristeza de esos padres pensando que su hijo estaba muerto y en realidad de alguna manera asía es.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, saludos.
PATRICIA F.
Ja, ja, ja, un cruce de historias mezclando realidad con ficción. Siempre muy bien escrito, como de costumbre. Menudos tiempos aquellos 70. Yo aun no habia nacido , pero debieron ser duros. Mucha suerte en el concurso, Maria Pilar. Un abrazo.
ResponderEliminarEspléndido! Un final perfecto para El Lobo. Tremenda realidad. Un abrazo
ResponderEliminarEspléndido! Un final perfecto para El Lobo. Tremenda realidad. Un abrazo
ResponderEliminarTremenda historia. Se me erizó la piel pensando en la vida de un infiltrado, qué pesadilla. Pero el final... Sea cual sea quiero pensar que ya tiene algo de paz.
ResponderEliminarTambién hace memorable este relato la risa de Cabrónidas. Es que es histórica!
Muchas veces yo también deseo suerte en el concurso, pero en este caso da realmente lo mismo, considerando que el mejor premio para ti puede ser la satisfacción de haberlo escrito. Magistral, María Pilar. Muchas felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Menuda historia, Mª Pilar! Un relato estupendo donde, más allá de la labor de espionaje, nos adentras en la soledad y el sentimiento de culpa del personaje, en la enorme renuncia que aceptó en aras de un bien mayor. Me ha gustado mucho el tono y la melancolía que desprende, las nieblas, las sombras del paisaje... El giro final aligera la historia y deja una sonrisa. Fantástico.
ResponderEliminar¡Genial! Me ha encantado este relato y los has narrado manteniéndonos alerta de principio a fin. Una historia de espías que nada tiene que ver con James Bond ni nada parecido, y con ello le has dado un toque distinto y muy personal.
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Un abrazo.
Asombroso, yo no conozco la historia completa de España, pero es claro que la ETA suena fuerte por aquí y por allá, tu relato es tenso, no da descanso al lector y nos recrea esa historia que comienza a olvidarse. Eso si, si recuerdo la película con ese Lobo, que no perdía la calma y resolvía todo con tranquilidad, que en sí viene inspirado de leyendas urbanas, probablemente haya gente así en el mundo underground que “desaparece” cadáveres de hechos delictivos, muy del estilo ETA.
ResponderEliminarHola María Pilar, me encantó tu relato para el Tintero. Nos presentas una historia de espías diferente, más realista. Describes muy bien las situaciones por las que pasa el personaje hasta que tiene que desaparecer. Cuando uno cree que está presenciando el fin de Mikel, viene ese giro final sorprendente. Muy bueno, mucha suerte en el concurso...
ResponderEliminarConozco la historia de Mikel Lejarza y consiguientemente de El Lobo, hay libros y documentales, me parece que también una serie, sobre él y en abundancia, pero siendo un personaje real y que anda todavía por el mundo dedicado a sus labores, tú en este texto le has dado una viveza especial como si fuese un personaje de ficción en una historia. Felicidades. Te ha quedado estupenda.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bien enganchado el tema con esta historia del lobo. Muy duro tiene que ser sacrificar buena parte de la vida para algo mas grande que uno mismo. Ni idea que habia sido en verdún, al lado de mi casa; no debía estar yo muy atento a las noticias por aquel entonces. claustrofóbico y horrible el ambiente rural que pintas, donde, como dices todo el mundo sabe todo. maistral el final aflojando tension.
ResponderEliminarabrazzo y suerte en el concurso
Hola María Pilar, nos creemos que los espías solo existen en Londres, EEUU, Rusia y que esas cosas no pasan en España, pues sí, tu relato da fe de ello; aunque juegas un poco con el lector cambiando el relato para crear un final digno de una película de espías. Un gran relato para el reto. Un abrazo. :)
ResponderEliminarSin duda un personaje muy interesante! Había oído hablar de él! Tu le has dado un toque más íntimo y personal a su delicada situación y a la de su familia en el Pais Vasco de la época! Me ha gustado mucho tu relato! Un abrazote y mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarRecuerdo otro personaje siniestro con nombre de animal: El Chacal.... creo estos terroristas se vuelven .... Romanticos!!
ResponderEliminarTerminan convirtiendose en heroes y modelos a seguir.
