Ir al contenido principal

Matando monstruos

Cuando cumplí los 65 años, pensé que ya iba siendo hora de dormir con la luz apagada. Esa noche, al abrir el armario, el monstruo que lo habitaba se horrorizó al verme. Las rodillas se le doblaron y cayó de bruces contra la caja de pandora de mis propios miedos. Cuando nació, había depositado en él toda mi energía para hacerlo a mi imagen y semejanza. ¡Y vaya si lo había conseguido! Era mi vivo retrato. 

—¡¿Qué haces aquí?! Deberías estar visitando a los niños. Muertos de miedo se esconden entre las sábanas para evitar verte. 

—Son unos asesinos —pudo decir mi pequeño monstruo con un hilo de voz. 

—Los niños… ¡Ja, ja, ja! Si tan solo saber de tu presencia en la oscuridad les causa dolores de barriga. 

—Eso era en tus tiempos. Ahora son sádicos. Tienen unas máquinas con las que se dedican a matar monstruos con una violencia extrema. Cuando voy por los pasillos oscuros y aparecen con sus artefactos, acompañados con efectos de sonidos horripilantes, me persiguen para matarme. Por eso, corro a esconderme en tu armario. Es la única forma de defenderme. ¡No quiero que me maten! 

—Eso lo dices porque eres un miedoso. ¡Hala, fuera! A trabajar. 

La madre escuchó una ráfaga de metralleta. Gritos de alegría de los niños celebrando algo. Y se rompió en mil pedazos ante ese futuro tan sombrío en un mundo en constante cambio. El villano más reconocible, sigiloso e impasible, se acercó con su guadaña y la arrastró al averno. 

© María Pilar

Comentarios

  1. Genial Pilar ‼️ 👏👏👏👏

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasarte por aquí y dejarme tu impresión.

      Eliminar
    2. Se invirtieron los papeles de niños y monstruos. Pobrecitos ambos.
      Un abrazo.

      Eliminar
    3. Sí, Sara, he jugado un poco con esos conceptos.
      Un abrazo.

      Eliminar
    4. Mundo al revés.
      Buena aportación, María Pilar.
      Un abrazo.

      Eliminar
    5. Gracias, Chema. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Genial relato, te mando un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola, María Pilar! Muchas gracias por participar en el microrreto. Nos has traído la evolución de los monstruos como villanos en la actualidad. Sin duda, los tiempos cambian, y esto también afecta a nuestros temores y la forma de ver las cosas. Un enfoque muy muy interesante.
    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, M.A. Álvarez. Un reto muy interesante y que se puede afrontar con enfoques muy diferentes.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Efectivamente los monstruos ya no son lo que eran! Y necesitan adaptarse a los tiempos, como todo! Genial la idea de la protagonista de modelar a su monstruo a su imagen y semejanza, pero finalmente no pareció ser una buena idea, al menos para ella! Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Marifelita, por dejarme tu comentario. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Este cambio de roles entre monstruos y niños me ha parecido muy original. Y ese final... de terror absoluto. Aunque he tenido que volver al principio para atar todos los cabos. ¿Buen trabajo! Me la has jugado.

    PD: He tenido problemas para llegar a la caja de comentarios. Creo que algo falla en la plantilla del blog.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, MJ Ruiz. Miraré ese problema con los comentarios.

      Eliminar
  6. Sorprendente tu relato, que bueno y que bien cuentas todo el proceso del monstruo y los juegos de los niños .
    El final es tremendo.
    Un abrazo Maria Pilar
    Puri

    ResponderEliminar
  7. Me ha costado poder entrar a "comentarios". Hoy lo logré. Es muy interesante tu planteo de cambio de época-cambio - de monstruos, y muy real. Me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Juana, como bien dices ahora salen los comentarios a pares. Gracias por dejarme tus impresiones.

      Eliminar
  8. Ahora parece que mi comentario no sale. Quizás aparezca repetido más tarde. A veces pasa. Que me ha parecido interesante el tener en cuenta la época y los cambios que supone en la psiquis infantil. Ojalá llegue el comentario. Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Al final aparece otro villano inesperado. Me pareció la noche de halloween con los monstruos huyendo de los niños.
    Abrazoo

    ResponderEliminar
  10. Hola María , un relato estremecedor , la pobre mujer salió o mejor dicho se encontró con el monstruo en un mal momento.
    Muy bueno , saludos de flor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Flor, el auténtico villano nunca cambia por mucho que lo haga el mundo. Saludos.

      Eliminar
  11. Juraría que había dejado un comentario, pero no importa, lo vuelvo a repetir: decía que el villano más villano, que nunca falla en su objetivo, es la Parca. Y de esa no nos libramos nadie.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Josep. Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

      Eliminar
  12. Hola, María Pilar. ¡Qué buen micro! Gran idea la inversión de papeles y buena forma de mostrar el cambio de los tiempos. El final también muy impactante. Estupendo tu aporte al reto.

