Desde El tintero de oro nos proponen escribir un microrrelato sobre un color.
Al atardecer, cuando el sol enrojecía los cielos antes de sumergirse en el mar, me gustaba bajar a la playa. Siempre me cubría la cabeza con un pañuelo color turquesa. «Para protegerme del sol», decía. La explosión de colores naranjas y violetas me hacía creer en mundos de ensueño donde lo que anhelamos puede realizarse.
Y allí estaba ella, la mujer solitaria, con la mirada puesta en el horizonte, esperanzada. Parecía una sirena varada en aquella roca donde peinaba arrugas y lucía canas, mientras, el oleaje rompía en los acantilados y liberaba su olor a sal. Después, el mar calmado se le acercaba y con su espuma burbujeante le acariciaba los pies. Quizás, entonces, le preguntase el porqué de tan larga espera, pero el mar no sabe de respuestas. Los susurros del viento revelaban un amor que emigró a Argentina con la promesa de volver a buscarla. Un día encontré la roca vacía, había desaparecido y nadie supo darme razón. Me costó aprender a vivir su ausencia, a pesar de que en todo ese periodo no cruzamos ni una palabra.
Había pasado un tiempo cuando me los encontré por el paseo marítimo. Sonreían felices, enamorados. Al cruzarnos, nos miramos y, de repente, nos saludamos como dos viejas amigas. La felicité por haberlo encontrado. Había regresado y el momento que estaban viviendo juntos le compensaba. Mientras me observaba, con aquella intensidad verde que había observado al mar durante años, señalando mi cabello, muy corto, pero al final mío, me dijo entusiasmada: «Tú también lo has conseguido».
Qué super requete bonito María! La dulzura es algo que te caracteriza, con la cual sacas el verde, color de la esperanza al final. Hermoso, muy dulce. Me encantó, me transportarse.
ResponderEliminarUn abrazo color esperanza. 🫂🤗
Qué comentarios tan entusiastas me dejas, Maty. De los que dan subidón.
EliminarUn abrazote!
Bello microrrelato que transmite ternura en cada renglón. Cuando se vive la emoción en la lectura ya se logra la magia de la escritura y tú lo has conseguido, María Pilar. Felicidades.
ResponderEliminar¡Qué bellas palabras, Yolanda! Encantada de que te hay gustado. Un abrazo!
EliminarAmbas personas esperaban, y la espera siempre es una batalla muda contra el tiempo, la mayoría de veces perdida. Pero a veces la esperanza trae la victoria.;)
ResponderEliminarLa larga espera desespera, pero, cuando escribimos, podemos cambiarla de signo. Gracias por comentar.
EliminarUn microrrelato emotivo y tierno. Una larga espera y las palabras finales que muestran que el tiempo pasa inexorable. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria. Encantada de que te haya gustado. Un abrazo!
EliminarCelebro haber coincidido contigo en el color de la esperanza y me ha encantado el micro que has hecho con él.
ResponderEliminarUn abrazo, María Pilar.
Hola, Chema, ya sabes lo que disfruté del tuyo. Un abrazo!
EliminarLinda historia siempre hay que tener esperanza y fe. Te mando un beso.
ResponderEliminarHola, Citu. Dicen que la esperanza nunca se pierde. Gracias por comentar. Un beso va de vuelta!
EliminarPreciosa historia, Pilar.
ResponderEliminarQué importante es no perder nunca la esperanza, por muy angustiosa y complicada que sea la situación en la que nos encontremos inmersos. El verde es un color que siempre me ha recordado a la vida. Cuando los campos se cubren de verde todo renace y el ciclo vuelve a empezar.
Felicidades por evocarnos tanta magia y tanta ternura.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Estrella, por dejarme una reflexión tan bella.
EliminarUn fuerte abrazo!
Precioso relato, María Pilar. Qué bien has descrito esa esperanza que siempre relacionamos con el verde.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Rosa, encantada de que te haya gustado. Un beso!
EliminarLa espera representa una exhibición de paciencia y también la capacidad de ressitir a la decepción. Si esperar ha dado sus frutos como si no, ahí debemos estar y asimilarlo del mejo modo posible.
ResponderEliminarMuy buen escrito, María Pilar.
Gracias, Marcos, por dejarme tu reflexión sobre lo escrito.
EliminarSaludos!
Sutil relato de superación de las trabas o los traumas de la vida. Separación, enfermedad... Así lo he visto. Gracias, un abrazo marítimo.
ResponderEliminarHola, Fernando, así lo has visto y así es lo que yo he querido plasmar al escribirlo. Gracias por comentar. Un cálido abrazo en este día pasado por agua.
EliminarMuy linda historia, tierna y dulce, donde la esperanza que no se pierde un dia llega, abrazo grande María Pilar
ResponderEliminarHola, Themis, encantada de que te haya gustado. Un fuerte abrazo!
EliminarHola María Pilar, nos regalas una lectura muy agradable, de esas que dejan un buen sabor de boca. A veces las esperas son recompensadas. Tierno y emotivo. Enhorabuena...
ResponderEliminarGracias, Ana, por tu bella reflexión. Saludos!
EliminarAyyy mi querida PILAR! no sabes lo deliciosamente rico que me ha sabido este relato tuyo hoy, siempre resultan estupendos, pero he leído entre líneas algo que me ha estrujado el corazón y no sabes cómo me alegra saber que tu pañuelo turquesa esperanza ha devuelto a su lugar todo lo que a lo mejor se llevó ese bicho tan dañino de cuyo nombre no quiero acordarme, mejor nos quedamos con esta belleza de texto tuyo, con ese encuentro y vuestro reencuentro.. ¡ qué bonito escribes y qué bonita eres ! un besazo envuelto en un enorme abrazo!
ResponderEliminarHola, María. Sí, el pañuelo turquesa de la chica del relato ya está olvidado en el cajón. ¡Cuánta expresividad y energía positiva trasmites en todo lo que escribes! Tú sí que sabes llegar. ¡Un fuerte abrazo!
EliminarCoincido con Fernando en cuanto a la sutileza de tu relato. Yo ví tres acuarelas: la primera en la espera, la segunda, la soledad de la roca y la tercera la del reencuentro donde un mini diálogo nos informa de la vuelta del amor para las dos. Precioso. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Juana. Pues así es, la primera representada por el color turquesa del pañuelo, la segunda por el color de esa roca desgastada por el mar y la tercera por la intensidad verde del mirar en el encuentro. Encantada de que te haya gustado. Un abrazo!
EliminarMuy emotivo y tierno tu relato! Tras una larga y esperanzada espera, llega la recompensa! Nunca hay que perder la esperanza, a veces es lo único que nos queda! Un abrazote!
ResponderEliminarHola, Marifelita. Los dos personajes femeninos del micro esperan contra viento y marea y, en este caso, ambas tienen su recompensa. Gracias por comentar. Un abrazo!
Eliminar¡Ay! Ese cabello corto y ese pañuelo... Cuánta sutileza, Mª Pilar, para contar algo que no se nombra y solo al final descubrimos. Un micro precioso, delicado y con imágenes muy poéticas. Me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarHola, Marta. Has sabido juntar muy bien los dos elementos claves del relato: el pañuelo con el cabello corto de la muchacha. Creo que eso lo dice todo y no hay que añadir más palabras. Gracias por comentar y encantada de que te haya gustado.
EliminarAmbas esperaban, ambas lo consiguieron, como bien dice el dicho, la esperanza es lo último que se pierde, muy buen micro.
ResponderEliminarSaludos.
PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Encantada de que te haya gustado.
EliminarSaludos!
