Título: Las lealtades
Autora: Delphine de Vigan
Traductor: Javier Albiñana Serraín
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2019
Nº de páginas: 208
Descubrí a Delphine de Vigan con su novela corta Los días sin hambre. Ahora constato en Las lealtades que las historias que nos cuenta esta autora son dramas intensos muy pegados a los problemas de la realidad actual.
Más que la historia, que también, me ha gustado mucho esa manera de contar tan singular, hace que no puedas dejar el libro hasta el final. De lectura fácil y rápida, nos atrapa con el ritmo ágil de su prosa directa, y clara, sin artificios, con la que nos va metiendo en la cruda realidad que viven los personajes. Sin esconder el dolor, la culpa o la soledad, porque no juzga, ni entra en lo moral o inmoral de los actos. Los presenta, sin más, desde su observación, para que el lector los conozca.
Son cuatro los personajes que nos van contando la historia. Cuatro voces que se van intercalando en capítulos cortos. Dos preadolescentes muy distintos: Thèo y Mathis, sienten la soledad que les pesa y es lo que les une como amigos. Para ellos la autora elige la tercera persona, un narrador, que observa desde cierta distancia. Y dos mujeres: Helèlene, la profesora de los chicos, y Cècile, la madre de Mathis, ambas hablan en primera persona.
El tema que trata es el alcoholismo adolescente. El protagonista, Théo, se refugia en el alcohol para escapar de la cruda realidad en la que vive. Está dividido entre dos mundos. Hijo de padres separados, alterna las semanas en casa del padre o de la madre. El padre está sumido en una depresión. La angustia que padece Thèo, al verlo, no la puede compartir con nadie por la lealtad que siente hacia su padre. Para colmo, la madre, llena de odio hacia su exmarido, lo proyecta sobre el hijo cada vez que viene de la casa del padre a la suya.
Las lealtades, como el título indica, son la línea transversal en toda la novela. Esos pactos tácitos que marcan con tanta fuerza las relaciones humana, lo que se puede decir y lo que no. En ello está en juego la pertenencia al grupo o el ostracismo. Aunque muchas veces uno no esté del todo de acuerdo, como le pasa a Mathis en su relación con Thèo, es capaz de mentir como un bellaco a su propia madre para mantenerse leal al amigo.
La autora nos demuestra cómo las lealtades son monedas de doble cara, pueden crear lazos de unión y comunicación fluida, pero también pueden esconder los silencios más amargos que nos ahogan o un infierno de vida que nos puede marcar el pozo por el que descender. Todo ello nos lleva a pensar en casos reales, muy duros y dolorosos que hemos conocido en los noticiarios. Leyendo la historia, las emociones afloran por los personajes a los que vas cogiendo cariño y deseas que alguien rompa el angustiante silencio. Deseo que de Vigan nos ofrece al final, cuando uno de los personajes decide quebrantar la lealtad porque comprende que es la única forma de salvar al otro.
Debe de ser una historia de crudo realismo.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Alfred. Besos.
EliminarGracias por tu información y tu opinión, María Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti Chema, por estar siempre. Un abrazo.
EliminarUna reseña que tienta, pero sigo leyendo poco y los libros se me acumulan. Un abrazo grande
ResponderEliminarGracias, Ester. Un fuerte abrazo.
EliminarGracias por la reseña, t e mando un beso. https://enamoradadelasletras.blogspot.com/
ResponderEliminarGracias, Citu, por pasarte y dejar tu comentario. Un beso.
EliminarMe gusta no leo mucho o casi nada pero el tópico me encanta gracias
ResponderEliminarGracias, Mucha, por pasarte por aquí y dejar tu comentario.
EliminarParece estar bueno,gracias por la recomendación,abrazo.
ResponderEliminarGracias, Fiaris. Abrazo.
EliminarTe he vuelto a leer es un texto que hay que leerlo varias veces Me gusta este momento de mi vida estar sin ningún hombre El balance es infinito
ResponderEliminarmil besos bella
Gracias, Recomenzar. Besos.
EliminarNo conocía este libro pero tu reseña además de muy entretenida, lo hace muy atractivo. El argumento que comentas desgraciadamente es muchísimo más habitual de lo que imaginamos, porque los hijos pequeños/adolescentes se sienten entre la espada y la pared cuando sus padre divorciados no saben ejerce de tal, se les genera tal carga, que como el protagonista de tu libro en su particular guerra interior sobre ser leal a los dos o a uno porque el otro le culpabiliza o va de víctima, les destroza y se d lo que hablo porque lo veo mil veces en mi trabajo ( soy abogado; )
ResponderEliminarEn fin, un placer leerte María Pilar.
Muchos besos y gracias!
Lo has captado perfectamente, María.
EliminarBesos.