    ResponderEliminar
  13. No sé, no sé.... esta noche dormiré con la luz prendida :-) por las dudas me aparece uno.

    Besos

    ResponderEliminar
  14. Y no te olvides de mirar debajo de la cama...

    ResponderEliminar
  15. La vida y el mundo estan en constante cambio cierto. Los monstruos se quedaron sin trabajo muy bien llevado María Pilar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Ainhoa, unos monstruos se ha quedado sin trabajo suplantados por otros, creo que más peligrosos que van unidos a la incertidumbre en un mundo en constante cambio.
      Gracias por comentar.

      Eliminar
  16. No estaremos muy desacertados cuando a ciertos niños les llamamos "monstruitos" aunque los que dan más miedo son los que crecen sin respeto ni educación.
    Abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Unos monstruos del pasado se han quedado en el paro frente a esos "monstruos" que tú dices, Francisco, que campan a sus anchas. Los he generalizado en "los niños" por la economía de las palabras para el reto,
      Abrazo.

      Eliminar
  17. A veces nuestros monstruos ya son tan conocidos que les tenemos cariño ;)
    Saludillos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Frente a este mundo con tanta incertidumbre, tantos cambios, pandemias y guerras... ¿No son los llamados monstruos de nuestra infancia seres para el recuerdo con cierta simpatía?
      Saludos.

      Eliminar
  18. El trasfondo evolutivo de los monstruos, reales o ficticios, en un micro nostálgico que no deja dudas sobre el fin de la historia. Muy buen micro Pilar. Me ha gustado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo has resumido muy bien, Carles, con el paso del tiempo unos monstruos van difuminándose mientras otros nuevos aparecen con toda su crueldad. Solo uno permanece inmutable.
      Un abrazo.

      Eliminar
  19. ¡Hola, María Pilar! Hace unos años ese juego Five nights at Freddy tuvo atrapado a mi hijo pequeño. Lo disfrutaba tanto que incluso le dibujé esa imagen que acompañas en una cartulina. Un micro que nos hace ver que cada sociedad tiene sus monstruos, y si lo relacionamos con los niños, que duda cabe que los de hoy menos inocentes que los de antaño, no se asustan con tanta facilidad. La parte mala es que quizá tampoco se ilusionan fácilmente.
    Me encantó el micro y la reflexión que sacas de ese armario junto al monstruo. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, David, por tu interesante reflexión. Un abrazo.

      Eliminar
  20. Eres única, gracias me encantas como escribes. Muy difícil encontrar una mujer bella y entera como eres tú

    ResponderEliminar
  21. Alguna sorpresa me he llevado con libros recomendados, hay que entrar en todos y darles 15 páginas como dice mi hija. Muchas gracias por el apunte, el hecho de leerte a ti ya es estupendo. Abrazucos

    ResponderEliminar
  22. Hola Maria Pilar 😊
    Si los niños son monstruitos, la culpa es de los padres o de quienes están al cargo de su cuidado.

    ResponderEliminar
  23. Wow, María Pilar, me has dejado de piedra con tu relato. Ese principio es genial, dormir con la luz apagada que ya tenía 65 años. Una premisa que roza el surrealismo, y luego el devenir de después, con el mensaje tan alarmante y un final fulminante. Me ha encantado, sí señor.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  24. Hola, María Pilar:
    Un relato excelente que permite muchos niveles de relectura. El humor, el costumbrismo, la inocencia, la reflexión social... Sí, quizá el futuro será sombrío; pero tengo la esperanza de que la humanidad no será fagocitada por sus monstruos.
    Un abrazo, María Pilar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Niño, por dejarme tu estupendo análisis del texto.
      Un abrazo.

      Eliminar
  25. Me encanta conocerte admirarte sin analizar lo maravilloso de tus entradas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Recomenzar, un placer siempre encontrarte por aquí-

      Eliminar
  26. ¡Hola María! Genial inversión de los roles. En este caso son los monstruos los que huyen despavoridos de los niños. Un final estremecedor. Un saludo.