Peinaba arrugas y lucía canas, de esas frases que marcan un relato bien hecho. Poesía en tu micro lleno de colores en el que resalta sobre todo el verde esperanza. La historia de dos mujeres que anhelan un futuro mejor que el presente que tienen y que consiguen superar el castigo que la vida les ha impuesto. Dos mujeres que se conocen sin que medien palabras entre ellas, hasta que ambas se ven liberadas. Destaco al igual que otros compañeros la sutileza del relato, esas pistas que vas dejando para al final sorprendernos con ese cabello corto donde antaño lucía esa pañoleta "para protegerse del sol" y que nos habla de la particular historia de superación de la protagonista. Muy bonito. Un abrazo, María Pilar.
ResponderEliminarHola, Jorge. Qué requetebién has analizado el micro. No te has dejado nada. Una historia de superación por partida doble, claro que sí. Gracias mil.
EliminarUn abrazo!
Me alegro que ambas lo hayan conseguido. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Fede. Un abrazo!
EliminarHola María Pilar une relato lleno de colores de esperanza y de sueños cumplidos. Enhorabuena es un relato que da fuerza. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ainhoa. Un abrazo!
EliminarNo perder La Fe, como tu protagonista que está claro que al final consigue alejarse de la amiguita de la guadaña que intenta anidar en ella con un mal de los peores que existen, es lo más pírrico de La Existencia pero que merece la pena aunque parezca obvio. Las acciones paralelas con la señora y sus vicisitudes te han quedado bellas y perfectamente calibradas ¡Eso es lo que aprecio de maravilla, El Equilibrio que logras , El Balance Literario sobre la invisible báscula...! [ 💎 ]
ResponderEliminarPost Scriptum : Una cosa....Cuesta ver en alguna parte, un comentario de texto tan acertado, exigente y profesional como el que he tenido El Honor de leer en mi reconditorio literario...el que te agradezco infinitamente que hayas obsequiado en mi bitácora.
Quedo A Tus Pies humildemente.🌏
Gracias, Juan. Qué bonito lo que me dices. Saludos!
Eliminar¡Hola María! Un relato maravilloso y lleno de emociones, con una paleta de colores en la que destaca el verde esperanza. La historia de dos mujeres que aguardaban una mejoría en sus vidas que, al final, tras una larga espera, acaba por llegar.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Lucía, creo que pensar en verde es pensar en positivo. El final tenía que se ese.
EliminarUn saludo!
Una historia muy tierna de fondo que destaca el verde esperanza. Buena aportación. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Gracias, Lady_p, por dejarme tu reflexión.
EliminarUn abrazo!
Un bon final !. Les dues van aconseguir el seu somni, cadascuna a la seva manera.
ResponderEliminarSalut ;)
Así es, Artur, la espera tuvo su final positivo.
EliminarSaludos!
Muy emotivo y conmovedor relato María! 👍 Saludos! 🙋♂️🙋♀️
ResponderEliminarGracias por pasar y dejarme vuestro comentario.
EliminarSaludos!
¡Hola, Pilar! Qué buen micro. La esperanza en su máxima expresión, eso es lo último que debe perderse como muestran tus dos personajes. Me gustó mucho la historia pero sobre todo quiero destacar la brillante forma con la que introduces la situación vital que atravesaba la observado y eso solo con cuatro palabras "mi cabello, muy corto". Eso es madera de escritor, con cuatro palabras contarlo todo y darle una nueva dimensión al relato. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David, encantada de que te haya gustado. Es verdad que has pillado la clave del texto en esas palabras, lo que demuestra que tienes un rádar mental que analiza en profundidad lo que lees. Gracias por pasarte y hacer siempre aportaciones tan interesantes.
EliminarUn abrazo!
Qué bonito Pilar! Se me ha erizado la piel con esa frase final. Precioso!
ResponderEliminarHola, Lulita, encantada de que te haya gustado. Saludos!
Eliminar¡¡Quéee bonito María Pilar!! Aplausos y abrazo grande
ResponderEliminarGracias, Amaia. Me llega el sonido de esos aplausos.
EliminarUn fuerte abrazo!
Hola María Pilar, me he emocionado de alegría al ver que al final todo puede salir bien.
ResponderEliminarUn gran microrrelato. ¡Gracias!
Gracias! 🤗🤗🤗
EliminarFantástico relato me ha encantado y hasta emocionado.
