Con esta entrada solo pretendo contribuir al homenaje que rinde El tintero de oro a la obra y a la autora, en este mes de octubre, por iniciativa de Marta Navarro.
Ficha técnica de la novela
Título: Matar a un ruiseñor.
Autora: Harper Lee.
Año de publicación: 1960.
Género: Narrativa.
Editorial: Harpe Collins Ibérica.
Matar a un ruiseñor es una deliciosa novela que cruza la línea que separa las juveniles de las adultas. En ella las desigualdades sociales y el racismo son dos elementos constantes en el devenir de la sociedad del lugar.
Desde el principio nos atrapa la voz de la narradora: la temperamental y pizpireta Scout. Una niña de ocho años, hija del abogado Atticus Finch. El padre, viudo, intenta educar a sus dos hijos según sus principios de justicia social, que no son los que rigen en la zona.
Con sencillez, a través de la mirada de la niña, vamos descubriendo la vida cotidiana de Maycomb, el pequeño pueblo de Alabama en el que viven y que representa a la mayoría de los pueblos de los estados del sur en la primera mitad del siglo XX. Un lugar en el que se respira la pobreza de la Gran Depresión.
Dos líneas se entrecruzan a lo largo de la novela. La de las personas mayores, donde los prejuicios contra los negros y el clasismo social están presentes en el día a día, y la de los tres niños protagonistas —Scout, su hermano Jem y el amigo Dill— que, sin vivir ajenos a los acontecimientos del pueblo, investigan sobre el misterioso personaje que esconde la casa encantada de al lado. La belleza e ingenuidad de unos niños frente a la cruda realidad de la sociedad que los acabará afectando.
Haciendo de puente está Calpurnia, la criada negra que hace las veces de madre y cuida a los niños como si fueran sus hijos. Ha aprendido a leer y a escribir y Atticus la trata como una más de la familia.
Al terminar de leer la novela, con pesar y tristeza, te das cuenta de que un solo hombre, aunque sea el noble y respetado Atticus Finch, no puede cambiar las costumbres profundamente arraigadas de todo un pueblo.
«Yo le había dicho a Jem que me sentía ridícula con aquel disfraz, yo era un jamón, además se me habían olvidado los zapatos. Estábamos cerca de la escuela, pero en ese momento se apagaron las luces y Jem me dijo que mañana ya iría a buscarlos. Jem me dijo calla, oía algo. Seguimos andando, yo encerrada dentro del traje, pero entonces las oí por mí misma. Las pisadas, quiero decir. Caminaban cuando caminábamos, se paraban cuando nos parábamos. Entramos en la zona de los árboles… Se respiraba el miedo. Entonces alguien me cogió y aplastó mi traje… Creo que me caí al suelo. Oí un revoloteo debajo del árbol como si lucharan en torno al tronco… Alguien tumbó a Jem, Mister Ewell, me figuro. Forcejearon un poco más y entonces Jem dio un alarido. Entonces alguien tumbó a Ewell… Alguien se tambaleaba por allí, jadeaba y tosía como si fuera a morirse. Al principio, creía que era Jem, pero él no tose de esa forma… Al mismo tiempo que pronuncié estas palabras, levanté la vista y vi al hombre que estaba recostado contra la pared, en el rincón y con los brazos cruzados sobre el pecho. Lo señalé, bajó los brazos y apretó las palmas de las manos contra la pared. Eran unas manos blancas de un blanco enfermizo que no habían visto nunca el sol, tan blancas que a la escasa luz del cuarto de Jem destacaban vivamente sobre el color crema de la pared. De las manos pasé a los pantalones caqui, manchados de arena. Mis ojos subieron por su delgado cuerpo hasta la camisa azul de tela de algodón. La cara tan blanca como las manos, excepto por una sombra en su saliente barbilla. Tenía las mejillas delgadas, chupadas, la boca grande, y los ojos de un gris tan claro que pensé que era ciego. Tenía el cabello muerto y fino, casi plumoso.
Cuando vio que yo lo miraba con admiración, la tensión desapareció de su rostro. Sus labios se entreabrieron en una tímida sonrisa, pero mis repentinas lágrimas difuminaron la imagen de nuestro vecino».
Una película de culto
La película es un excelente melodrama basado en la novela. Está producida por Alan J. Pakula y dirigida por Robert Mulligan, un experto que siempre ha sabido moverse muy bien en este género. El autor y director de la banda sonora es Elmer Bernstein y los arreglos de Shaken-Hayes.
A mí, personalmente, me gusta más que la novela. Reconozco que esto no es lo habitual, más bien me ocurre lo contrario. Sigue la historia del libro en torno al problema de la segregación racial, pero el director no se queda en la denuncia del racismo, sino que logra sus mejores momentos en la evocación de la infancia perdida, el conflicto entre ensoñación y realidad, y en la cautivadora escena donde los niños hablan de la madre. Es la única escena de la película que no aparece en la novela.
Fue nominada a ocho premios Oscar y ganadora de tres. Gregory Peck ganó con todo merecimiento el Oscar al mejor actor de aquel año 1962, por su inteligente y sensible creación del íntegro abogado Atticus Finch. El personaje que, según una encuesta del American Film Institute, encabeza la lista de los 100 héroes del cine norteamericano.
Atticus Finch te hace amar el cine para toda la vida. Es inmortal, eterno. Interpretado por Gregory Peck en uno de sus trabajos más brillantes. Lo he vuelto a ver y no decepciona a pesar del paso del tiempo. Me sigue gustando tanto o más que la primera vez.
El plano de la casa de Boo Radley por la noche, las hojas esparciéndose por el suelo, tienen el olor de psicosis. Se respira suspense.
El día de Halloween cuando vuelven a casa de noche, los dos hermanos solos. Ella va disfrazada de jamón. «Me siento ridícula yendo así». Entran en un bosque con una atmósfera fantasmagórica.
Escena que no está en la novela.
Atticus acompaña un rato a su hija, la pequeña Scout, sentado en la parte de atrás de la cama. A la niña le gusta leer un libro antes de dormir y él, paciente, la escucha haciendo el papel de padre y de la madre fallecida. La luz de la lámpara con pantalla, de la mesilla, nos muestra el recargado papel de las paredes y las camas con frontal de barrotes de hierro de una casa de clase media alta de comienzos del siglo XX. Una ventana nos permite ver la terraza exterior, a la luz de la luna.
Cuando las manos del padre están bajo la barbilla de Scout, arropándola, la niña le dice:
—Enséñame otra vez el reloj.
—¡Chisss! —contesta el padre—, que vas a despertar a tu hermano.
Y mira, levantando una ceja por encima de las gafas, hacia la cama de al lado.
Saca el reloj del bolsillo del chaleco, con cadena dorada, abre la tapa y la cierra para que Scout disfrute del sonido, después se lo deja. A ella le produce una emoción mágica acariciarlo.
—¿Por qué tiene que quedárselo Jem? ¿Y yo, qué me voy a quedar?
—Tú tendrás una preciosa pulsera de tu madre.
Por fin, logra apagar la luz de la lámpara, susurra un «buenas noches» y sale con pasos largos y la mandíbula apretada.
—Oye, Jem, ¿cómo era mamá? —le pregunta en un bisbiseo.
—La mejor mamá de todas, Scout —le contesta medio dormido.
—¿Y cuántos años tenías tú?
—Yo, seis; y tú, dos.
—No me acuerdo de ella… ¿Y cómo era yo?
—Te tenía que sacar de todas las peleas con los chicos.
Tras este fondo de voces infantiles, descubrimos la soledad de Atticus sentado en el balancín de la terraza. Por la composición de su figura, pensativo, sabemos que está recordando a su esposa, las noches pasadas sentados los dos en ese mismo lugar. Un plano que se interrumpe con la llegada del sheriff que viene a hablar con él, a altas horas de la noche. Algo malo tiene que estar pasando.
Siempre serán dos joyas a releer y volver a ver para mi. Me ha parecido precioso el homeaje que haces, solo difiero en una cosa, decir que matar a un ruiseñor es una novela juvenil, es como decir que el guardian tras el centeno, es otra, únicamente porque hay niños entre sus protagonistas, es muchísimo más. Novela juvenil para mi, fue por ejemplo, la saga de Los Cinco d Enid Blyton, pero bueno, es tu apreciación y la respeto. Me ha encantado esta entrada. Esta obra se merece todos los homeajes que le hagan, además siempre está de absoluta actualidad porque lo que cuenta en mayor o menor medida sigu ocurriendo aun hoy, para desgracia de todos.. lástima que no nos queden Atticus Finch ya : )
ResponderEliminarMil gracias! Abrazo fuerte!
Hola, María, estoy de acuerdo contigo en que no es una novela juvenil, al menos, no solo. Lo es por los protagonistas, por el uso sencillo del lenguaje, ofrece un pensamiento libre y espíritu crítico, pero no está dirigida, solamente, a un público joven. Ahí creo que es dónde está la clave. Por eso he puesto que es una novela que cruza la línea que separa las juveniles de las adultas.
EliminarGracias por la importante aportación.
Mil gracias a ti.
Un fuerte abrazo!
Una reseña fantástica, Mª Pilar. Están tan ligadas novela y película que es imposible no pensar en Gregory Peck al hablar de Atticus. Una interpretación que rebosa sensibilidad y ternura. Me ha encantado conocer tus impresiones. Un beso y muchas gracias por el aporte.
ResponderEliminarGracias a ti, Marta, por traernos una propuesta tan interesante. Me encantó en cuanto la vi. Es un libro y una película que lo lees o la ves una vez y ya nunca los olvidas. Ayer, hoy y siempre estarán de actualidad porque, lamentablemente, las injusticias sociales y el racismo siguen vigentes.
EliminarGracias a ti por hacernos reflexionar sobre el tema.
Un beso!
la peli la vi por primera vez hace 8 o 10 años, y hace dos meses otra vez, porque me encontré el DVD dejado sobre un container.
ResponderEliminarvoy por mitad de la novela. es un poco larga.
aunque un imagen vale más wue 1000 palabras, igual de esas mil palBras solo importN 10. No es el caso.
la peli es más corta que la novela en términos de proporcionalidad.
Las dos son magnificas en este y en pocos casos más.
abrazoo
Hola, Gabiliante, tienes razón en que las dos, en este caso son magníficas, cosa que nos suele ser lo habitual. Y además son de esas joyas que con el tiempo no pierden valor. Esas son las auténticas, las que merecen la pena.
EliminarAbrazo!
Como no podía ser de otra manera, yo prefiero la novela. La película es maravillosa, pero la novela forma parte del proceso de mi formación como lectora. Debía tener once o doce años cuando la leí por primera vez y ha sido un pilar esencial en mi formación como persona y como lectora.
ResponderEliminarMuy interesante tu reseña y la comparativa que haces entre libro y película.
Un beso.
Hola, Rosa, tú leíste la novela antes de ver la película y en una edad cuando yo estaba con Enid Blyton. El ver la película antes que leer el libro, te pasa, al menos a mí así me ocurre, que a los personajes les vas poniendo las caras de los actores de la película.
EliminarUn beso.
Recuerdo mucho más la película que la novela, es de esas que por más vista que esté, me quedo enganchado cuando la vuelven a pasar. Cuanto daño hacen los prejuicios.
ResponderEliminarUna obra honesta y usando un lenguaje sencillo, por algo narra la niña.
Besos.
Hola, Alfred, me pasa lo mismo con la película. Una obra que nunca pasa porque los problemos que señala los seguimos teniendo en nuestra sociedad.
EliminarMuy interesante tu aportación, María Pilar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Chema.
EliminarUn abrazo.
Gracias por la reseña Ambas me gustan aunque prefiero el libro. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias, Citu.
EliminarOtro beso va de vuelta.
Hola, Pilar! Atticus es quizá el ideal de la bondad, algo así como el humano ideal platónico y puede que ese sea uno de los puntos fuertes de la novela: representar al individuo que todos aspiramos ser y compararlo con lo que somos, en este caso el pueblo nos representaría. Como bien mencionas, necesitamos referentes que, al menos, nos indiquen el camino o la meta, aunque las miserias humanas nos hagan tomar caminos secundarios. Una gran novela y película y un estupendo aporte para la edición de este mes del tintero. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David, sí es verdad que es un libro con referentes en el que el ser humano se siente retratado. Por eso sigue tan de actualidad como cuando se publicó.
EliminarUn abrazo!
Desde luego, una película muy emotiva. El libro no lo he leído. Pero la película te impacta y te hace reflexionar. Buen post. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria, por dejarme tus impresiones.
EliminarUn abrazo!
Una película memorable sobre una gran novela. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, Fede. Un abrazo!
EliminarHola Pilar. Se nota pasión en la reseña, tanto hacia la película como a la novela, una pasión que nos invita tanto a leer la una como a ver la otra. El personaje de Atticus es sin duda un referente a seguir, quizás demasiado recto, demasiado puro, como para poder reflejarnos en él siendo como somos humanos. Y a su lado unos niños que maduran y comprende la naturaleza de la cruda realidad, tan apartada de los principios que su padre intenta inculcarles. Gran aporte para cerrar esta edición del Tintero de Oro. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge, precisamente esos referentes y la pérdida de la inocencia, creo que es lo que hace que esta obra no haya envejecido con el paso de los años, porque son temas que están presentes en la actualidad.
EliminarUn abrazo.
Hermosa película y libro, que deja detrás grandes enseñanzas, muy bien planteada la reseña y muy bueno el capítulo final. Abrazo grande
ResponderEliminarGracias por tu hermoso comentario.
EliminarAbrazo grande.
Hola, María Pilar.
ResponderEliminarMe ha encantado tu publicación y cómo llegas al fondo de la historia, los personajes y todo lo que muestra. Me gustan mucho tanto la novela como la película que la lleva fielmente a la pantalla. Como indicas, han decidido reducir algunas de las tramas del libro para la versión filmada, pero no pierde nada de su encanto, su evocación de la infancia y su madurez y la denuncia social. Felicidades por tu trabajo.
Un fuerte abrazo :-)
Gracias, Migue, por tu comentario tan reflexivo.
EliminarUn fuerte abrazo!
Gregory Peck y su personaje de Atticus Finch constituyen una referencia única e inolvidable de esta película que ha influido tanto en la historia del cine. Con una temática que sigue estando de actualidad a nuestro pesar. Se agradece que hayas profundizado en la descripción de la película. Buen análisis.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Marcos, creo que esos referentes que nos marca siguen estando en plena actualidad. Es lo que ha impedido envejecer a la novela con el paso del tiempo.
EliminarSaludos.
Preciosa reseña, con la pasión y gusto por las cosas sobre las que escribes, María. Creo que me vas a poner a leer. Te felicito de corazón, un abrazo 🌹
ResponderEliminarHola, Maty, gracias por tus palabras tan entusiastas como sentidas.
EliminarUn abrazo inmenso. 🌹❤️
Una reseña que engancha. Gracias por compartirla María Pilar, me la llevo a mi lista. Feliz domingo. Un beso.
ResponderEliminarToda tuya, Carmen. un beso.
EliminarNovela y Película excepcionales. Por cierto, felicitaciones en ese aniversario catorce de tu blog
ResponderEliminarGracias, Ali, por pasarte por aquí y dejarme tu comentario.
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