Una historia que puede ser real con un final sorprendente. Un abrazo
ResponderEliminarHola Maria Pilar enhorabuena por tu relato. Por la verdad de las palabras y la crudeza de la historia con un final magnifico. Suerte. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy buen relato, de esos que atrapan basado en una historia real, y que tiene un final inesperado, gracias por ella, abrazo
ResponderEliminarMuy bueno Maria Pilar, la vida de este hombre es toda una odisea y se merece ser dada a conocer.
ResponderEliminarBien contada y te felicito por traer a este espía tan nuestro .
Un abrazo y suerte en el concurso
Puri
¡Hola Maria Pilar!, una historia real y un final de película, tremendo, Qué revuelta con el Sr Lobo. Un abrazote
ResponderEliminarHola, María Pilar!! Me ha gustado mucho cómo has reflejado en tu relato el lado más humano del espía. Esa soledad que lo acompaña, y el recuerdo de su familia a la que nunca más volverá a ver. Enhorabuena. Suerte en el Tintero y un abrazo!!
ResponderEliminarEstos personajes se hacen leyendas, y la tuya no es la excepción. Buen relato basado en un personaje real. Abrazos virtuales desde Venezuela.
ResponderEliminarSospecho que ese giro final no lo vería ni Tarantino, jejeje, madre mía qué relato tan dramático y crudo como la realidad. Conocía el Lobo de la película que hicieron de él, con Eduardo Noriega, he visto reflejada la ambientación de tu relato. De Pulp Fiction, pues que me has ganado solo con ese giro tan cómico, je ,je.
ResponderEliminarMucha suerte, Pilar, y un abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Fantástico! La vida de este 'héroe' no es muy conocida. Ya que vivió 'en la sombra' casi toda su vida. Has tenido una idea genial contándola. Me ha gustado el tono emocional que has empleado y ese final tan creativo. Vete a saber qué fue de El lobo.
ResponderEliminarUn saludo y suerte en elconcurso!
Hola, Pilar. Un memorable retrato de este espía que se convirtió en una leyenda. Logras transmitir ese pesar que lo acompaña por la vida separada de su familia.
ResponderEliminarUn abrazo
Genial tu relato. Le has dado una nueva vida a El Lobo rencarnándolo en la película de Tarantino. Interesante interpretación.
ResponderEliminarUn beso y suerte en el concurso.
Guille Blanc ha dejado el siguiente comentario:
ResponderEliminar“Muy bueno, suerte”
(Por alguna razón que se me escapa no he podido publicarlo en directo).
Hola, María Pilar. Un relato de espías en formato crónica que deja ese suspense final para dar lugar a la leyenda. Muy amena tu narrativa que engancha para querer saber el final y ahí pones la guinda con un giro tan cinematográfico como inesperado.
ResponderEliminarSaludos y suerte. 😎👍
Muy bueno, Pilar. Enhorabuena y suerte!!
ResponderEliminarHola Pilar. Un relato centrado en la vida y las emociones del personaje, en su soledad y en su renuncia a si mismo y a los suyos por un ideal. Cuantas veces no se habrá arrepentido de tomar ese camino y cuantas otras habrá pensado que su vida tenía el mayor de los sentidos. Las contradicciones de quien ha renunciado a si mismo en pos de un objetivo. Un abrazo.
ResponderEliminarJajajaja, menuda mezcla has hecho Maria Pilar. Un historia al más típico espionaje. Estupenda. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMuy interesante y realista la historia del agente doble y sobre todo, sorprendente el giro final, que, dada la crudeza de la historia inicial, nos saca una sonrisa. Enhorabuena, María Pilar!! Un abrazo.
ResponderEliminarUff... Todo lo relacionado a esos terroristas, me remueve las entrañas. Demasiadas malas imágenes en televisión y el miedo casi constante en todo un país que no sabía cuándo iba a haber un nuevo atentado.
ResponderEliminarLa página muy dolorosa de la historia española. Un bonito tributo al protagonista y a su sacrificio. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, María Pilar. Desde luego, la realidad supera muchas veces a la ficción. Tenemos grandes historias vividas por personas reales y la tuya bien pudiera ser una de ellas. Interesante giro final. Sorprendente.
ResponderEliminarQue tengas mucha suerte en el concurso.
Un relato muy interesante y adictivo, María Pilar.
ResponderEliminarNo puedes despegar los ojos de él hasta el final, pero en ese final te desmonta la historia con ese giro inesperado.
Un fuerte abrazo :-)