ResponderEliminarSé feliz.
Gracias, Marina. Encantada con tus impresiones.
EliminarUn abrazo!
Oohhh... QUÉ BUENO. Qué giro final... autentica maestria. El pañuelo del principio que había pasado desapercibido toma su verdadera dimension. Y lo de saludarse al final , fantastico. Conocidas de tanto tiempo cada una sabia la historia de la otra sin hablar. que las cosas no dichas son tan importamtes como la dichas
ResponderEliminarabrazooo yfelicitacioes por este relato
Hola, Gabiliante. Encantada con el comentario que me dejas.
EliminarAbrazo!
¡Hola, Maria Pilar!
ResponderEliminarUn micro emocionante y muy colorido, desde ese párrafo inicial tan bellamente escrito nos llevas a ver la hermosa explosión de colores naranjas y ese precioso violeta del atardecer, que se van difuminando en el inmenso azul del mar... y con este paisaje de fondo que de alguna manera hace sentir que las posibilidades de alcanzar lo deseado son tan vivas como esos colores, introduces en el escenario a esas dos mujeres sumergidas en su contemplación, a la espera de algo que representa la vida misma para cada una, y que sin saberlo se acompañan en su petición silenciosa, aunque sus deseos sean diferentes, ambas están unidas por ese hilo invisible de fe que ese hermoso atardecer acrecienta para que la esperanza se mantenga verde y viva al paso del tiempo.
El segundo párrafo es tan descriptivo, se observa, se palpa, se escucha, se huele..., hermoso, poético y melancólico.
El tercer párrafo vivifica, reconforta, alegra, y no me queda mas que decir como tu final «Tú también lo has conseguido», Maria Pilar has creado una joya literaria, cargada de emociones y sentimientos. Bravo, gracias por este regalo de lectura que nos haces. Un fuerte abrazo
Hola, Harolina. Qué maravillosa reflexión me dejas. Impresionante tu análisis en el que has apreciado cada palabra. En micros con tan pocas palabras tenemos que sintetizar mucho, pero a ti nada te ha pasado desapercibido. Me encanta cómo has apreciado lo sensorial, que fue una idea mía al escribirlo, que entrara por los sentidos más que el raciocinio de la palabra.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué dos historias cruzas en tu relato, María Pilar. Si nos entregamos y nos centramos en la primera, la sutileza con que desvelas y cierras la segunda es sublime. Gracias por este regalo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Hola, Miguel. Gracias a ti por el comentario tan hermoso que me dejas.
EliminarUn fuerte abrazo!
!Hola, María Pilar! Otra preciosidad que te leo, como no puede ser de otra manera.
ResponderEliminarDos mujeres, que sin conocerse, durante años han mantenido una conexión silenciosa, pero tan interna... que sin haberse hablado se han reconocido, simplemente por la observación atenta y la empatía, como dos viejas almas que ya estuvieron juntas. Cada una mantuvo su propia fe de colores, esa ilusión de saber que también se puede conseguir aquello que deseas de corazón. Nos llevas sutil y poéticamente por el mar, los sueños, el paso del tiempo, la amistad, el amor, y finalmente lo conseguido. El detalle del pelo corto es fantástico, y tienes metáforas que son de enmarcar. Entrañable, maravilloso tu relato de la esperanza.
Un fuerte abrazo, y gracias por el regalo de tus letras.
Hola, Mila. ¡Qué comentario tan hermoso me dejas! Son de los que te animan a seguir escribiendo. Gracias mil.
EliminarUn abrazo inmenso!
Precioso relato Pilar! 😉 Saludos! 🙋♂️🙋♀️
ResponderEliminarGracias, viajantes. 😊 Un saludo 🙋♀️
EliminarQué bueno, Pilar, qué bien has fusionado el reto con el tema tratado e impregnado todo de esperanza, buenas intenciones y una calma que ha precedido una de las peores tormentas que se pueden sufrir. Me encantó.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Hola, Pepe, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo!