Ir al contenido principal

La casa de arena


En formato papel y en ebook.
Para comprar clica aquí: Amazon

Estas fiestas navideñas regálate un libro, regálate tiempo para leer, para disfrutar viviendo sus aventuras, conociendo otros lugares, saludando a sus gentes. Regálate La casa de arena. 
Un libro en el que el mundo rural cobra el protagonismo, en especial un pueblo muy pequeño que define el universo de los personajes. Con ellos vivirás historias de distintos géneros en las que destaca el realismo mágico, donde encontramos elementos fantásticos formando parte de lo cotidiano. 
Pone el punto de mira en la España vaciada, pero si os adentráis en su lectura, veréis que de vacío nada, hay mucha vida, desconocida y olvidada.

Para comprar clica aquí:

Comentarios

  1. Muchas felicidades por tu libro y mucho éxito con él. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Ana. El trabajo de mi parte ya está hecho. Ahora ya vuela en solitario y la gente, cuando lo lea, podrá opinar.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Gracias Maria Pilar, para tenerse en cuenta tu recomendación, abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por pasar y dejarme tu comentario. ¡Un abrazo!

      Eliminar
  3. ¡Enhorabuena. Pilar! ¡Qué calladito te lo tenías! Te deseo mucho éxito en esta aventura literaria donde seguro nos ofreces una excelente ronda de relatos con tu mirada de escritora. ¡Un abrazo!
    PD. Ya lo compartí en FB y Twitter. Durante la semana que viene, si quieres le preparo un hueco en la librería de El Tintero de Oro. ¡Otro abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, David. Ya lo presenté en el blog el día que salió, una pequeña edición muy chula, con ventas en librerías. Ahora está en el gigante Amazon sin más pretensión de que llegue a gente cercana, conocida y a todos aquellos para los que el pueblo de Villamediana signifique algo. Si en el recorrido cae algún despistado, pues bienvenido sea.
      ¿Quieres creerme que no conocía la librería de El Tintero?Había dado por hecho que se refería a las antologías. Por cierto, la quinta ya la tengo pedida. Me llegará antes de Navidad.
      ¡Un abrazo!

      Eliminar
  4. Suerte con tu libro!!!
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Alfred. Tú bien sabes lo que supone esta andadura. Muy satisfactoria de todas formas. Un beso.

      Eliminar
  5. Gracias por la reseña. Lo tendré en cuenta. Te mando un beso.

    ResponderEliminar
  6. Ya tengo ganas de leerlo. El sábado me llega.
    ¡Mucha suerte!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Que alegria me dais los escritores cuando mostráis vuestros trabajos, me siento feliz por vuestros logros, un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Aquel que escribe deja un poco de él en sus letras. Esa entrega siempre debiera ser merecedora de algún tipo de recompensa. Así que mucha suerte.:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias!! Y sí, tienes razón, dejas parte de ti en tus letras.

      Eliminar
  9. Tomo nota de tu reseña. Muchas gracias, querida Maria Pilar.
    Pd. Me alegra mucho que te haya gustado la danza Sogdiana. Mil gracias por tus cariñosas palabras en casa y ¡muy felices Fiestas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Myriam. Espero que te guste.
      ¡Felices y entrañables fiestas navideñas!

      Eliminar
  10. gracias por la recomendación, la voy a tener en cuenta más ahora que me quedé sin nada para leer.

    ResponderEliminar
  11. Te deseo la mejor de las suertes con este nuevo hijo...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —gritó Aur

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso