Cuando la cosecha acaba hay que pagar a los obreros, vender el grano, apartar para vivir o malvivir el resto del año y otra parte para comprar simiente, minerales y herbicidas con los que comenzar el ciclo y mirar al cielo para que tenga a bien enviar el agua tan necesaria. Se arreglan trillos, se limpian y almacenan aperos, se enderezan hoces y cuchillas.
Cuando la cosecha acaba se va el sudor pero se instala un dolor en el alma que corta el aliento. Él sabe muy bien que las cuentas no cuadran y que ni la semilla fiada se va a poder pagar. Empeñar ¿qué? Si viste botas agujereadas, pantalones raídos de pana, camisa sin relevo y boina castellana, negra, bastante manoseada; todo ello uniformado con el color de su piel, color de la tierra agrietada y seca.
Vendió el par de mulas, malvendió los aperos, se desprendió de su fiel amigo el perro y se lanzó a esos caminos de dios en busca de una vida mejor; atrás dejaba mujer embarazada y dos pequeños con la promesa de llevarlos con él algún día.
Tumbos dio el abuelo trabajando en todo lo que encontraba. Hoy todos sus hijos son universitarios y sus nietos criados en la abundancia se ríen de las batallitas del abuelo. No ven el nubarrón negro que se cierne sobre ellos y que marcará sus destinos.
Cuando la cosecha acaba se va el sudor pero se instala un dolor en el alma que corta el aliento. Él sabe muy bien que las cuentas no cuadran y que ni la semilla fiada se va a poder pagar. Empeñar ¿qué? Si viste botas agujereadas, pantalones raídos de pana, camisa sin relevo y boina castellana, negra, bastante manoseada; todo ello uniformado con el color de su piel, color de la tierra agrietada y seca.
Vendió el par de mulas, malvendió los aperos, se desprendió de su fiel amigo el perro y se lanzó a esos caminos de dios en busca de una vida mejor; atrás dejaba mujer embarazada y dos pequeños con la promesa de llevarlos con él algún día.
Tumbos dio el abuelo trabajando en todo lo que encontraba. Hoy todos sus hijos son universitarios y sus nietos criados en la abundancia se ríen de las batallitas del abuelo. No ven el nubarrón negro que se cierne sobre ellos y que marcará sus destinos.
¡pobres nietos! por dura que sea la vida, la esperanza de mejorar es un buen acicate para seguir luchando. Asumir que vas a vivir peor que tus padres es difícil de encajar.
ResponderEliminarTampoco les hemos educado para eso, pero quiero creer que sabrán adaptarse a las circunstancias sin sentirse fracasados.
ResponderEliminarMe recordaste la historia de mis abuelos, todos inmigrantes :)
ResponderEliminarTodos reconocemos el gran esfuerzo que hicieron, dejaron a madre, padre, hermanos...no alcanzado a poder pagar un pasaje y volver a verlos.
Estamos orgullosos, nietos, bisnietos y demás, jamás nos burlamos, los recordamos con mucho amor...familia numerosa si las hay!
Besos.
Me alegro que te haya traído recuerdos agradables. La migración está muy presente en nuestra historia y en nuetra cultura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo obscuro no es negro asta que lo es y ha hecho "cras" y la revolución o la guerra han sido la salida, pero creo que todavía es una crisis más, con más obscuridad que otras veces, pero sin la negritud de otros periodos históricos. El desánimo no es lo mismo que la desesperanza.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué alegría encontrarte por aquí!Me gusta pensar en positivo, pero a veces las noticias tan machaconas en la misma línea me dan qué pensar. Alegres saludos!
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