    ResponderEliminar
  27. Hola, Pilar. El mundo cambia a una velocidad excesiva, como bien reflejas en tu relato. Ya ni los miedos son los que eran. Un placer leerte.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  28. Hola María Pilar. Dibujas un mundo en el que existe un abismo entre los niños de ahora y lo que fue la infancia de los que ya se acercan a la vejez. Los segundos aún temen a los monstruos, mientras que los primeros no solo no lo hacen sino que los persiguen para exterminarlos, quizás de ese modo maten también su infancia. me ha gustado. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. La verdad es que hay niños a los que los monstruos deben temer y mucho. Muchos niños de hoy son más temibles que los pobres monstruos de antaño.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  30. Hola, María Pilar. Siempre se he dicho que los niños son unos pequeños monstruitos y sádicos y caprichosos y todo eso. Todos menos los de cada cual. Va a ser, como lo confirma tu relato que es así. El relato muy original, con ese comienzo de la señora que se decide a apagar la luz a la noche. Me ha gustado mucho. un abrazo

    ResponderEliminar
  31. Siempre se ha dicho que los niños son unos pequeños monstruos, sádicos y caprichosos. Todos menos los de un mismo, naturalmente. Va a ser verdad como se demuestra en este relato. Me ha gustado por su originalidad y por el inicio de una mujer que, por fin, decide apagar la luz para dormir. Buen relato. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  32. Hola Maria Pilar, tu relato da para varias lecturas, el tiempo lo cambia todo, convierte a los villanos en víctimas y a las víctimas en villanos y al final nos arrastra con él. Muy buen micro. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  33. Un micro muy bueno! Y sobre todo, muy bien contado. Me estremece pensar en lo que ahora se están volviendo los niños.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  34. El relato permite una gran variedad de interpretaciones.
    Que los niños, tal vez con más edad de lo que esa palabra sugieren, hayan matado a un monstruo femenino, que era la imagen de su madre. Y está claro que lo celebraron.
    Y apareció la muerte, el antagonistas de quien no escapan los monstruos.
    Bien contado. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  35. Hola.. pues, segun parece, los tiempos cambian y la premisa aquella de "adáptate o muere" es valida hasta para los monstruos del armario y, probablemente para los de bajo la cama. Excelente relato.. Saludos

    ResponderEliminar
  36. Los papeles se invierten pero la Muerte siempre permanecerá inmutable, cobrándose almas como quien recoge flores del campo.
    Un trabajo admirable. Felicidades.

    ResponderEliminar
  37. Los papeles se invierten pero la Muerte siempre permanecerá inmutable, cobrándose almas como quien recoge flores del campo. Un trabajo admirable. Felicidades.

    ResponderEliminar
  38. Buen micro, María Pilar. Has invertido los roles de los monstruos. La verdad es que a veces la realidad nos muestra pequeños tiranos que dan bastante miedo por lo que puedan llegar a ser.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  39. Muy buen relato, y muy cierto. Dar miedo a los niños de hoy es todo un reto en su mismo

    ResponderEliminar
  40. Hola, María Pilar!! Tu relato me ha hecho recordar mis años de infancia en los que tenia mucho miedo de los monstruos de la oscuridad. No sé si los niños de ahora también tendrán ese tipo de miedo o quizás ya no. Lo que sí es verdad es que en tu relato has invertido los roles y ahora el monstruo es quien sufre. Me ha gustado mucho tu micro, es muy original. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  41. Genial micro. Entretenido de principio a fin, sumado a que me pareció una temática muy original. El monstruo convertido en presa.
    Muy bueno.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  42. Bien hilvanado tu micro Maria Pilar, lo que antes fue ya no es, pero hay cosas que nunca cambian, el miedo tiene muchas caras, y la muerte solo una. Me ha gustado tu micro, hay en él tela suficiente para cortar.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  43. Hola, María Pilar. Hasta a los monstruos parece haberles llegado su San Martín en estos tiempos, menuda refriega nos narras que yo creo que es más verdad que ficción.
    A ver en esta Navidad cuantos de esos pequeños villanos (por tamaño, no por maldad) esperan a Santa Claus agazapados como francotiradores detrás del árbol esperando su llegada. Fijo que a la mañana siguiente algún padre ha de ir a urgencias a curarse las heridas de guerra.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, JM Vanjav, me he partido de risa con tu comentario. He visto a los francotiradores detrás del árbol... Esos, esos son los de mi relato.

      Saludos.

      Eliminar
  44. Que bonito Pilar, muy buen micro.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Más vistas

Hagamos un trato

Te propongo un pacto. No removamos más el pasado, no le demos más vueltas ni nos echemos más en cara lo que ocurrió, ya no lo podemos cambiar, dejémoslo correr por el camino del olvido, no me gusta esta guerra soterrada ni este mirar de soslayo con la desconfianza como carga. Llevamos un tiempo con el rictus de la tristeza pegado y el alma rota sin querer dar el brazo a torcer. «Demasiado vehemente», me dices; «excesivamente racional», te contesto. Esto es un «toma y daca» y esta guerra no va a parar. Ya sé que soy impulsiva, alocada y me lanzo sin escuchar tus voces de contención, pero reconoce que eres tan racional, tan pausado y mides tanto las palabras que a tu lado últimamente no hago más que bostezar. Me gusta volar como el viento, necesito sentirme en libertad, no me atosigues. Cuando yo he tomado decisiones no nos ha ido tan mal. Y sobre todo no cargues sobre mi conciencia, sabes que soy muy sensible y el sentimiento de culpa me hace pasarlo fatal. Te pasas la vida planific

Amanecer deslumbrante

Salimos de casa con aspecto somnoliento. Al subir al remolque, ayudados por los dos hermanos mayores, percibimos el viento gélido de la madrugada. No era normal que nos llevaran con ellos; pero ese día, así padre lo había decidido. La calle en la que vivíamos aparecía oculta en la penumbra, se nos hacía extraña. Dejamos el pueblo solitario y silencioso envuelto en la neblina matinal. En el remolque nos encogimos como pudimos para evitar el frío que nos hacía castañetear los dientes y nos provocaba pequeñas chimeneas de vaho que se fundían con la niebla; esfuerzo inútil, pues el traqueteo descomponía nuestras figuras y nos lanzaba a la una contra la otra. No así los hermanos mayores que, apoyados en las cartolas, se dejaban acunar por el movimiento y se hacían los dormidos. El tractor reptaba ruidoso por la subida del Carramonte. Al llegar al alto del páramo por la zona de Valdesalce, amanecía. Nos apeamos de un salto. Impresionaba el mundo que se abría ante nosotros. Miré a mi a

Cuando uno dice blanco, el otro... blaugrana

Va a ser un día complicado, se dijo Aurora al despertar pensando en que se jugaba el Clásico. Su preocupación eran sus hijos Raúl y David. Cuando nacieron todo fue caos en su entorno y nadie, excepto ella, se fijó en los ojos tan abiertos con los que se observaban sin pestañear. Aunque le decían que los recién nacidos no ven, esa mirada gélida de un gris opaco fue el presagio que acabó con sus sueños de madre.  La crueldad sistemática entre los hermanos confirmó sus sospechas. Parecían dos gatos en continua pelea. Si uno necesitaba luz, el otro oscuridad; si uno quería dormir, el otro berreaba y si uno decía blanco el otro… blaugrana. Era un sinvivir que a ella le tenía agotaba. —Os vamos a machacar —decía Raúl con la camiseta blanca. —¡Qué dices, idiota! Hoy comeréis el barro bajo nuestras botas. —De idiota nada, mamón.  — ¡Pum! Arrojó un derechazo al ojo de su hermano. —Te arrancaré la nariz, imbécil. —Y el zurdazo lo dejó sangrando. —¡Ay!, me ha mordido. —¡Basta! —gritó Aur

El vaivén de la vida

En la vida de Clara había aparentemente de todo menos paz y sosiego. Era de esas personas que cuando te pasan, su estela tira de ti y te hace girar la cabeza deseando alargar tu mano entre la brisa que ondea los rizos de su melena. Esa noche Clara se separó de la fiesta, se quitó los zapatos de tacón de vértigo, la máscara de top-model y se abandonó en el columpio de sus pensamientos. Cualquier observador habría olido la tristeza que embargaba tanta belleza. Sabía que Rubén no se creía que ella se dormía en cuanto se acostaba, pero callaba. Rubén sabía que esa tarde ella había llorado, pero dijo: ̶ Cariño, ¿estás ya preparada? La rutina había llegado a sus vidas como un intruso para definitivamente quedarse. Su ambición profesional, el estatus social y ese ajetreo diario de fiestas y relaciones sociales para alzar una muralla sobre la que asentar su seguridad, había resultado una telaraña en la que se habían perdido y ahora… ahora todo ello solo servía para acallar el incómodo

La musa de la escritura

Hoy hace un año que te fuiste… Digo a gritos que no te necesito, que ojalá no vuelvas. Miente mi orgullo para cubrir el dolor de mi impotencia. Ya sabes que mi cabeza es un cóctel de ideas encontradas, letras sueltas y sensaciones indefinidas. Qué diferencia con las composiciones escritas a golpe de vértigo, las notas de recuerdos con ilusión vividos, la actividad nerviosa, el febril pensamiento desbocado, todo un mundo que se diluía en la página en blanco. Mi imaginación no se resigna a esta inactividad actual y sigue alimentándome: me trae el choque de olas acunando a otros muchos en sus aguas, el espectáculo de un gnomo sibilino junto a una princesa destronada, un bello alfiler ensangrentado en el escenario de una explosión en Yakarta, hasta me tienta con el aroma de la riquísima sopa de la abuela. Miro tu hermética bola de cristal donde encierras la energía en un tiempo y un espacio diferente al que reclama el reloj para sí mismo. Te miro y tu fulgor me deslumbra y pienso